Tribuna

Un orden mundial que Rusia no quiere respetar

La Alianza ha pasado de ser un Ejército de la Guerra Fría a una fuerza de paz, la invasión rusa ha despertado al organismo de su letargo

Vladimir Putin
Vladimir PutinMikhail MetzelAgencia AP

Madrid está acogiendo una de las cumbres de la OTAN más importantes desde el final de la Guerra Fría. El futuro de la alianza está en juego a medida que una gran guerra se desata a lo largo de su periferia oriental y amenaza con extenderse a las zonas que ha jurado proteger. La membresía, el propósito y la estrategia de la alianza están en discusión en medio de protestas anti-OTAN y pro-Rusia en Madrid antes y durante la cumbre.

Aunque la cita atlántica se anunció en octubre pasado, el mundo, por supuesto, ha cambiado desde entonces debido a la invasión rusa de Ucrania en febrero. Las acciones de Moscú representan un desafío para la alianza transatlántica y han permitido a la OTAN demostrar su capacidad de disuasión y defensa a lo largo de su flanco oriental, con más de 40.000 soldados actualmente desplegados en el frente, y llamamientos de los Estados bálticos y Polonia para que la alianza adopte una posición cada vez más fuerte sobre la invasión y sobre la belicosidad rusa hacia ellos.

Los desafíos planteados por la agresión rusa están en el centro de la agenda de la cumbre, influyendo en la discusión sobre temas como fortalecimiento de la disuasión y la defensa; apoyo a Ucrania y otros socios en riesgo; un nuevo Concepto Estratégico de la OTAN; mejor distribución de la carga y recursos, y las solicitudes históricas de ingreso de Finlandia y Suecia. También podríamos ver una votación para aumentar seis veces el tamaño de la Fuerza de Respuesta de la OTAN, algo que nunca hubiera estado sobre la mesa antes de febrero.

Los principales temas de discusión están siendo la adhesión de dos nuevos miembros, Suecia y Finlandia, y la posición de las alianzas sobre Ucrania, la invasión rusa y el objetivo consagrado constitucionalmente de Ucrania de buscar la membresía. Ambos países escandinavos solicitaron unirse a la alianza el 18 de mayo. Pero un desafío importante, si no fundamental, tiene que ver con Turquía. Ankara se ha resistido a la posibilidad de que los dos países se uniesen a la OTAN debido a preocupaciones relacionadas con los apoyos finlandés y sueco a las YPG, una milicia kurda en Siria. Estocolmo, Helsinki y Ankara firmaron este martes un memorándum para acoger las inquietudes turcas que ha logrado salvar, por ahora, el bloqueo a la ampliación. Queda por ver que el acuerdo llegue a buen puerto. Si bien Turquía ha suministrado armas voluntariamente al Ejército ucraniano, también ha cooperado con Rusia en varios temas en los últimos años.

La pregunta más importante, por supuesto, es qué hará la OTAN con respecto a la invasión rusa de Ucrania. Hasta ahora, los miembros de la alianza han optado por apoyar a Ucrania de manera bilateral y esto probablemente no cambiará. Es poco probable que se brinde un apoyo más provocativo a menos que Rusia ataque a un miembro de la OTAN.

Tras décadas de debates de posguerra sobre la viabilidad de la alianza, el Concepto Estratégico de la OTAN de 2022, que se ha aprobado en Madrid, aborda el papel de la Alianza Atlántica en un mundo cada vez más inestable y peligroso. La defensa colectiva requiere una inversión colectiva, por lo que podemos esperar que la cumbre incluya, bajo la discusión sobre el reparto de la carga, una presión sutil de Estados Unidos para que todos los miembros de la organización militar alcancen al menos el umbral de gasto en defensa del 2%.

Queda por ver el papel de Estados Unidos en la cumbre con la Administración Biden enfrentada a varios fracasos y reveses políticos y si usará la política exterior como distracción. La otra opción es si seguirá desempeñando un papel de apoyo. Francamente, eso sería un terrible error. La crisis de Ucrania en general, y la OTAN en particular, necesitan más que nunca una toma de decisiones y un liderazgo firmes y decisivos. Los acontecimientos recientes han reafirmado que el poder estadounidense es fundamental para disuadir y derrotar la agresión rusa y para la defensa de Europa.

La OTAN es parte del orden basado en reglas posterior a la Guerra Fría que también incluye organizaciones como las Naciones Unidas (ONU) y la Unión Europea (UE). Es un mundo que respeta el Estado de derecho y se esfuerza por resolver los asuntos contenciosos de manera pacífica. Ese orden mundial está bajo severa amenaza. Las acciones de Rusia son un desafío directo a ese mundo, y la respuesta de la Alianza Atlántica está siendo observada por Irán, Corea del Norte y la China comunista. La alianza ha pasado de ser un Ejército de la Guerra Fría al borde del Armagedón a una fuerza disuasoria y de mantenimiento de la paz, y ahora la Cumbre de Madrid determinará si vuelve a convertirse en algo intermedio.