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Qatar 2022

Peligra la repesca del Mundial de Qatar por el conflicto entre Rusia y Ucrania

Polonia tiene que viajar a Moscú para medirse al combinado ruso el próximo 24 de marzo

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El pasado 26 de noviembre, se realizó el sorteo de la repesca europea para el Mundial de Qatar 2022, en el que se decidirán las otras tres selecciones de Europa que van al torneo y acompañarán a las ya clasificadas del continente: Alemania, Francia, Bélgica, Croacia, Serbia, Inglaterra, Suiza, Países Bajos y España.

Las dos selecciones más llamativas de estas eliminatorias, Italia y Portugal, quedaron encuadradas en el mismo grupo, junto con Macedonia del Norte y Turquía, por lo que la selección italiana y/o la lusa no estará en el gran torneo del fútbol. Pero en otro de los grupos, coincidieron Rusia y Polonia, que de hecho deberán jugar una de las semifinales: el próximo 24 de marzo, el combinado polaco deberá viajar a Moscú para disputar el partido que enfrente a ambas selecciones. Y es que el conflicto actual entre la Federación Rusa y Ucrania podría salpicar al país polaco, algo que ha llevado a la Federación de Fútbol de Polonia a pedir a la FIFA que “esté atenta y busquen una solución”.

El organismo polaco ha expresado de esta manera su preocupación “debido a la tensa situación política en Ucrania y la Federación Rusa, así como a una posible escalada y el inicio de un conflicto armado”. “Cabe destacar que el papel de la Asociación Polaca de Fútbol, como asociación deportiva, es proporcionar a los futbolistas polacos las condiciones óptimas para la preparación y el rendimiento en los partidos internacionales. Las decisiones políticas, por ejemplo, con respecto a la imposición de posibles sanciones a la Federación Rusa, quedan en manos de las autoridades estatales y organismos internacionales”, indica en un comunicado.

El presidente de Rusia, Vladimir Putin, reconoció la independencia de las repúblicas autoproclamadas de Donetsk y Lugansk y la calificó como una respuesta a “la agresión” de Ucrania en la región del Donbás. Putin subrayó la “necesidad objetiva de la decisión tomada (en alusión al reconocimiento de la independencia de las provincias ucranianas) ante la agresión de las autoridades ucranianas en el Donbás y su categórica negativa a cumplir los Acuerdos de Minsk”, según un comunicado emitido por el Kremlin.

Pero Estados Unidos y la Unión Europea alertaron de una posible invasión rusa al resto de Ucrania. De hecho, los países occidentales han comenzado a imponer sanciones a funcionarios del Kremlin. Los Veintisiete aprobaron ayer un paquete de sanciones contra Rusia que incluyen al ministro de Defensa, Sergei Shoigu; la portavoz de Exteriores, María Zakharova; el jefe de gabinete de Vladimir Putin , Anton Vaino y altos mandos militares, pero dejan fuera de este listado al propio presidente ruso y a su ministro de Exteriores, Sergei Lavrov. En total son 27 las personas y entidades sancionadas que se unen a los 351 miembros de la Duma que votaron a favor de la independencia de la región del Donbás.

Un clima de tensión que va en aumento con el paso de los días, y que podría llevar a un conflicto a gran escala y no visto en Europa desde hace décadas. En este sentido, el fútbol pasa a un segundo plano y ha llevado al organismo polaco a exigir medidas. “Sin embargo, siendo conscientes de las amenazas potenciales relacionadas con la situación actual, estamos a la espera de la posición de los órganos de gobierno de la federación mundial”, apunta la Federación Polaca.

Las otras selecciones encuadradas con Rusia y Polonia son Suecia y República Checa, que también se pueden ver afectadas por este conflicto. La primera ministra de Suecia, Magdalena Andersson, prometió este martes “una fuerte respuesta” de la Unión Europea (UE) ante el reconocimiento de Rusia de las regiones de Donetsk y Lugansk, en el marco del recrudecimiento del conflicto en el este de Ucrania. Mientras, la ministra checa de Defensa, Jana Cernochova, también interpretó la decisión del presidente ruso de reconocer la independencia de las regiones ucranianas de Donetsk y Lugansk como un intento de recomponer la extinta Unión Soviética.