Elecciones

La alianza de izquierdas amenaza con dinamitar a los socialistas franceses

Los barones del PS rechazan el pacto entre la dirección del partido y Mélenchon para las legislativas de junio

El izquierdista Mélenchon, durante un acto de campaña en Marsella
El izquierdista Mélenchon, durante un acto de campaña en Marsellalarazon

La unión de las formaciones de izquierda, considerada toda una utopía en las recientes elecciones presidenciales en Francia hace tan sólo unas semanas, va camino de transformarse en una realidad de cara a las legislativas de junio. La Francia Insumisa del izquierdista populista Jean-Luc Mélenchon, que ya se ha postulado como el primer ministro que haga de contrapeso al presidente Macron, ha llevado el peso de las negociaciones durante los últimos días fruto de la legitimidad que le dieron las urnas en los comicios presidenciales, cuando obtuvo un 22% de los votos en primera vuelta y a punto estuvo de colarse en la segunda para disputarle la presidencia a Macron.

Los buenos resultados de Mélenchon, sumados a los pésimos del resto de formaciones, todas por debajo del 5%, han colocado a la Francia Insumisa en una posición hegemónica dentro de la gran coalición progresista que se está forjando y a la que ya se han sumado los ecologistas y los comunistas. También el partido socialista llegaba en las últimas horas a un principio de acuerdo con Mélenchon a falta de un voto interno que revalide el acuerdo. Lo que hace un mes parecía una odisea con la izquierda atomizada, ahora ya es casi una realidad que sin embargo puede acabar haciendo explosionar lo que queda del partido socialista.

El voto a la izquierda en Francia
El voto a la izquierda en FranciaTeresa Gallardo

Durante los últimos días, varias voces importantes dentro del PS francés, empezando por el expresidente François Hollande y acabando por el exprimer ministro Bernard Cazeneuve, alertan de los riesgos del pacto. Este último ya ha sentenciado claramente que se irá del partido si el acuerdo se cierra. Y no será el último a buen seguro. Son varios los cargos socialistas que desconfían por varias razones de ir a las legislativas de la mano de Mélenchon en una coalición en la que el PS acabe siendo sumiso de los insumisos.

La defensa de la laicidad republicana y de un europeísmo sin fisuras son las dos razones más esgrimidas para desconfiar del pacto por varios pesos pesados del partido. Cazeneuve evocaba otras como la defensa de los cuerpos y fuerzas del estado, a sabiendas de que él fue ministro del Interior socialista mientras la izquierda populista suele ponerlos en su punto de mira habitualmente y las relaciones ambiguas de Mélenchon con regímenes como Venezuela, Cuba o Rusia. Todas las miradas están ahora en el secretario general del PS, Olivier Faure, muy criticado, que ha ido obteniendo malos resultados para la formación en los últimos años y puede concluir ahora con este pacto. Incluso el exministro Stéphane Le Foll se ha postulado para liderar a los “disidentes” del PS en las legislativas en lo que sería un cisma definitivo.

El pasado lunes, tras llegar a un histórico acuerdo entre La Francia Insumisa y Los Verdes, ambas formaciones presentaron un documento de pacto en el que ponían de relieve los puntos que compartían para una acción de gobierno dejando a un lado las diferencias bajo el nombre “Nueva unión popular ecologista y social”. Entre sus puntos básicos, aumentar el salario mínimo a los 1400 euros netos o establecer la edad de jubilación en 60 años. El pacto impide una escalada que favorezca la salida de Francia de la UE lo cual tranquiliza a los votantes ecologistas y socialdemócratas pero se reserva el derecho de poder desobedecer ciertas reglas fiscales europeas si hay urgencias sociales. El pacto también consolida el voto favorable para que Mélenchon ocupe el cargo de primer ministro si consiguen la mayoría en las legislativas.

Estos comicios legislativos de junio se anuncian claves para que Macron, que logró su reelección el 24 de abril frente a su rival ultraderechista Marine Le Pen, cuente con una mayoría parlamentaria para poder aplicar su programa reformista. Sin embargo, gran parte de franceses, según dos sondeos publicados justo después de su reelección, quiere de hecho que el mandatario centrista pierda la mayoría que goza desde 2017 en la cámara baja, lo que abriría la puerta a la “cohabitación”. Francia ya conoció este modelo en el pasado. En 1997, Jacques Chirac nombró como primer ministro al socialista Lionel Jospin. El presidente conservador había sido previamente el primer ministro entre 1986 y 1988 de su predecesor socialista, François Mitterrand.

Las legislativas funcionan como 577 pequeñas presidenciales para elegir a los diputados con el mismo sistema de doble vuelta. En principio, y según las proyecciones hechas hasta ahora, la mayoría para Macron podría mantenerse pero de forma más reducida y los extremos, de derecha e izquierda, avanzar en el arco parlamentario. Ahora, la estrategia de la izquierda unida será buscar votos estratégicamente en las regiones por cada partido y no competir entre sí.