Suecia

La propaganda rusa llama nazis al fundador de Ikea, a la autora de Pippi Calzaslargas y a Ingmar Bergman

Carteles en paradas de autobús de Moscú difaman a tres de las celebridades suecas más conocidas en todo el mundo

El personaje de Pippi Calzaslargas
El personaje de Pippi CalzaslargasArchivoArchivo

El fundador de Ikea, Ingvar Kamprad, el director de cine Ingmar Bergman y la popular autora de libros infantiles Astrid Lindgren. Estos son tres de las celebridades suecas más conocidos internacionalmente. Y, según un anuncio publicado en una marquesina frente a la embajada sueca en Moscú, ahora están acusados de ser nazis.

El Kremlin ha afirmado erróneamente en repetidas ocasiones que Ucrania estaba llena de nazis y ha repetido repetidamente esta afirmación como parte de la propaganda rusa para justificar la invasión del 24 de febrero.

En imágenes que se han difundido enormemente en las redes sociales, acusaciones nazis similares ahora también se dirigen a suecos conocidos y queridos. En un gran anuncio, instalado en una parada de autobús en Moscú, se encuentra el texto “Estamos contra el nazismo, y ellos no”, con fotografías en blanco y negro de Lindgren, Kamprad e Bergman. El abajo firmante es una organización llamada “Nuestra victoria”.

Tras la invasión de Ucrania el 24 de febrero, el debate sobre la adhesión a la OTAN se ha intensificado en Suecia y, según algunas fuentes, el gobierno socialdemócrata está cerca de solicitar la adhesión a la organización militar en las próximas semanas. De ahí que está burda campaña de propaganda sea una forma de dañar la imagen del país nórdico en pleno debate político sobre su futura política de seguridad y defensa.

En público Moscú amenaza con “consecuencias militares y políticas perjudiciales” en caso de que Suecia y Finlandia se integren en la Alianza Atlántica y la nuclearización del Báltico, pero subrepticiamente también trata de influir en los actores políticos de ambos países nórdicos. Así lo advirtió este miércoles la jefa de policía de seguridad sueca (Säpo), Charlotte von Essen, a través de un comunicado de prensa. “Rusia podría darse cuenta en este momento de que tiene un período de tiempo limitado en el que puede influir en el posicionamiento de Suecia sobre el tema de la OTAN”, alerta.

El Ministerio de Exteriores sueco ha confirmado la campaña rusa. “Estamos al tanto de los carteles. No tenemos la intención de entrar en una polémica pública con la organización rusa “Nuestra Victoria”, que se dice que está detrás de los carteles. En Rusia, utilizan repetidamente acusaciones de “nazismo” contra países e individuos que dirigen críticas justificadas a las acciones de Rusia “, asegura en un comunicado de prensa.

Durante su visita a Berlín, la primera ministra, Magdalena Andersson, se refirió a las acusaciones como “una forma completamente inaceptable de actuar”.

Olle Nyman, la nieta de Astrid Lindgren, recuerda que su abuela “era una antinazi comprometida”. “Los carteles son parte de una campaña de desinformación deliberada y no tienen nada que ver con la verdad”, declaró a la televisión pública SVT.

Desde IKEA, su portavoz, Arvid Stigland, reconoce que “conocemos la campaña rusa, que también incluye a nuestro fundador Ingvar Kamprad. Sin embargo, nos abstenemos de comentar sobre propaganda política”.

En nombre del tercer agraviado por el Kremlin, Jan Holmberg, director ejecutivo de la Fundación Ingmar Bergman, asegura que “es tan obvio que Rusia está agarrando pajitas. Han tratado de legitimar toda esta guerra con algún tipo de supuesto antinazi y llamar a Dios y al mundo entero nazis”.

En opinión de Kristian Gerner, profesor de historia y experto en política rusa en la Universidad de Lund, esta campaña es esencialmente de consumo interno. “Todo esto es para la audiencia rusa interna, es propaganda interna. Se ha avivado un ambiente de que están siendo perseguidos, rodeados y que todos los quieren. Ignoran por completo el mundo exterior”, explica Gerner a la SVT. Según el experto, no supone una amenaza a Suecia: “No debemos tomar esto en serio, está más allá de todo sentido común. No fue tan extremo incluso durante la peor era soviética”.

Por el contrario, Stefan Invarsson, analista del Centro de Estudios de Europa del Este, el Kremlin busca provocar a Suecia en plena crisis diplomática tras la recíproca expulsión de diplomáticos entre ambos países. La campaña “está diseñado de manera efectiva, IKEA es increíblemente popular, Kamprad es popular porque se ha enfrentado a la corrupción y los sobornos. Astrid Lindgren es una superheroína en la antigua Unión Soviética y Bergman es increíblemente respetada, explica Invarsson. Y advierte de que los rusos “continuarán molestándonos hasta que tomemos una decisión sobreel tema de la OTAN”.