La perdedora

Le Pen, tras su derrota en las elecciones: “Es una victoria para nuestro movimiento”

La ultraderechista, pese a haber perdido frente a Macron, ha logrado ocho puntos más con respecto a las elecciones de 2017

Después de estar más cerca que nunca de ponerse la corona presidencial este domingo, Marine Le Pen ha vuelto a perder. El margen de diferencia es mucho menor en 2022 que en 2017 (58% de votos para Macron contra 42% de Le Pen), pero el resultado es claro: Francia volvió a levantar una barrera contra la extrema derecha, pasando por encima del intento de la candidata de endulzar su imagen. La pregunta ahora es: ¿qué va a hacer Marine Le Pen?

La candidata anunció días antes de la segunda vuelta: «Si no soy elegida, a priori, no volveré a lanzarme a la presidencia. Pero seguiré defendiendo a los franceses. No sé en qué puesto, pero haré mi mejor esfuerzo».

Anoche, lejos de mostrar una cara de derrota, Le Pen salió al ruedo alimentada por la energía de haber alcanzado el mejor resultado de la extrema derecha francesa en toda su historia, después de haberse presentado tres veces a las presidenciales: «Nunca abandonaré a los franceses», proclamó la dirigente ultraderechista, que ve «esperanza» en unos resultados con los que ha querido llamar la atención de dirigentes franceses y también de europeos.

Y añadió: «Defenderé a los franceses frente a la inseguridad, a la inmigración anárquica y el desmoronamiento del poder adquisitivo. Temo que el quinquenio que comienza no terminará con las prácticas brutales del anterior y que Emmanuel Macron no hará nada para reparar las fracturas que dividen nuestro país y hacen sufrir a nuestros compatriotas». Además, aunque admitió su derrota denunció «métodos desleales» y consideró que sus resultados «son una victoria en si mismos».

Por lo pronto, Le Pen mantendrá su escaño en la Asamblea Nacional por poco tiempo, hasta las elecciones legislativas del mes de junio, en las que, sin duda, volverá a presentarse. Su partido, Reagrupación Nacional, suma siete asientos en la Asamblea, que Le Pen hará todo lo posible por conservar o, en el mejor de los casos, aumentar.

Su discurso anoche se centró en las elecciones legislativas de junio. «Sabemos que ningún compatriota puede aceptar que Macron esté presente de forma destructiva», dijo con un mensaje en el que ha llamado a tejer alianzas. «La partida no ha terminado. El histórico resultado de esta noche pone a nuestro movimiento en una excelente disposición para lograr un gran número de diputados». Por el momento, ya tiene a un primer aliado: Eric Zemmour, excandidato de extrema derecha en la primera vuelta, quien ya hizo un llamamiento a formar una coalición de derechas para «dominar» la próxima Asamblea Nacional.

También se comprometió a ser un «contrapoder fuerte» frente a Macron, la «verdadera oposición» en un escenario marcado por la pérdida de apoyo de los partidos tradicionales. En este sentido, dijo que espera que haya próximamente «un gran cambio».

Problema con Europea

Pero Marine Le Pen también tiene algunas cuentas que rendir. Un informe de la Oficina Antifraude de la Unión Europea acusa a la ultraderechista de malversar 140.000 euros de fondos públicos parlamentarios durante su mandato como eurodiputada entre 2004 y 2017, según reveló el medio francés Mediapart pocos días antes de la segunda vuelta. En total, el partido Reagrupación Nacional debe justificar más de 617.000 euros en gastos de tres de sus eurodiputados: Jean-Marie Le Pen, padre de Marine; Louis Aliot, su ex compañero sentimental y Bruno Gollnisch, miembro del consejo nacional del partido. El Parlamento Europeo ya ha declarado que espera recuperar estas sumas «pagadas indebidamente».

En resumen, Marine Le Pen es acusada de utilizar esos dineros en gastos personales, en pagos de servicios a empresas cercanas al partido o bien, en tareas de política nacional francesa, en lugar de usarse en las tareas europarlamentarias para los que están destinados. Marine Le Pen ha rechazado rotundamente estas acusaciones, aduciendo que no se ha presentado ninguna prueba contra ella o su equipo.

Reagrupación Nacional tiene como pilar la tradición de la dinastía Le Pen. Para bien o para mal, el apellido del temido Jean-Marie y su hija Marine es su principal carta de presentación. Sin embargo, ha habido algunas fracturas: el patriarca Le Pen fue expulsado de la organización en 2018, en un intento de «edulcorar» el discurso ultraderechista, lo cual parece haber dado resultados.