Auschwitz en Kiev
Por qué Zelenski dice que la tragedia se repite en Babi Yar 80 años después
Este barranco situado a las afueras de Kiev, hoy bombardeado por las tropas de Putin, fue el escenario de una masacre nazi durante la II guerra mundial
Caen las bombas sobre Kiev y los ucranianos no pueden evitar preguntarse cómo es posible que tragedias que parecían propias de otro tiempo se repitan tal día como hoy, en pleno siglo XXI. Bombardean las tropas de Vladimir Putin lugares como la torre de televisión de Kiev pero acaban cayendo las bombas en lugares que son estratégicos y en los que no lo son, en espacios que son cruciales para las comunicaciones y en sitios que lo son para la memoria sentimental como Babi Yar.
El armamento de las tropas rusas ha caído este martes sobre Babi Yar, el barranco situado a las afueras de Kiev que fue escenario de la gran masacre de los nazis en territorio ucranio durante la II guerra mundial. Se calcula que, durante la ocupación nazi, entre 100.000 y 150.000 personas fueron ejecutadas en este barranco. Perdieron la vida miles de judíos, pero también prisioneros de guerra soviéticos, partisanos, gitanos y comunistas.
Babi Yar se había convertido hasta ayer en un parque, en un memorial del Holocausto, en un lugar tristemente célebre por ser un museo del terror como lo fue Auschwitz. Sin cámaras de gas, a balazos.
El 19 de septiembre de 1941, aproximadamente tres meses después de la invasión de la Unión Soviética, los ejércitos de Hitler entraron en Kiev y bombardearon varios edificios del centro de la ciudad culpando de él a los judíos.
Con este pretexto procedieron a la masacre; distribuyeron folletos por toda la ciudad de más de un millón de habitantes, en los que se ordenaba a los judíos que se presentaran en un cruce de las afueras de Kiev a primera hora de la mañana del 29 de septiembre de 1941. Debían llevar dinero y ropa de abrigo. Los que se negaran a acudir serían fusilados.
Pensaban que iban a ser víctimas de una deportación, pero la realidad es que les esperaba la muerte. Se ordenó a la gente que se quitara la ropa. Luego se les condujo al borde del barranco y se les disparó.
En solo dos días, entre el 29 y el 30 de septiembre de 1941, 33.771 judíos fueron ejecutados por los Einsatzgruppen. Fue el mayor crimen practicado por el Tercer Reich hasta el momento y muestra inequívoca de hasta dónde estaban dispuestos a llegar los nazis respecto al exterminio.
¿Por qué Babi Yar (”barranco de la Abuela”) y no otro sitio? La razón es simple: se trataba de un lugar solitario a las afueras de la capital y era perfecto para una ejecución masiva, para hacer desaparecer sus cuerpos en la profundidad de aquellos desfiladeros anchos y naturales, sin necesidad de tener que cavar fosas comunes.
No solo fosa de judíos
No acabó aquí la siniestra historia de Babi Yar, puesto que a principios de 1942 se convirtió también en fosa común donde alemanes y ucranianos fusilaron a miles de soldados rusos capturados al Ejército Rojo, a miembros de la raza gitana y a militantes del Partido Comunista Soviético.
Hasta 1976 no se erigió un monumento, aunque sólo para conmemorar a los militares del Ejército Rojo o miembros del Partido Comunista fusilados en los barrancos, sin hacer mención alguna ni de los hebreos ni del resto de los asesinados.
Y así fue hasta la caída de la URSS en 1991. Tras producirse la independencia de Ucrania, finalmente se recordó a las más de 100.000 víctimas de Babi Yar con independencia de su origen, fuera judío, ruso o ucraniano.
✕
Accede a tu cuenta para comentar