Elecciones portuguesas

Costa arrasó en Portugal al fagocitar a sus antiguos socios de la «jeringonza»

El derrumbe de la extrema izquierda y el miedo a la ultraderecha movilizaron al electorado portugués a favor del líder socialista

El socialista Antonio Costa disfrutará de una inesperada mayoría absoluta
El socialista Antonio Costa disfrutará de una inesperada mayoría absolutaArmando FrancaAgencia AP

Es la historia de una sorpresa mayúscula. Nadie pronosticaba una mayoría absoluta en Portugal para el socialista Antonio Costa, ni las encuestas, ni la oposición, ni el propio protagonista. «No es previsible», decía en las primeras horas de la noche a una cadena de televisión que logró una primera reacción del socialista tras salir los sondeos a pie de urna con el cierre de los colegios electorales. Aquellos números le auguraban la victoria, pero sin probabilidades de la mayoría que tanto anhelaba y que pidió en campaña. Se cumplía el guion previsto.

Pero horas más tarde, rozando la medianoche, el tono daba un giro de 180 grados al saberse que lo había conseguido, y pasaba de decir que esperaba que los partidos entendieran su victoria «como un refuerzo», una «señal de que los portugueses quieren que el Partido Socialista gobierne», a apuntar sumido en la euforia que sabría «interpretar fielmente» el mandato confiado, que solo fue «posible» porque miles de personas «de los más variados orígenes políticos» se «han unido a los socialistas».

Concretamente, 379.972 personas. Ese es el número de votos extra que los socialistas han conseguido en estas elecciones, y que provienen directamente de los socios de izquierda que le retiraron su apoyo en otoño, provocando que no pudiera aprobar sus Presupuestos para 2022 y, en consecuencia, motivando la convocatoria de estas elecciones anticipadas.

El marxista Bloque de Izquierda y el Partido Comunista perdieron un total de 344.861 votos. Los 35.000 votos restantes se explican, según primeras interpretaciones de expertos, con la movilización, que fue mayor de lo esperado y consiguió romper la tendencia de abstención al alza que sufre Portugal y que llegó en las legislativas de 2019 a marcar un récord del 51%. El domingo fue del 42%.

Resultados elecciones Portugal
Resultados elecciones PortugalJosé Luis Montoro

Por tanto, absorción de la izquierda como primera gran clave de esta sorprendente mayoría, que se convierte en la segunda que consigue un primer ministro socialista tras la de 2005 del malogrado José Sócrates –que pidió el rescate del país y ha llegado a estar en prisión preventiva por una investigación de presunta corrupción y blanqueo de capitales, por la que finalmente no irá a juicio–.

¿Pero cómo lo consiguió Costa? «Si Rui Rio formase Gobierno, sería rehén de la extrema derecha», lanzaba en los últimos días de la campaña, en la que los sondeos decían que habría un empate técnico entre los socialistas y el centro derecha del PSD, liderado por Rio. Con necesidad ambos de sumar para llegar a la mayoría, Costa agitó constantemente la idea de que ese socio preferente de Rio sería el partido de ultraderecha Chega, lanzado en unos sondeos que en este caso sí acertaron de pleno: el partido creado en 2019 y hasta ahora con un diputado, André Ventura, creció el domingo hasta ser la tercera fuerza del país, con 12 escaños.

De poco sirvió que el PSD lleve meses –y dos elecciones, las municipales de septiembre y las del domingo– estableciendo una cerca sanitaria a Chega y negando cualquier posibilidad de acuerdo. La idea de que la extrema derecha llegase a ocupar ministerios ha movilizado de forma espectacular a la izquierda, mientras que por el lado de la derecha el PSD no ha sabido capitalizar el descontento hacia Costa tras seis años como primer ministro.

La dispersión de la derecha

La derecha ha sumado 549.000 nuevos votos, de los que el centro derecha apenas se ha llevado 120.000. El grueso ha ido a parar a dos nuevas formaciones, Chega e Iniciativa Liberal (IL), fundado en 2017 y que dos años después de su nacimiento entraba en el Parlamento también con un diputado. El domingo ganó ocho.

Entender los perfiles de los votantes de estos partidos pasa a ser la nueva obsesión nacional, y tarea imprescindible para comprender la evolución del voto conservador, que empieza a abandonar tras más de 40 años de vida democrática la gran amalgama que suponía el PSD para apostar por proyectos que, en lugar de aglutinar, marcan un carácter muy particular para seducir, como se comprueba en los resultados: Chega tuvo 319.000 votos más e Iniciativa Liberal, más de 200.000; nada desdeñable en un país con poco más de nueve millones de electores.

Lo que indica el mapa de voto es que Chega conquistó las zonas del interior de Portugal y más rurales, como el Alentejo, Ribatejo y el Algarve, en tanto que IL se insufló de aire en los núcleos urbanos, como Lisboa, Cascais, Oeiras y Oporto. Interior del país frente al litoral, donde han tenido éxito los respectivos discursos de los partidos.

Si el ultraderechista ha explotado un discurso xenófobo contra los gitanos y criticado a las “élites” que derrochan, los liberales han recordado los multimillonarios recursos derivados a empresas públicas deficitarias desde hace años, como la aerolínea TAP, y han insistido en la necesidad de bajar impuestos.