Francia

Le Pen arrasa en el campo y los suburbios y los jóvenes se abstienen

Mientras, el presidente triunfa entre los mayores y los altos ejecutivos franceses

La candidata de extrema derecha no alcanzó la silla presidencial de Francia pero los números que obtuvo no pueden analizarse como una derrota
La candidata de extrema derecha no alcanzó la silla presidencial de Francia pero los números que obtuvo no pueden analizarse como una derrotaFrancois MoriAgencia AP

La candidata de extrema derecha no alcanzó la silla presidencial de Francia pero los números que obtuvo no pueden analizarse como una derrota. Al contrario. Marine Le Pen ha alcanzado un 41,46% de los votos, el mejor resultado de la extrema derecha francesa en toda su historia, lo que muestra un fuerte descontento contra la gestión de Emmanuel Macron y un aumento de la simpatía por las ideas de ultraderecha, especialmente en esta nueva etapa «suavizada» que Le Pen quiso proyectar con todas sus fuerzas. Le Pen subió 7,5 puntos con respecto al 33, 9% que obtuvo en segunda vuelta en 2017. Lo que se traduce en un aumento de casi 2.670.000 votos. Macron, en cambio, perdió cerca de 2 millones de votos con respecto a 2017.

A nivel geográfico, Le Pen también multiplicó los departamentos donde obtuvo el primer lugar de votos en segunda vuelta: en 2017 conquistó sólo dos –Aisne y Pas de Calais–mientras que en 2022 se hizo con 28, incluyendo las Antillas francesas, Guadalupe y Martinica, donde la población es mayoritariamente negra o mestiza. Un resultado que pudiera parecer contradictorio para una política tildada frecuentemente de «racista». El hecho de haber sido la única candidata presidencial en desplazarse hasta el Caribe fue determinante. Le Pen obtuvo el 69,6 % de los votos en Guadalupe, mientras que en 2017 había obtenido un 24,87%.

En cuanto a las regiones en Francia continental, Le Pen tiene sus mejores resultados en Pas de Calais (57,49%), donde ejerce su derecho el voto y representa como diputada en la Asamblea Nacional. Pero también avanza en el sur, en concreto, en la costa mediterránea. Obtuvo un primer lugar en los Pirineos Orientales (56,23%), el Var (55,1%), el Vaucluse (52%) o los Alpes de Alta Provenza (51,45%). En pleno Mediterráneo, Le Pen también salió triunfadora en la isla de Córcega, donde ya había resultado victoriosa en la primera vuelta al reunir el 58,08% de los votos. Por su parte, Macron es más apoyado en el oeste del país. Logró reunir más del 60% de los votos en todos los departamentos bretones y en casi todos los de Loire-Atlantique.

A nivel de características socio-económicas, los votantes que más se movilizaron para darle su apoyo a Le Pen fueron los de estratos más bajos: la encuestadora Ipsos estima que los obreros votaron a Le Pen en un 67%. Los empleados de las clases media y baja, en un 57%. La idea de que la izquierda era la opción automática para las clases trabajadoras se había desmoronado ya desde la primera vuelta. La izquierda ha dejado de ser el referente electoral para esa categoría. Macron, en cambio, sigue siendo el favorito en ejecutivos y directivos de empresas con un 71%.

A nivel de edades, Le Pen sale bien parada entre los votantes de dos categorías: 25-34 años y 50-64 años, aunque el puntaje muestra una brecha muy pequeña con respecto a Macron: 51% para ella y 49% para su rival. El presidente sale victorioso entre los electores de 35 a 49 años, con una brecha similar a su favor. También es líder entre los de más edad, 66 y 75 años, con un 70% de votos.

Y la gran pregunta: ¿Dónde fueron los votos del candidato de extrema izquierda, Jean Luc Mélénchon? Según el sondeo de Ifop, la mayoría votó blanco, nulo o prefirió abstenerse. Estas tres opciones representan, sumadas, un 45% de los sufragios que apoyaron a Mélenchon en primera vuelta. Del 55% restante, 42% votó por Macron y sólo un 13% lo hizo por Le Pen. Las palabras de Mélénchon del 10 de abril resonaron fuerte en sus simpatizantes: «Ni un solo voto para Le Pen».

Con estas cifras, Le Pen se encamina hacia una nueva cruzada electoral: las legislativas de junio. Aunque ha protagonizado un importante crecimiento en las urnas, tendrá que hacer alianzas para aumentar los siete escaños que posee su partido en la Asamblea. Su rival de ultraderecha, Eric Zemmour, ya ha abierto la puerta para formar un frente derechista.