Brújula Estratégica
Los Veintisiete se comprometen a gastar más y mejor en Defensa
Acuciada por el conflicto en Ucrania, la UE aprueba su estrategia de seguridad para la próxima década
Los ministros de Exteriores y Defensa de los Veintisiete se reunieron este lunes en Bruselas durante una sesión conjunta para abordar los últimos acontecimientos de la guerra en Ucrania y dar luz verde a la denominada “Brújula Estratégica”, el documento que sentará las bases del nuevo plan de seguridad y defensa de la UE en la próxima década.
Aunque este texto lleva fraguándose durante los últimos dos años y ya en el mes de noviembre se sentaron las bases de un primer borrador, la contienda a las puertas de la Unión Europea ha hecho que el tono sea mucho más duro ante la amenaza rusa con párrafos de un insólito sentido de urgencia. “La vuelta de la guerra a Europa con una injustificada y no provocada agresión contra Ucrania, así como mayores movimientos geopolíticos están desafiando nuestra habilidad para promover nuestra visión y defender nuestros intereses. Vivimos en la era de la competencia estratégica y las amenazas de seguridad complejas”, comienza el documento aprobado ayer de 47 páginas que el máximo representante de la diplomacia comunitaria, Josep Borrell, ha definido como un “salto cuántico”.
“El entorno de seguridad más hostil requiere que demos un gran salto y aumentemos nuestra capacidad y voluntad de actuación, reforcemos nuestra capacidad de recuperación e invirtamos más y mejor en nuestras capacidades de Defensa”, señala el comunicado aprobado por las cancillerías.
Entre las principales propuestas de la “Brújula estratégica“, se encuentra la puesta en marcha de una fuerza rápida de hasta 5.000 efectivos que deberá estar plenamente operativa en 2025. Ya en el año 2007 se crearon dos batallones con alrededor de 1.500 soldados cada uno y que nunca se han puesto en marcha debido a las reticencias de las cancillerías, que nunca han alcanzado la unanimidad para decidir su despliegue sobre el terreno, en un plazo máximo de quince días tras la identificación de una crisis.
En esta ocasión, se quieren enmendar los errores del pasado. No solo se trata de que la toma de decisiones pueda ser más ágil entre los países que quieran participar en estas fuerzas rápidas (si bien permanecerá invariable la regla de la unanimidad), sino también hacer frente a otros obstáculos que ahora se quieren subsanar como la falta de presupuesto, equipamiento por tierra, mar y aire o planificación. Por eso, la meta reside en que durante este año se apruebe un documento detallado sobre los diferentes escenarios ante los que se podrían activar esta nueva fuerza y que el año que viene comiencen las maniobras conjuntas entre los diferentes batallones por tierra y mar. El propósito es poder desplegar también sobre el terreno 200 expertos en misiones de la Política Común de Seguridad y Defensa (PCSD) completamente equipados en un plazo de 30 días.
Todo esto sin poner en peligro la coordinación con la OTAN que ha despertado de su letargo tras la invasión de Ucrania. Se espera que la Brújula Estratégica reciba su espaldarazo final en la cumbre de jefes de Estado y de Gobierno de los Veintisiete que tendrá lugar este jueves y viernes en la capital comunitaria y a la que ha sido invitado el presidente de EE UU, Joe Biden, quien también participará en una cumbre extraordinaria de la Alianza.
“En el apoyo a Ucrania frente a la agresión rusa, estamos mostrando una determinación sin precedentes para restaurar la paz en Europa de manera conjunta con nuestros aliados. Una Unión europea más fuerte y capaz en el ámbito de la seguridad y defensa contribuirá de manera positiva a las seguridad transatlántica global y será complementaria a la OTAN, que seguirá siendo el fundamento de la seguridad colectiva para sus miembros”, asegura el texto aprobado que también supone una renovación de los votos del vínculo transatlántico, muy debilitado tras la espantada de EE UU de Afganistán y al contrato de los submarinos Aukus.
En línea con la declaración de la cumbre celebrada en Versalles, se espera que durante la primera mitad de este año, los líderes europeos fijen nuevos objetivos sobre su gasto en Defensa, después de que Alemania haya dado un triple salto mortal al comprometerse a que este cifra llegue al 2% del PIB, con un nuevo fondo de 100.000 millones de euros que se pondrá en marcha este mismo año. Además, la UE proporcionará más incentivos para que los Estados miembros colaboren de manera conjunta en el desarrollo de capacidades e inviertan de manera conjunta para reducir la dependencia tecnológica e industrial. No se trata tan solo de gasta más sino de gastar mejor. Además, esta nueva estrategia también está centrada en mayores recursos para prevenir ciberataques, luchar contra la manipulación e interferencia en la información y desarrollar un plan europeo para las seguridad y defensa en el espacio y en el mar.
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