Guerra inminente
EE UU acusa a Rusia de iniciar su guion para invadir Ucrania
Washington cree que las maniobras en la frontera y los choques en Donbás son las primeras fases del plan ruso
La crisis de Ucrania se acerca a un punto de inflexión tras semanas de alerta máxima ante un inminente ataque de Rusia en la frontera con su país vecino, donde Vladimir Putin acumula ya cerca de 190.000 soldados, según los servicios de inteligencia estadounidenses, así como el 75% de las tropas convencionales rusas ya desplegadas para atacar. En un domingo víspera del festivo nacional en por el «Día del Presidente», Joe Biden convocaba al Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca para tratar con urgencia la situación en Ucrania. Ni EE UU ni sus aliados han perdido la esperanza de frenar las crecientes tensiones internacionales a través de la vía diplomática, pero aseguran desde hace varias hace semanas que tienen todo preparado para poner en marcha «severas y rápidas sanciones» contra Rusia si decide invadir Ucrania.
«Estamos haciendo todo lo que está a nuestro alcance para eliminar cualquier razón que Rusia pueda dar para justificar la invasión de Ucrania y evitar que se muevan», anunció el presidente desde la Casa Blanca. «No se equivoquen: si Rusia sigue con sus planes, será responsable de una guerra catastrófica e innecesaria», enfatizó Biden el sábado.
El presidente estadounidense aprovechó también la ocasión para confirmar su asistencia al encuentro virtual del G-7 este jueves en un momento clave para abordar la dramática situación en Europa del este. En un cambio de retórica, Biden aseguró estar convenido de que Putin ya ha tomado la decisión de invadir Ucrania y trasladó la inquietud de su equipo de asesores, que ha reiterado en diversas ocasiones tener «motivos para creer» que las fuerzas rusas atacarán «la próxima semana, en los próximos días», siendo Kiev, la capital, su principal objetivo.
De hecho, los últimos días se han producido violentos enfrentamientos, ataques y bombardeos en aquellas regiones fronterizas de Ucrania controladas por separatistas prorrusos. Un escenario descrito con «olor a guerra muy fuerte» por corresponsales que cubren la zona y cuyo testimonio fue recogido por el «New York Times» dando a conocer que se habían intensificado los bombardeos durante el fin de semana en la línea del frente el este del país.
Rusia, además, incrementaba intencionalmente las tensiones supervisando un lanzamiento de pruebas de misiles hipersónicos con capacidad nuclearque pueden evadir las defensas estadounidenses, en lo que se entendía como una maniobra de provocación. Aunque los últimos anuncios del Kremlin apuntan a su predisposición a participar diplomáticamente en la resolución del conflicto, los ministros de Exteriores del G-7 emitieron un comunicado subrayando su «compromiso con Rusia de continuar con el diálogo sobre los temas de interés mutuo, como la seguridad europea, la reducción de riesgos, la trasparencia, el fomento de la confianza y el control de armas».
Declaración conjunta en la que reiteraron el compromiso del G-7 «de encontrar una solución pacífica y diplomática a la crisis actual» instando a Rusia a aceptar la «oferta de diálogo a través del Diálogo de Estabilidad Estratégica entre EE UU y Rusia, el Consejo de la OTAN y la OSCE” con la ferviente esperanza de que Rusia participe «de manera constructiva».
Pero los servicios de inteligencia de EE UU han alertado durante días tener todos los indicios de que «Rusia podría lanzar un ataque contra Ucrania en cualquier momento», ya no solo en la frontera ucraniana con el apoyo de prorrusos, sino alcanzando una «gran invasión» para la cual el presidente ruso tendría el 75% del despliegue necesario listo desde enero. Así lo dio a conocer EE UU, en un gesto estratégico de transparencia para presionar a Putin, que tendría previsto llegar hasta Kiev.
El Consejo de Seguridad Nacional coincidía con el fin de la Conferencia de Seguridad de Múnich, que a su vez culminaba en la ciudad alemana con el conflicto armado entre Rusia y Ucrania como telón de fondo. Los principales líderes europeos, junto con EE UU y el resto de la OTAN, participaron en el encuentro con la destacada ausencia de Rusia. Entre otras medidas,Bruselas anunció estar preparada para un corte de suministro de gas si Rusia invade Ucrania.
La vicepresidenta , Kamala Harris prometió en su esperado discurso en Alemania una respuesta «rápida, severa y unida» si Rusia invade Ucrania. Harris se reunió, al margen de la Conferencia de Seguridad en Múnich, con el presidente ucraniano, Vlodomir Zelenski, en un encuentro bilateral.
Bajo las advertencias de líderes europeos como el canciller alemán, Olaf Scholz, que mostró su preocupación al reconocer que «una guerra amenaza de nuevo a Europa», otros temas como la pandemia y sus devastadores efectos sanitarios y económicos, así como la lucha contra el cambio climático, quedaron relevados a un segundo plano en Múnich.
Otro acontecimiento mundial, los Juegos Olímpicos, se clausuraban en China coincidiendo con la declaraciones de Antony Blinken afirmando que los sucesos de este pasado fin de semana apuntan a que Rusia impulsa un «manual» para un ataque y que podría haber esperado a que el evento deportivo finalizara por respeto a su aliado chino. «Todo lo que estamos viendo apunta a que esto va completamente en serio, a que están a punto de invadir», señaló el secretario de Estado de EE UU en una entrevista televisada.
Antes de reunirse con el ministro de relaciones Exteriores ruso, Sergei Lavrov, el miércoles, Blinken se adelantaba a las advertencias ya anunciadas previamente por EE UU, recordando que «tal y como hemos descrito, todos los pasos previos a la invasión en sí parecen estar produciéndose».
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