Censura

Las “líneas rojas” dibujadas por China amenazan la libertad de prensa en Hong Kong

La cancelación de los Premios de Derechos Humanos de la Prensa ha sido provocada por la ley de seguridad nacional

La rescisión de los galardones, entre los más prestigiosos de Asia, constituye el último revés tras la introducción de una ley de seguridad nacional
La rescisión de los galardones, entre los más prestigiosos de Asia, constituye el último revés tras la introducción de una ley de seguridad nacionalKin CheungAgencia AP

La cancelación de los Premios de Derechos Humanos de la Prensa de Hong Kong como consecuencia de la “incertidumbre” planteada por la ley de seguridad nacional, pone de manifiesto el desmoronamiento de la libertad de prensa en la ciudad, justo el mismo día en que el candidato a la presidencia, John Lee, reivindicaba que la independencia de los medios de comunicación “siempre ha existido”.

El presidente del Club de corresponsales extranjeros ( FCC), Keith Richburg, ex periodista veterano del Washington Post y actual director de la escuela de periodismo de la Universidad de Hong Kong, aseguró en un comunicado emitido el lunes que los reconocimientos se habían suspendido.

“En los últimos dos años, los periodistas han operado bajo nuevas “líneas rojas” sobre lo que está y no está permitido, pero sigue habiendo importantes áreas de incertidumbre y no queremos violar la ley involuntariamente. Este es el contexto en el que hemos decidido suspender los premios”, se lamentó Richburg. Tras el impactante anuncio, ocho miembros del comité anunciaron su dimisión en señal de protesta.

La decisión se tomó después de que cinco categorías de esta distinción fueran a parar a Stand News, uno de los periódicos locales que cerró a finales del año pasado cuando sus redactores fueron acusados de sedición. La junta directiva del club se sintió intimidada por el consejo legal, que les advirtió de que podrían ser investigados por sedición o por la nueva ley de seguridad nacional si proseguían con la concesión de los mencionados reconocimientos.

La rescisión de los galardones, que se celebraban desde hace más de un cuarto de siglo y figuran entre los más prestigiosos de Asia, constituye el último revés tras la introducción de una ley de seguridad nacional en 2020 instaurada para alinear a la antigua colonia británica con el resto de China.

Las tensiones en el seno de la comisión de libertad de prensa alcanzaron su punto álgido este mes, después de que la junta directiva de la FCCHK vetara una declaración en la que se expresaba la preocupación por la detención del veterano periodista Allan Au -colaborador de Stand News- por sedición.

La lucha por la democracia y la libertad de los medios de comunicación en el territorio semiautónomo parece estar “entrando en su fase final”, tras más de dos años de redadas, detenciones y cierres forzosos.

Por su parte, el mayor sindicato de periodistas de la ciudad celebró el sábado una reunión especial para debatir el futuro de la organización, incluida la posibilidad de disolución. Sin embargo, Ronson Chan Ron-sing, presidente de la Asociación (HKJA), aseguró que la organización seguirá funcionando en un “futuro previsible”.

La institución se enfrenta a una creciente presión desde que estalló una batalla verbal con el jefe de seguridad de la ciudad. En septiembre del año pasado, el Secretario de Seguridad, Chris Tang Ping-keung, retó a la HKJA a que revelara sus registros financieros y su lista de miembros para aliviar las “preocupaciones públicas” sobre su ética.

Tang argumentó que la asociación debía considerar la posibilidad de revelar la cantidad de dinero que había recibido en los últimos años, las fuentes de financiación y si el apoyo financiero procedía de organizaciones políticas extranjeras o de personas con claras inclinaciones políticas.

A pesar de los últimos acontecimientos, el único candidato a las elecciones a la presidencia del Ejecutivo, John Lee, ha asegurado que la libertad de prensa existe en la ciudad, por lo que no es necesario reclamarle que la “defienda”.” Creo que no es necesario utilizar la palabra defender, porque ya existe y le damos gran importancia. Pero esa libertad debe cumplir los requisitos de la ley. Hong Kong es un Estado de derecho, cualquier acción o actividad debe ser lícita”, aseguró Lee.

Mientras el gobierno hongkonés ha silenciado a las voces del movimiento a favor de la democracia, encarcelando a sus líderes por medio de la Ley de seguridad nacional, cinco de los activistas actualmente en prisión han sido nominados al Premio Nobel de la paz 2022. El magnate de los medios de comunicación Jimmy Lai, Joshua Wong, Gwyneth Ho, Chow Hang-tung y Lee Cheuk-yan, fueron propuestos por 15 académicos de 10 países.

“Los seleccionados han optado por ser presos de conciencia en lugar de aceptar el aplastamiento de los derechos humanos y la afrenta a la dignidad humana que la nueva Ley de Seguridad Nacional ha supuesto”, escribieron los profesores en su candidatura.

Estos cinco designados han sido elegidos para representar a las distintas comunidades que “han luchado contra la represión de la libertad y la sociedad civil en el centro financiero”: periodistas, estudiantes, abogados, políticos e incluso magnates empresariales.

En la carta adjunta a la propuesta, los profesores compararon a los activistas con otros destacados disidentes que han recibido el premio anteriormente, como el crítico de Hitler Carl von Ossietzky, el político polaco Lech Walesa o el defensor de los derechos humanos chino Liu Xiaobo, que murió de cáncer mientras cumplía una condena de 11 años por subversión en la China continental.