Boric abre una nueva era en Chile

En el salón de Honor del Congreso Nacional de Valparaíso, y bajo estrictos protocolos sanitarios a raíz de la pandemia del covid, que aún se hacen sentir en el país, Gabriel Boric fue investido como presidente de Chile, convirtiéndose en el mandatario más joven en asumir el cargo en toda la historia del país. «Vamos a dar lo mejor de nosotros mismos para estar a la altura de los desafíos que tenemos como país», dijo en unas breves declaraciones a la salida de la Cámara Alta, donde en una solemne ceremonia recibió la banda presidencial y prestó juramento. Tras meses de una intensa campaña política, el ex diputado se impuso con un 54% ante un 45% al representante de la extrema derecha José Antonio Kast.

En su discurso triunfal de diciembre, el izquierdista Boric, militante del Partido Apruebo Dignidad y defensor de un Estado de Bienestar y pro ambientalista, indicó que esta era una gran responsabilidad y que sería el presidente «de todos los chilenos y chilenas». El líder de una coalición entre el Frente Amplio y el Partido Comunista, aprovechó sus primeras palabras como presidente para agradecer también a la labor de los periodistas. «Muchas gracias a la prensa que cumple la esencial labor de siempre: cuestionar al poder», manifestó. Boric, que recibió el testigo del conservador Sebastián Piñera, adelantó que «van a venir momentos difíciles de alta exposición y arduo trabajo, y será en esos momentos cuando más debemos actuar en equipo». El ex líder estudiantil, que ha colocado al frente del Ministerio del Interior a una mujer (Izkia Siches) por primera vez, ha defendido que tiene la convicción de que «un buen presidente no es el que está encima de sus ministros (...) sino el que les permite brillar y desplegar su talento». Oriundo de la Región de Magallanes, una de las más australes del país, el presidente izquierdista ha reconocido varias veces que su mandato será feminista. Incluso ha llamado tanto a hombres como mujeres a tomarse en serio sus políticas a favor de las mujeres. Cabe recordar que más del 50% de su gabinete está compuesto por mujeres.

El aforo permitido para la ocasión fue de 500 invitados, entre los que se encontraban los representantes del Gobierno de Perú, Argentina, Brasil, Bolivia, Colombia, Ecuador y México. También estuvo presente el Rey Felipe VI, quien visitó el país por primera vez en su calidad de jefe de Estado español y mantuvo reuniones bilaterales tanto con Boric como con el presidente saliente, Sebastián Piñera. Piñera, según un estudio de Cadem (Empresa de investigación de mercados y opinión pública), deja su mandato con el porcentaje de aprobación más bajo (24%) y de desaprobación más alta (71%) desde 1990 de la historia del país.

La actual presidenta del Senado, Ximena Rincón (Partido Demócrata Cristiano) aseguró en declaraciones a LA RAZÓN que «para nuestra historia como país significa reafirmar nuestra democracia, nuestra república y sus valores esenciales (…) Espero que al nuevo Gobierno le depare un futuro exitoso por el bien de Chile, que sepa conciliar los cambios necesarios que el país necesita, con respeto al estado de derecho y a las instituciones republicanas», dijo. La parlamentaria además aseguró que la nueva Administración contará con todo el respaldo de su partido en la medida que garantice la prosperidad y el bienestar para todos los chilenos.

Y es que la máxima autoridad de la Cámara Alta confesó que el escenario no es fácil tomando en cuenta el impacto que ha tenido la pandemia, la desaceleración economía y la incertidumbre que además genera el conflicto bélico entre Rusia y Ucrania. Según la legisladora, el futuro «no se ve para nada prometedor, sin embargo, tenemos esperanza que entre todas y todos sabremos afrontar los desafíos que vienen».

El senador representante de Evópoli, Luciano Cruz-Coke, espera que la nueva Administración que considera «una coalición sin experiencia» produzca una ponderación «más mesurada y menos soberbia» respecto de lo construido en Chile durante las últimas cuatro décadas. De hecho, indicó que es importante valorar ese avance que «redujo la pobreza de un 60% a un 8% y mejoró, en casi cualquier indicador que se examine, las condiciones materiales de vida de los chilenos». Cruz-Coke además reconoció que espera que gobernar «sirva de antídoto eficaz al infantilismo refundacional que han mostrado permanentemente el Frente Amplio y sus socios del Partido Comunista».