Huso Horario
¿Por qué en Portugal es una hora menos que en Galicia y el resto de España?
El país luso está en el mismo huso horario que el resto de la Península, pero no comparten el mismo tiempo
Veinticuatro meridianos con una separación entre sí de 15 grados. Así están divididos los 360º que forman el globo terráqueo. El número de secciones en las que se divide la Tierra es el número de horas que tarda la Tierra en dar la vuelta a su propio eje y que constituye la medida de un día en el planeta. Cada 15 grados, una hora diferente, que se calcula usando el meridiano cero o meridiano de Greenwich como referencia.
A día de hoy, España tiene la misma hora que otros países de Europa central. En Madrid es la misma hora que París, Roma, Berlín o Budapest, y ciudades como Bucarest, Kiev o Moscú, más al este, ya tienen un huso horario distinto. Por otra parte, tiene una hora más que lugares como Islas Canarias, Reino Unido... Y Portugal.
Los llamados husos horarios fueron inventados por Sandford Fleming, un ingeniero de ferrocarriles canadiense, alrededor de 1879, y en 1884, en Washington, se fijó el meridiano de Greenwich como referencia. Los veinticuatro husos se rigen por un estándar de tiempo llamado UTC, que se obtiene del Tiempo Atómico Internacional, un estándar científico que mide el tiempo a partir de relojes atómicos que se encuentran en diversos puntos del planeta. Así, desde el meridiano cero hacia el este, se suma una hora a cada huso, según lo que dicte el estándar UTC, mientras que a los husos horarios que se encuentran desde el meridiano de Greenwich hacia el oeste se les resta una hora a cada uno.
El huso horario en España se fijó a comienzos del siglo XX con Alfonso XIII como monarca. El 1 de enero de 1901, las Islas Baleares y el territorio peninsular adoptaban la hora del Meridiano de Greenwich, aunque no se mencionó nada sobre las Islas Canarias. En 1923, otro Real Decreto señalaba que Canarias debía tener una hora menos que el resto de España debido a sus peculiaridades geográficas. De esta forma, a principios del siglo pasado, Alemania tenía una hora más que Francia, España, Reino Unido o Portugal.
Durante la Segunda Guerra Mundial, en 1940, Francia decretó a través de una orden ministerial adelantar una hora su reloj para estar en consonancia con Alemania, que en aquel entonces (y por razones relacionadas con el meridiano de Greenwich) tenía una hora más que Europa Occidental. Reino Unido, Francia y España, entre otros países europeos les siguieron.
“Considerando la conveniencia de que el horario nacional marche de acuerdo con los de otros países europeos, y las ventajas de diversos órdenes que el adelanto temporal trae consigo. Dispongo: 1- El sábado 16 de marzo, a las veintitrés horas, será adelantada la hora legal en 60 minutos”, rezaba el texto de la orden para que todos los países europeos tuvieran la misma hora. Galicia, al ser territorio español, se le consideraba el mismo huso horario.
Pero unos años más tarde, por razones de “salud pública”, Portugal y Reino Unido decidieron volver a su huso horario, mientras que España y Francia optaron por continuar igual que Alemania. Entre otras razones, portugueses y británicos decidieron evitar los efectos nocivos que tiene para el organismo y el ritmo circadiano adelantar dos horas -incluido el horario de verano-.
Cambios polémicos que llegan a día de hoy
En 1992, el primer ministro portugués, Aníbal Cavaco Silva, decidió cambiar el horario de manera unilateral y adoptar el horario de España o Alemania. La iniciativa se impuso por decreto-ley, y cuando el resto del mundo ganó una hora el último domingo de septiembre de ese año, Portugal se abstuvo, entrando en el horario de Europa Central. La principal razón a la que el mandatario se sujetaba es que a Portugal (al igual que Reino Unido) le corresponde el huso horario europeo, que se aplica desde 1972.
Muchos estuvieron satisfecho de poder ir en consonancia con el resto de países, pero la hora oficial no tenía nada que ver con la hora solar, un desfase que radicaba hasta dos horas y media en mal sintonía. A las nueve de la mañana en invierno, todavía era de noche, mientras que a medianoche en verano, el cielo no se había oscurecido. Un tema de debate que llegó a las elecciones legislativas portuguesas de 1995, con la llegada de António Guterres (actual secretaria de la ONU) al poder, Portugal restauró su tiempo medio de Greenwich.
En 2018, la Comisión Europea realizó una consulta en la que más del 80% de los 4,6 millones de ciudadanos europeos que participaron se mostraron a favor de acabar con los cambios de hora. El órgano propuso así acabar con esta costumbre, y en 2019, la Unión Europea acordó que la fecha límite para realizar el último cambio de hora sería en marzo u octubre de 2021.
Según los expertos, las personas más vulnerables como los niños o las personas mayores, pueden experimentar síntomas que afecten a su salud con un cambio de hora, un efecto “jet-lag” que desde hace años ha sido la razón principal para acabar con los cambios de huso horario. En Portugal, por ejemplo, los suicidios decayeron un 15% cuando volvieron a su huso horario tras cuatro años teniendo la misma hora que el resto de Europa. Dentro de España, también hay polémica por si se debería volver al huso anterior y compartir horario con Portugal o Reino Unido, o de lo contrario, seguir como hasta ahora.
En un principio, el pasado 31 de octubre era la última vez que se cambiaba la hora en los países europeos, pero la falta de entendimiento entre los diferentes estados y dentro de los propios territorios hace que esta decisión esté todavía en el aire. Si todo sigue como hasta ahora, el próximo 27 de marzo habría cambio de hora y se regresaría el horario de verano.
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