"Ley mordaza"

Putin intensifica su persecución contra la Prensa

La guerra de Ucrania también se libra en diarios, radios, televisiones y medios digitales, que se han convertido en los nuevos frentes de batalla de los conflictos bélicos 2.0.

La Cámara Baja del Parlamento ruso en Moscú, en una imagen de archivo
La Cámara Baja del Parlamento ruso en Moscú, en una imagen de archivoDPA vía Europa PressDPA vía Europa Press

La guerra de Ucrania también se libra en diarios, radios, televisiones y medios digitales, que se han convertido en los nuevos frentes de batalla de los conflictos bélicos 2.0. Esta semana la UE daba el primer paso hacia la creación de esa trinchera vetando las emisiones de los canales RT y Sputnik, acusándolos de prorrusos. Con la veda abierta, el Kremlin ejerció su movimiento en el tablero mediático clausurando la emisora de radio Eco de Moscú y el canal de televisión Dozhd, a los que acusó de «alta traición» a Rusia, limitando primero sus emisiones, después de años en antena, y provocando la salida del país de Tijon Dzyadko y Alexei Venediktov, directores de ambos medios que han expresado su deseo de seguir informando a través de otras plataformas desde fuera de Rusia.

Desde que comenzara la guerra, el Kremlin ha sido muy claro con los medios de comunicación rusos, no permitiéndoles utilizar palabras como «guerra», «invasión» o «ataque», tal y como determinó esta semana el Servicio Federal ruso de Supervisión de los Medios.

Además, la Cámara Baja del Parlamento ruso aprobó hoy un proyecto de ley que contempla multas y penas de cárcel por la difusión de información “falsa” sobre las acciones de las Fuerzas Armadas. El documento fue aprobado por la Duma Estatal tras la segunda y tercera lectura, con unanimidad entre los 401 parlamentarios presentes. “El proyecto será rápidamente enviado al Consejo de la Federación (la Cámara Alta)”, manifestó el presidente de la Duma, Viacheslav Volodin, quien resaltó que el proyecto será enviado a manos del presidente, Vladimir Putin, antes de incidir en que “existe la posibilidad de que literalmente mañana esto esté mañana en vigor”.

El proyecto contempla ampliar las penas de prisión, con máximas de hasta 15 años, “por la difusión deliberadamente falsa de información” sobre las actividades del Ejército ruso “durante el desempeño de sus funciones para proteger a los ciudadanos y al Estado”. Así,la condena mínima sería de tres años de cárcel. En caso de difundir dicha desinformación a través de redes sociales e Internet, la pena podría ser de entre cinco y diez años, mientras que si el contenido “ha tenido consecuencias socialmente peligrosas”, puede suponer hasta 15 años de prisión.

El periódico ruso «Novaya Gazeta», dirigido por el editor Dmitry Muratov, ganador del Premio Nobel de la Paz el año pasado, anunció este viernes que eliminará todo el material sobre las acciones militares de Rusia en Ucrania de su sitio web debido a la censura. Los problemas para este diario no llegaron la semana pasada al publicar una edición especial bilingüe, en ruso y ucraniano, ni con las palabras de Muratov en las que afirmaba que «No reconocemos a Ucrania como el enemigo, ni al ucraniano no como el idioma del enemigo. Y nunca lo reconoceremos», sino que aparecían cuando «Ruskaya Gazeta», al igual que el canal Dozhd y Eco de Moscú, informaban sobre la muerte de civiles en Ucrania y los bombardeos sobre las ciudades de ese país por parte de las Fuerzas Armadas rusas, informaciones que «no correspondían con la realidad».

El organismo ruso de vigilancia de los medios de comunicación les avisó de que limitaría el acceso a esas tribunas e impondría cuantiosas multas si no borraban esos contenidos. Muratov ordenó hacerlo de inmediato y, poco después, su periódico publicaba una carta abierta a sus lectores en la que expresaba que «la censura militar en Rusia pasó rápidamente a una nueva fase: de la amenaza de bloquear y cerrar publicaciones (que se implementó casi en su totalidad) a la amenaza de enjuiciamiento penal de periodistas y ciudadanos que difunden información sobre las hostilidades militares que es diferente de los comunicados de prensa del Ministerio de Defensa», apostillando que «no hay duda de que esta amenaza se hará realidad».

El rotativo afirmó que no podía poner en riesgo la libertad de sus trabajadores, pero tampoco estaba dispuesto a ignorar el deseo de sus lectores de que continuasen trabajando, incluso bajo la censura. Así que confirmó que estaba eliminando todo el material subido a la web del periódico y redes sociales «sobre ese tema». «Seguimos informando sobre las consecuencias que enfrenta Rusia: la crisis económica en desarrollo, la rápida disminución de los niveles de vida, los problemas con el acceso a medicamentos y tecnologías extranjeras y la persecución de disidentes, incluso por declaraciones contra la guerra», puntualizó «Novaya Gazeta».

A la oposición de los medios de comunicación a la guerra en Ucrania se ha sumado la de varios miles de ciudadanos de Rusia y Bielorrusia, que han salido a las calles desde que empezó la operación militar rusa. Según la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE), se han producido más de 7.000 detenciones en ambos países, en los que se han desplegado importantes medidas de seguridad. Para la próxima semana se prevén nuevas convocatorias de protesta, siendo las ciudades de Moscú y San Petersburgo las que han congregado a más manifestantes en sus calles.