Internacional

Cumbre de Bruselas

El bautismo europeo de Scholz

La elección del nuevo canciller alemán da esperanzas a una socialdemocracia en horas bajas

El canciller alemán, Olaf Scholz, conversa con el primer ministro portugués, Antonio Costa, este jueves en Bruselas
El canciller alemán, Olaf Scholz, conversa con el primer ministro portugués, Antonio Costa, este jueves en BruselasOlivier HosletAP

El nuevo canciller alemán, Olaf Scholz, se estrenó este jueves en una cumbre de los jefes de Estado y de Gobierno de los Veintisiete tras la retirada, después de más de 16 años en el poder, de Angela Merkel, quien en octubre recibió un homenaje de despedida por parte de sus homólogos europeos.

Las relativamente rápidas negociaciones de la inédita coalición entre socialdemócratas, liberales y verdes han tranquilizado a las cancillerías europeas, que temían un largo bloqueo en la política comunitaria si Berlín no conseguía encontrar un Gobierno estable. Los credenciales europeístas de Scholz también contribuyen a esta sensación de confianza. Todo indica que el nuevo Gobierno tiene las dosis justas tanto de continuismo como de aire renovadores y ha conseguido insuflar optimismo a la familia socialdemócrata europea, tras años de malas noticias.

«La política alemana no puede quedarse al margen de la política europea, sino que tiene que sentirse responsable para el progreso de Europa», aseguró Scholz en una rueda de prensa con la presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen la semana pasada. «Si queremos defender con confianza nuestro estilo de vida europeo, solo podemos hacerlo juntos, como Unión Europea», aseguró ayer en el Bundestag antes de partir hacía Bruselas. El acuerdo de coalición entre las tres fuerzas deja entrever una postura más dura respecto a la era Merkel tanto ante la deriva autoritaria de Polonia y Hungría como ante Rusia y China.

Además de adivinar a una posición más flexible de lo esperado frente a una posible reforma de las normas fiscales europeas, a pesar del perfil de «halcón» del titular de Finanzas, el liberal Christian Lindner. El Pacto de Estabilidad y Crecimiento, que fija el déficit en el 3% del PIB, volverá a estar operativo en el año 2023, tras el paréntesis de la pandemia, y Emmanuel Macron, cuyo país ostentará la Presidencia rotatoria de la Unión Europea el 1 de enero, ha anunciado una cumbre extraordinaria en marzo para abordar la reforma de las normas fiscales.

El propósito del presidente francés es que el rigor presupuestario no estrangule la recuperación económica post covid. Es evidente que el resultado de esta cumbre en en marzo evidenciará la buena o mala salud de las nuevas relaciones del tradicional motor franco-alemán. De momento, Scholz ha conquistado a Macron. Es partidario de una menor prudencia que su predecesora en los cambios institucionales europeos, por ejemplo a favor del sistema del «spitzenkandidaten» para que el candidato de la fuerza política más votada en las elecciones europeas se convierta en presidente de la Comisión Europea.

La cumbre del jueves estuvo marcada por las difíciles relaciones con Vladimir Putin. Precisamente, las tensiones respecto a Moscú por la concentración de tropas en Ucrania y una eventual invasión del país como la sucedida en 2014 en la península de Crimea pueden ser la gran primera prueba de fuego para la nueva coalición de Gobierno, ya que en el pasado Alemania siempre fue partidaria de poner sordina en la adopción de sanciones debido a su fuerte dependencia energética y la «coalición semáforo» está dividida sobre la autorización al gasoducto Nord Stream II.