Internacional

Crisis política

Las 30 horas más insólitas de la política sueca moderna

En apenas un día, la socialdemócrata Andersson fue investida primera ministra por el Parlamento, sus presupuestos fueron tumbados, Los Verdes abandonaron el Gobierno, dimitió y fue nominada para una nueva votación este lunes

La socialdemócrata Magdalena Andersson se somete este lunes de nuevo a la confianza del Parlamento sueco
La socialdemócrata Magdalena Andersson se somete este lunes de nuevo a la confianza del Parlamento suecoERIK SIMANDEREFE

La política en Suecia dejó hace mucho tiempo de ser esa balsa de aceite donde los socialdemócratas disfrutaban de una posición hegemónica que les permitió gobernar ininterrumpidamente entre 1932 y 1976. El siglo XXI ha venido acompañado de un sistema de partidos cada vez más fragmentado como refleja un “Riksdag” (Parlamento) donde se sientan ocho grupos políticos.

Como consecuencia de esta creciente atomización de fuerzas parlamentarias, resulta cada vez más difícil gobernar. Tras las elecciones de 2018 se necesitaron 131 días para armar una inestable alianza parlamentaria que implicaba a cinco partidos para que el socialdemócrata Stefan Löfven pudiera gobernar un segundo mandato. Y su sucesora, Magdalena Andersson, hasta ahora ministra de Finanzas, lo está sufriendo en carne propia sin haberse hecho aún cargo de las riendas del país. Hoy lunes volverá a someterse por segunda vez a la confianza del Parlamento tras el trepidante miércoles 24 de noviembre que pasará a la historia que el más delirante día de la política sueca contemporánea.

Aquel miércoles, Andersson, que relevó a Löfven al frente del Partido Socialdemócrata (SAP) el 4 de noviembre, se disponía a someterse a la confianza del “Riksdag” tras garantizarse horas antes el apoyo del Partido de la Izquierda a cambio de un aumento en las pensiones más bajas. Tal y como estaba previsto, hacia las 10 de mañana, la candidata era investida como la primera mujer al frente del Gobierno sueco. Pero no hubo tiempo de celebraciones. Tras la comida, a las 4 de la tarde, la Cámara rechazaba el proyecto de Presupuestos Generales elaborados por Andersson como ministra de Finanzas en el Gobierno saliente y daba su visto bueno al presentado por la oposición (conservadores, cristiano demócratas y ultraderechistas).

La flamante primera ministra contaba con este escenario y asumió que tendría que gobernar el año escaso que restan hasta las elecciones del próximo 9 de septiembre con unas cuentas públicas que no eran las suyas. Lo que esperaba Andersson, sin embargo, era que Los Verdes, socios de Gobierno del SAP desde las elecciones de 2014, decidían repentinamente a las 4:30 de la tarde abandonar el Gobierno por negarse a aplicar unos Presupuestos en los que había formado parte el partido ultra Demócratas Suecos (SD), tercera fuerza de la Cámara.

Ante el doble revés asestado contra un Gobierno que aún no había siquiera echado a andar, Andersson compareció a las 5 de la tarde para presentara su dimisión tras apenas siete horas como primera ministra electa. En su opinión, no quería que la salida de un miembro de la coalición despertara dudas sobre la legitimidad del Ejecutivo monocolor del Partido Socialdemócrata que se veía obligada a encabezar tras el portazo de los ecologistas, preocupados por unos sondeos que les colocan fuera del Parlamento tras las próximas legislativas.

Ya el jueves y tras las correspondientes consultas con los ocho partidos representados en el “Rikdsdag”, el presidente del Parlamento sueco, Andreas Norlén, anunció a las 14:30 su decisión de volver a nominar a Andersson para una nueva sesión de investidura este lunes, dado que es quien cuenta con más apoyos para poder gobernar. Eso sí Norlén no desaprovechó la ocasión para criticar a Los Verdes de la surrealista jornada vivida en el Parlamento. En opinión del presidente de la Cámara, la dimisión de la primera ministra unas horas después de ser elegida “corría el riesgo de dañar la confianza” en el sistema político sueco.

Así, esta mañana Andersson volverá a someterse a la confianza de un “Riksdag” donde contará con los 100 diputado socialdemócratas y la abstención de verdes (16 escaños), centristas (31) y ex comunistas (28). En el sistema parlamentario negativo sueco, un candidato solo necesita no tener una mayoría de la Cámara en contra, es decir 175 de los 349 escaños de la Cámara.

Así las cosas, si no hay sorpresas, dado que solo un diputado separa al Gobierno y sus aliados y a la oposición, la líder socialdemócrata presentará esta semana ante el rey Carlos XVI Gustavo el primera Gobierno formado solo por ministros del SAP desde 2006. A Andersson le espera un auténtico calvario a la hora de negociar en los próximos meses con unos partidos que ya han entrado en modo electoral.