El príncipe Carlos de Inglaterra y su mujer, Camila duquesa de Cornualles, en la investidura del rey Guillermo Alejandro

Carlos III es el nuevo rey tras décadas a la sombra de Isabel II

En los últimos años, después de décadas a la sombra de su madre, el príncipe, de 73 años, ha ido ganando más protagonismo en actos oficiales a medida que la reina empeoraba su salud

El nuevo jefe de Estado del Reino Unido llevará el nombre de Carlos III, tras la muerte de la reina Isabel II, anunció este jueves la primera ministra británica, Liz Truss.

“Hoy la Corona pasa, como lo ha hecho durante más de mil años, a nuestro nuevo monarca, nuestro nuevo jefe de Estado, Su Majestad el rey Carlos III”, dijo la primera ministra en una declaración al país ante la residencia oficial de Downing Street.

Carlos I y II, sus antecesores

Sus antecesores con el mismo nombre fueron Carlos II (Palacio de St. James, Londres, 29 de mayo de 1630 - Palacio de Whitehall, Londres, 6 de febrero de 1685) fue rey de Inglaterra, Escocia e Irlanda desde el 29 de mayo de 1660 hasta su muerte, en 1685.
Su padre, Carlos I, fue ejecutado en 1649 tras la Guerra Civil Inglesa; la monarquía fue entonces abolida y el país se convirtió en una república bajo la tiranía de Oliver Cromwell, el «Lord Protector». En 1660, dos años después de la muerte de Cromwell, se restauró la monarquía bajo Carlos II.
A diferencia de su padre, Carlos II fue hábil en su relación con el Parlamento. Fue durante su reinado cuando se desarrollaron los partidos Whig (liberal) y Tory (conservador). Se hizo célebre por sus numerosos hijos ilegítimos, de los que reconoció a catorce. Conocido como «el Alegre Monarca», Carlos II favoreció las artes y las ciencias y, antipuritano, fue menos restrictivo que sus predecesores al mandar abrir de nuevo los teatros en 1660, cerrados desde 1642. Al abrazar el catolicismo en su lecho de muerte, Carlos II se convirtió en el primer católico que reinaba en Inglaterra desde la muerte de María I en 1558, y en Escocia desde la deposición de su bisabuela María, Reina de los Escoceses, en 1567.

Tras toda una vida a la sombra de su madre, la reina Isabel II, el príncipe Carlos, príncipe de Gales, se corona como rey británico a los 73 años, después de que su predecesora haya fallecido a los 96 años y tras algo más de 70 de reinado.

Carlos, nacido en Londres en noviembre de 1948 bajo el nombre secular de Carlos Felipe Arturo Jorge, acudió con apenas tres años a la coronación de su madre, convirtiéndose inmediatamente en duque de Cornualles, título que la corona británica concede a los herederos al trono.

En 1955, cuando tenía siete años, la reina Isabel II y su marido Felipe, el duque de Edimburgo, acordaron que Carlos acudiera de forma presencial a la escuela, rompiendo así con la tradición de que los herederos al trono tuviesen asignados un tutor personal.

Formado en Inglaterra y Escocia, el príncipe de Gales también estuvo de intercambio en 1966 en Timbertop, un centro educativo de Melbourne, en Australia. Más tarde, en 1967 ingresó en la Universidad de Cambridge para estudiar arqueología y antropología, cambiando a historia dos años más tarde.

Con formación como piloto de la aviación británica, la Royal Air Force (RAF), Carlos optó finalmente por iniciarse en la carrera naval en el Royal Navy College, siguiendo los pasos de su padre, su abuelo y dos de sus bisabuelos.

Matrimonios

Con 33 años, el príncipe Carlos contrajo matrimonio con la aristócrata Diana Spencer, culminando así un breve noviazgo con una ceremonia que fue retransmitida por los medios de comunicación y que fue vista por 750 millones de personas.

Al año siguiente, en 1982, Diana dio a luz al primer hijo del matrimonio, el príncipe Guillermo, y apenas dos años después, en septiembre de 1984, nació su hermano, el príncipe Enrique.

Después de once años de matrimonio y conocidos por sus numerosas giras por el extranjero, los príncipes de Gales anunciaron su separación y, más tarde, ya en agosto de 1996, se certificó el divorcio.

Pese a la separación, Diana seguía siendo considerada como parte de la Familia Real británica, residiendo por tanto en el Palacio de Kensington, cumpliendo con su agenda y realizando su trabajo público con organizaciones benéficas.

En agosto 1997, cuando Diana se encontraba de viaje en París, sufrió un accidente automovilístico en el que perdió la vida, tras lo que Carlos se trasladó a la capital francesa para recuperar el cuerpo de su exmujer y trasladarlo a Londres.

Tras la tragedia, el príncipe de Gales pidió a los medios de comunicación respetar la intimidad de su familia, especialmente la de sus hijos Guillermo y Enrique, que en aquella época apenas tenían 15 y doce años, respectivamente. Uno de los principales objetivos del heredero era lograr que sus hijos pudieran gozar de cierta normalidad durante su periodo escolar.

Después de anunciar su separación de Diana, Carlos confirmó una relación sentimental con Camila Parker, a quien ya conocía desde hacía años. De hecho, el heredero concedió una entrevista para la BBC en 1994 donde confirmó haberle sido infiel a Diana con Camila.

Este episodio, sumado a los problemas matrimoniales que también enfrentaban las relaciones de sus hermanos, la princesa Ana y el príncipe Andrés, derivaron en una fuerte caída de la popularidad de la monarquía.

Finalmente, tras décadas de noviazgo, la pareja contrajo matrimonio en abril de 2005 en una ceremonia civil celebrada en Windsor y con cerca de 800 invitados. Tras este momento Camila pasó a ser reconocida como duquesa de Cornualles.

En los últimos años, después de décadas a la sombra de su madre, el príncipe Carlos ha ido ganando más protagonismo en actos oficiales a medida que la reina sumaba años y se veía aquejada por sus problemas de salud.

Una de las últimas intervenciones de Carlos en sustitución de la reina fue en la ceremonia de apertura del Parlamento de Reino Unido, celebrada en mayo de 2022. Isabel II se ausentó alegando "problemas de movilidad", si bien, según el Palacio de Buckingham, su no comparecencia se decidió a última hora.

Sin embargo, a medida que la reina Isabel ha ido cumpliendo años y se ha podido vislumbrar la entronización de Carlos, la población británica ha ido perdiendo su afinidad con la monarquía. En la última encuesta realizada por la firma YouGov con motivo del Jubileo de Platino de la reina, se señala que el apoyo a la corona ha disminuido más de un trece por ciento en la última década.

El estudio demoscópico señala que la población afín a la corona ha pasado de un 75 por ciento en 2021 a un 62 por ciento en 2022. Todo ello sumado a que más de un quinto de los encuestados consideran que Reino Unido debería contar con un jefe de Estado elegido democráticamente en sustitución de la monarquía.