Ocupación de Donbás

El Senado ruso autoriza el despliegue militar en el este de Ucrania

El Kremlin reconoce a las regiones separatistas de Lugansk y Donetsk con las fronteras que existían cuando proclamaron su independencia en 2014

La derrota de las tropas rusas en el frente de Kiev ha obligado al Kremlin ha reorganizar su estrategia en Ucrania
La derrota de las tropas rusas en el frente de Kiev ha obligado al Kremlin ha reorganizar su estrategia en UcraniaYURI KOCHETKOVAgencia EFE

Este martes resultó complicado intentando asimilar las posibles consecuencias al anuncio, la noche anterior, del reconocimiento de las repúblicas de Donetsk y Lugansk por parte de Rusia. La resaca venía en forma de sanciones para Moscú e incertidumbre para Ucrania, sin saber a ciencia cierta qué movimientos darían uno y otro contrincante en el tablero del este de Europa.

Rusia informaba por la mañana de que no planeaba desplegar sus tropas en las nuevas repúblicas reconocidas, pero por la tarde el presidente, Vladimir Putin, solicitaba a la Cámara Alta del Parlamento de su país el uso de las Fuerzas Armadas.

Horas más tarde, el Senado anunciaba que había aprobado la autorización, dando vía libre a la entrada a Donbás del Ejército ruso, que aguardaba al otro lado de la frontera. Poco después, el presidente ruso dio por acabado el plan de coordinación para la pacificación de la zona declarando que “los Acuerdos de Minsk ya no existen” e inaugurando una nueva etapa para estos territorios, que acogían la llegada de las tropas rusas con fuegos artificiales.

La afirmación más contundente del jefe del Kremlin llegó a continuación, cuando dijo que “Rusia reconocía la República Popular de Donetsk y la República Popular de Lugansk, lo que significa que reconoce sus fronteras dentro de las regiones de Donetsk y Lugansk cuando formaban parte de Ucrania”. La contundencia del presidente ruso contrastaba con el titubeo de su ministro de Exteriores, Serguei Lavrov, que no acertó a dar una respuesta clara al ser preguntado esta misma mañana.

Siendo así, los posibles escenarios se reducen, ya que las zonas controladas por los separatistas suponen un tercio del territorio total las repúblicas reconocidas, ya que los dos tercios restantes, de momento, permanecen bajo el control de Kiev. Sería factible que Rusia y su ejército conquistaran el territorio que falta para alcanzar las fronteras que estas repúblicas ocupaban originalmente.

Si desde el comienzo de esta crisis el Kremlin aseguró, por todos los medios que no pensaba atacar Ucrania, podría estar manteniendo esa promesa, puesto que para Moscú ya no forman parte de Ucrania. El portavoz del Kremlin, Dimitri Peskov, declaraba también hoy que Rusia reconoce la independencia de las regiones separatistas “en las fronteras que existían cuando proclamaron” su independencia en 2014.

Putin pidió también a su ministerio de Defensa que “garantice el mantenimiento de la paz” en esos territorios, a la vez que exigió al Gobierno de Kiev que adoptase un estatus neutral, después de acusarle de no haber respetado los Acuerdos de Minsk, hecho que ha llevado a Rusia a reconocer la soberanía de las repúblicas populares de Donetsk y Lugansk.

Sin anexión a la vista

Algunos analistas rusos sostenían, antes de la declaración de Putin, que Moscú llevaría a cabo una anexión a la Federación de Rusia, algo que muchos de sus habitantes habrían visto con buenos ojos al considerarse rusos. Al final, no ha sido así, pero estas repúblicas mantendrán una relación de privilegio con Moscú.

Hoy mismo, el Parlamento de Donetsk refrendaba un acuerdo de amistad, defensa y cooperación con Rusia, por el cual esta república quedará amparada por su país vecino en aspectos que van desde el suministro de gas a la dotación de pensiones.

Rusia, consciente de que llegarán las anunciadas sanciones por parte de los países occidentales, ha querido quitarle drama al asunto. El propio ministro de Exteriores ruso afirmaba que su Ejecutivo sabía “que las sanciones serán impuestas de todos modos, en cualquier caso. Con o sin razón”.

La primera medida de castigo fue anunciada por Alemania, que ha retirado la certificación al gaseoducto Nord Stream 2, que se encontraba listo para empezar a bombear gas a Europa. Según palabras del portavoz del Kremlin, esta ha sido una medida “errónea”, “porque hemos dicho constantemente que este proyecto no tenía nada que ver con la política”, se lamentaba Peskov.

A la espera de nuevos acontecimientos, a última hora de la tarde Lavrov anunciaba que retiraba a su personal diplomático de Ucrania “para proteger la vida y la seguridad” de estos funcionarios.