Europa tiene un grave problema con los menores yihadistas

Después del ataque perpetrado el sábado por la noche en Zurich contra un judío por un presunto yihadista de 15 años del Estado Islámico, la noticia salta en Bélgica y los menores son también protagonistas. Según informan varios medios de comunicación, la policía federal arrestó esta mañana a cuatro personas en Ninove, Bruselas, Charleroi y Lieja, en el marco de una investigación terrorista en el entorno yihadista. "Los cuatro planearon un atentado", dijo la fiscalía federal.

Las unidades especiales allanaron cuatro direcciones diferentes en todo el país a primera hora de la mañana, operación rodeada de grandes medidas de seguridad. Buscaban a cuatro personas que tenían contacto por Internet y planeaban un atentado terrorista. Se trata de un adulto de Lieja, de 18 años, y tres menores de Ninove, Bruselas y Charleroi. Los cuatro son francófonos. De las conversaciones que mantuvieron allí se puede deducir que se han radicalizado. Al parecer, hablaron, entre otras cosas, del Estado Islámico.

"Son sospechosos de participar en un grupo terrorista y de preparar un atentado", afirmó Eric Van Der Sypt, de la fiscalía federal. Durante los registros no se encontraron armas ni explosivos. “Aún no se había determinado cuál sería el objetivo de ese ataque. Pero preferimos intervenir en una situación así", afirmó la fiscalía federal. "Es mejor demasiado pronto que demasiado tarde". La persona buscada en Ninove es un joven de 15 años que llegó a vivir a la ciudad el verano pasado. Su casa enfue registrada, pero finalmente fue arrestado en Bruselas.

Que Europa tiene un problema con los menores que se radicalizan a través de las redes del Estado Islámico es un hecho. El pasado mes de enero, la Policía Nacional detuvo, en la localidad sevillana de Montellano, a un menor que ya había probado con éxito una bomba que había elaborado gracias a los manuales de la banda yihadista. Estaba compuesto por explosivo TATP (conocido como “La madre de Satán) y metralla. Todo parece indicar que pretendía cometer una masacre en su colegio.

En concreto, el pasado 21 de enero, fue detectado por los agentes de la Comisaría General de Información (CGI) cuando abandonaba el domicilio portando una mochila, vestido con ropa negra y amplia a pesar de que en la zona hacía calor. En un determinado momento, se escucharon fuertes detonaciones, “que vienen a confirmar que el menor pudiera estar haciendo pruebas de cómo actúan los explosivos que pudiera tener en su poder”. A partir de ese momento, la operación que estaba en marcha se precipitó y se procedió a su detención, así como a la de su madre; y el registro del domicilio. A partir de mediados de noviembre, había adquirido sustancias ácido sulfúrico o azufre. Además, había manifestado públicamente su adhesión al Estado Islámico. Y en su propio teléfono móvil diverso material yihadista en el que se le inducía a cometer un atentado.

Suiza, Bélgica y España en muy poco tiempo. Estamos ante un grave problema, ya que los cabecillas del Estado Islámico saben que los menores son personas más vulnerables e influenciables. Les hacen creer que la sociedad occidental les rechaza por el hecho de ser musulmanes y que el único camino que hay ante esta realidad es la venganza.