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Europa mira a Srebrenica 20 años después de la masacre

Una mujer entierra los restos de su familiar, víctima del genocidio de Srebrenica, en Potocari
Una mujer entierra los restos de su familiar, víctima del genocidio de Srebrenica, en Potocarilarazon

Centenares de los más de 8.000 musulmanes asesinados por serbobosnios todavía no han sido encontrados

Hoy se cumplen veinte años del genocidio que tuvo lugar en Srebrenica (Bosnia-Herzegovina), cuando el Ejército serbobosnio exterminó a más de 8.000 musulmanes del país, conformando el episodio más sangriento de la guerra de los Balcanes y uno de los exterminios a gran escala más recordados tras los del Holocausto judío. Han pasado dos décadas desde aquel fatídico 11 de julio de 1995, pero los afectados de Srebrenica siguen aguardando justicia. Hoy, en el enclave donde un día fueron encarcelados millares de musulmanes por los serbios, se reúnen 50.000 personas para homenajear a las víctimas. Entre los asistentes, está el ex presidente de EE UU Bill Clinton, el «premier» serbio Aleksandar Vucic, la reina Noor de Jordania, algunos ministros de Exteriores europeos y el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez.

Muchos de los que allí se encuentran llegan tras haber concluido una marcha de tres días, «La Marcha de la Paz», que tiene lugar en cada aniversario desde la ciudad de Tuzla, a un centenar de kilómetros, hasta Srebrenica, al este de Bosnia, rehaciendo el mismo camino que recorrieron los supervivientes que lograron escapar. La Comisión Internacional sobre Personas Desaparecidas (ICMP) identificó durante este último año 136 cuerpos entre los restos de las fosas comunes donde se arrojaron. Sin embargo, más de 1.500 siguen aún sin reconocer y muchas familias todavía no han podido dar sepultura a sus familiares. Hajra Catic, la presidenta de la asociación Madres de Srebenica, sigue buscando a su hijo Nino, que por aquel entonces acababa de cumplir 26 años.

Catic asegura que hubo muchas más víctimas de las contabilizadas oficialmente. «Desaparecieron familias enteras, por eso nadie las buscó», asegura. Además de las muertes, se cometieron delitos, como violaciones, que no han quedado registrados. Según la antropóloga Eva Klonowski, que trabajó durante los procesos de identificación, el hallazgo de los restos de las víctimas se hace difícil porque «además del genocidio de Srebrenica, hubo muchas otras masacres. En Bosnia se han descubierto ya más de 70 fosas comunes».

Todavía hoy se reclama su parte de responsabilidad a las Fuerzas de Paz holandesas encargadas de la protección de Srebrenica, pues, en el momento de la tragedia, ocupaban el enclave 400 soldados holandeses de la ONU que no lograron evitar lo sucedido y prefirieron mirar para otro lado.

El comentado brindis entre el comandante de los cascos azules y el militar de los autores del genocidio, Ratko Mladic, registrado por una grabación, sigue abriendo viejas heridas y son muchos quienes piensan que no se hizo todo lo posible por impedir la matanza. El diario «The Guardian» reabrió el tema de las responsabilidades de Srebrenica, insinuando que habría podido ser evitable, pues meses antes se habían visto indicios de ofensivas desde las tropas del general Mladic, quien, según el diario británico, tenía firme intención de «hacer desaparecer completamente» a esa parte de la población. Además, sigue siendo un capítulo de la historia altamanente politizado y así quedó claro esta semana cuando Rusia vetó en la ONU una resolución con la que se quería definir a lo ocurrido en Srebrenica como «genocidio». Detrás de esta decisión está la intención de Putin de buscar aliados, en este caso Serbia en un panorama internacional en el que cada vez se encuentra más aislado. En su justificación, Putin aseguró que esa resolución estaba «políticamente motivada» y contenía información «distorsionada».

Hoy se da el último adiós a algunas de las víctimas que cayeron en Srebrenica y se vuelve a rememorar un genocidio que, sin duda, formará siempre parte de los peores episodios de la memoria colectiva de Europa.