Análisis
“Mientras la extrema derecha cuenta con su mayor potencial electoral, la izquierda francesa se divide”
El experto James Shields analiza para LA RAZÓN las elecciones en Francia y la batalla por el Eliseo
La campaña electoral en Francia, celebrada en plena guerra en Ucrania y al poco tiempo de superar una quinta oleada de covid, echó este viernes el telón con la sombra de una alta abstención y con Le Pen pisando los talones al presidente saliente, Emmanuel Macron.
Casi 49 millones de electores están llamados a las urnas este domingo en la primera vuelta de las presidenciales. Según los últimos sondeos, los dos primeros serán los mismos que en 2017: el europeísta y liberal Macron, que lograría en torno al 26 % de votos, y la ultraderechista Le Pen, con cerca del 24 %. El experto James Shields analiza para LA RAZÓN las elecciones en Francia y la batalla por el Eliseo
¿La guerra de Ucrania puede beneficiar a Macron en las urnas?
Esta ha sido una elección presidencial francesa como ninguna otra. Después de la pandemia, la guerra en Ucrania hizo imposible en un principio realizar una campaña normal centrada en las preocupaciones cotidianas. Macron se benefició inicialmente de su papel como interlocutor destacado con Putin; pero los beneficios de eso se han agotado. Las encuestas muestran que la prioridad de los votantes es el coste de vida, por lo que el presidente se encuentra en un terreno menos favorable. Tiene un sólido apoyo de alrededor del 25% del electorado, a quienes le gustaron sus primeras reformas liberalizadoras (mercado laboral, régimen fiscal) y que quiere más reformas pro empresas en un segundo mandato; pero sus promesas de aumentar la edad de jubilación de 62 a 65 años, hacer que el apoyo a los ingresos dependa del esfuerzo para encontrar trabajo y pagar más a los profesores por más trabajo inquietan a los votantes de izquierda que Macron necesitará en la segunda vuelta.
¿Hay alguna posibilidad de que Le Pen gane?
Le Pen ha cerrado la brecha. Para ganar, tendría que atraer un apoyo más amplio que el de Macron en la segunda vuelta, y aquí la abstención será clave. Le Pen tiene reservas de apoyo no solo entre los votantes de extrema derecha de Zemmour y Dupont-Aignan, sino también entre los votantes conservadores de línea dura de Pécresse y los votantes de Mélenchon en la izquierda populista. El apoyo de estos electorados podría hacer que Le Pen supere el 40%, quizás incluso el 45% (en comparación con el 33% en 2017).
¿Por qué el Partido Socialista casi ha desaparecido?
Mientras la extrema derecha cuenta con su mayor potencial electoral, la izquierda francesa sufre de tres grandes debilidades: división endémica, falta de un programa de movilización y el legado de estar en el poder. La extrema izquierda está irremediablemente fragmentada, con dos trotskistas y un comunista compitiendo por el 5% de los votos. La izquierda socialdemócrata no logró modernizar su programa y perdió el contacto con su base de votantes (con la socialista Hidalgo aferrándose a un lamentable 2% de los votos proyectados). La presidencia de Hollande debería haber impulsado una renovación de la política en un Partido Socialista que durante mucho tiempo había hecho campaña en la izquierda pero gobernado en el centro-derecha. Esa renovación nunca llegó. Con un fallido Jadot en los Verdes, Mélenchon emerge ahora como el candidato de izquierda que reclama el liderazgo sobre este campo de ruinas.
¿Es esta la última bala para Le Pen y Mélenchon si pierden?
Si Le Pen pierde pero mejora su resultado puede verse tentada, a los 53 años, a participar en una cuarta elección (¡su padre luchó en cinco!). Si se va otros disputarán el liderazgo de la extrema derecha: la sobrina de Le Pen, Marion Maréchal, y Zemmour. En la izquierda populista, por el contrario, la salida de Mélenchon dejaría un vacío de carisma que no será fácil de llenar, aunque a sus 70 años sus días deben estar contados.
James Shields, profesor de política francesa en la Universidad de Warwick
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