Guerra

¿Había una preciada reliquia de la cruz de Cristo en el buque de guerra ruso hundido en el Mar Negro?

El crucero de misiles Moskva, que era el buque insignia de la flota rusa, poseía dicho fragmento cristiano tan valorado

El crucero de misiles Moskva, en una imagen de archivo en el puerto de Sebastopol
El crucero de misiles Moskva, en una imagen de archivo en el puerto de SebastopolSTRINGERREUTERS

Un fragmento de la “Vera Cruz” de Cristo se encontraba al parecer en el interior del buque de guerra ruso Moskva, que fue hundido el pasado jueves por los ucranianos en el Mar Negro, según informó la agencia de noticias rusa Tass.

A principios de 2020, el patriarcado de Moscú anunció que la pequeña reliquia sagrada había sido comprada por un mecenas anónimo del arte por 40 millones de euros con el objetivo de ser donado a la flota rusa con base en Sebastopol, Crimea.

El crucero de misiles Moskva, que era el buque insignia de la flota rusa del Mar Negro, fue el barco elegido para poseer la preciada reliquia con el fragmento de la cruz de Jesús.

El arcipreste Sergiy Khaluta, decano del distrito de Sebastopol de la Iglesia Ortodoxa Rusa, explicó que dicha reliquia en cuestión es un fragmento de madera de unos 2,5 centímetros de largo colocado en una cruz de metal del siglo XIX que se conserva en el relicario.

El buque Moskva contaba con una capilla a bordo donde los marineros podían orar, señaló a Tass el padre Khalyuta, arcipreste del distrito de Sebastopol de la Iglesia Ortodoxa Rusa.

La reliquia de la cruz de Jesús en el barco ruso probablemente procedía de Constantinopla. La historia cuenta que la mismísima cristiana Santa Elena, madre del emperador Constantino, a la edad de 80 años fue a Jerusalén hacia el año 330, para rastrear los auténticos signos de la fe. Y en circunstancias milagrosas, narradas por San Ambrosio a finales del siglo IV, encontró la «Vera Cruz» de Jesús, que dividió en tres reliquias.

El primero fue en Jerusalén donde, sin embargo, los cruzados lo habrían perdido en 1187. El segundo en la nueva corte imperial de Constantinopla, donde fue reducido a pequeños fragmentos para ser donados o vendidos. Y la tercera en Roma, donde escapó milagrosamente al saqueo de 1527 y aún es venerada en la basílica de Santa Croce in Gerusalemme.