Caso Madeleine McCann
El sospechoso de matar a Madeleine McCann acusa a los fiscales de “comportarse como Hitler”
Christian Brueckner, de 45 años, vuelve a proclamar su inocencia en una carta en la que dice que no hay pruebas contra él y le pide a las autoridades que “se aguanten o se callen”
El pedófilo alemán Christian Brueckner, de 45 años, sigue defendiendo su inocencia en el caso Madeleine McCann y acusa al equipo de fiscales liderado por Hans Christian Wolters, de llevar dos años tratando de destruir su vida, con un “comportamiento similar al de Hitler”.
Estas son algunas de las conclusiones manuscritas de Brueckner en prisión, un texto escrito a lápiz al que ha tenido acceso el diario británico “Mirror” y que ha hecho público precisamente el día que se cumplen 14 años desde que la fiscalía portuguesa decidiera archivar el caso de la desaparición de Madeleine McCann, desaparecida de un apartamento de la localidad de Praia da Luz, en El Algarve, en mayo de 2007.
En el escrito, el pedófilo, que cumple una pena de siete años de prisión por violar a una turista norteamericana de 72 años, además de comparar a Wolters con Hitler, se dirigió a las autoridades alemanas para decir que “se aguanten o se callen” después de que hace más de dos años, en junio de 2020, fuera señalado públicamente como principal sospechoso del caso.
Brueckner sigue insistiendo en su inocencia y niega su participación en la desaparición de Madeleine McCann. Lo cierto es que no se han presentado pruebas, nadie le ha trasladado ni a él ni a su abogado evidencias de su implicación. Pero Wolters ha dicho en repetidas ocasiones que hay pruebas que demuestran que el sospechoso es el único responsable del secuestro de la niña y que está muerta. El fiscal siempre ha defendido que no tiene prisa en presentar los cargos y que lo sentaría ante el juez cuando tuviera atados todos los cabos sueltos, algo que a día de hoy sigue sin producirse.
“Me pregunto por qué la gente todavía me pregunta dónde estaba el 3 de mayo de 2007. No me corresponde a mí presentar pruebas. Pregúntadle al fiscal de la misma forma que lo hacéis conmigo. Pregúntadle por qué destruyó la vida de un ser humano al decir mentiras al público en 2020. Yo no puedo preguntarle porque me habla sólo a través de los medios”, lamenta Bruckner en su mensaje.
Al comparar a Wolters con Hitler, añadió que “no puedo responder por qué un fiscal alemán puede actuar así en el caso McCann. La única respuesta que encuentro es que Hitler todavía está por todas partes. El fiscal lleva dos años sembrando y sabe que no puede obtener retorno”. Además, Brueckner acusó a las autoridades alemanas de intentar incriminarlo por otros delitos presuntamente cometidos en Portugal.
La fiscalía portuguesa anunció el pasado 15 de mayo que Brueckner sería acusado por el secuestro y asesinato de la menor británica, que estaba a punto de cumplir cuatro años en el momento de su desaparición. Pero la fiscalía alemana todavía no ha dado el paso. Lo que está cada vez más cerca es que se siente en el banquillo por un caso de violación en 2004 también en El Algarve. Además, trabajan en dos casos más de exhibicionismo ante menores de edad.
Pero Brueckner confía en que todo quede en nada: “Los testigos tienen mala memoria y son fáciles de influenciar. Pasé los últimos días leyendo archivos: 5.500 páginas sin ninguna evidencia, ni siquiera por haber robado una bicicleta. Nada. Sabía que terminaría así”.
El principal acusado también protestó por las condiciones en las que se encuentra en la prisión de Oldenburg en el norte de Alemania: “No me dejan ni comprar un bolígrafo. Estoy en un lugar especial, protegido, en aislamiento desde hace más de cuatro meses, encerrado durante 24 horas sin televisión”.
Wolters se ha negado a comentar las cartas de prisión de Brueckner pero está convencido de su culpabilidad. El fiscal está convencido de que el principal sospechoso se encontró con los McCann poco antes del secuestro y pensó en que podría ser una familia a la que podría robar. Por ello, les siguió desde la playa a los apartamentos y vio dónde se alojaban. El lugar era de fácil acceso, por lo que sólo tuvo que esperar su oportunidad. Cada día seguían la misma rutina y salían a cenar al restaurante del complejo con unos amigos, dejando a los niños dormidos.
Ese era el momento de actuar. se coló por la ventana que Kate McCann vio abierta en la habitación de Madeleine. Lo que iba a ser un simple robo acabó en secuestro y asesinato. Brueckner estaba obsesionado con las niñas rubias de corta edad. Pero podría ser que sólo se la llevara porque le viera entrar por la ventana, lo que le hizo improvisar. Además, poco después, en una de las rondas, una amiga de los McCann vio a un hombre cargando con una niña en pijama en brazos alejándose del complejo.
El posicionamiento de su teléfono móvil le sitúa en las cercanías de los apartamentos en las horas previas. Todo encaja. Queda por resolver el móvil y demostrar esta teoría. Brueckner vivió en una casa de campo durante más de 10 años y la abandonó poco antes del secuestro para vivir en su caravana, que tenía aparcada muy cerca de los apartamentos de los que desapareció Madeleine. La noche anterior a los hechos se despidió de su novia y le dijo que tenía un asunto complicado entre manos y que estaría un tiempo desaparecido. La llamada que le sitúa cerca de los apartamentos se produjo alrededor de una hora y media antes de que Kate viera la cama de Madeleine vacía. También habría una supuesta confesión a un amigo, que se habría producido en el décimo aniversario de la desaparición de Maddie.
Todos los indicios están en su contra, pero todavía no están presentados ni demostrados. Se han escrito ríos de tinta sobre el caso y a pesar de todo, Brueckner sigue insistiendo en que no tiene nada que ver. Wolters sigue trabajando en el caso porque quiere armar el rompecabezas para poder demostrar y condenar al sospechoso. Pero, de momento, habrá que seguir esperando.
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