Royals
Harry y Meghan: no habrá paz para los Windsor
El nieto de Isabel II no llegó a tiempo para despedirse de su abuela en Balmoral
Harry ha perdido el último vínculo afectivo que le unía a su país, el que ha sentido como su único apoyo mientras todos los demás los convertían a él y aMeghan en los desleales protagonistas de una ruptura familiar traumática. Con su abuela, desaparece la figura que obligaba, al menos, a un frío entendimiento con su padre, el nuevo rey, y a atemperar los agravios que contaminan la relación con su hermano, el heredero.
A nadie extrañó que se mantuviera esa cautelosa distancia cuando Harry y su mujer llegaron el pasado fin de semana al Reino Unido para participar en varios actos de las organizaciones benéficas en las que participan. Y de acuerdo con su mujer, el nieto más querido de la reina tomó una decisión de la que seguramente se arrepentirá siempre: rechazó la invitación de su padre para acudir al castillo de Balmoral y reunirse allí con su abuela y el resto de la familia. Prefirió esperar a verla cuando regresara a Londres, y sin embargo ni siquiera llegó a tiempo para despedirse de ella en esa residencia escocesa convertida en su lecho de muerte.
Fue el último en aparecer, por la noche, horas después del fallecimiento, sin Meghan, que permaneció en Londres probablemente porque entendió que no sería bien recibida, y fue el primero en marcharse, muy temprano al día siguiente, de regreso a la capital. Parece que ni en el dolor han buscado una tregua para sus desavenencias.
Como ocurrió en el entierro de su abuelo, Felipe de Edimburgo, se volverá a ver a Guillermo y a Harry caminando junto a Carlos en el funeral de la reina, pero es probable que apenas haya en privado la unión a la que les obligará el protocolo. La animadversión es tal entre los dos hermanos que Guillermo había decidido no tener ningún contacto con él durante la visita que los duques de Sussex realizaban al país, aunque las circunstancias hayan cambiado sus planes. Las declaraciones de Meghan Markle a la revista Cut, hace apenas un mes, con veladas alusiones críticas a su familia política, han añadido leña a un fuego muy vivo que puede que se convierta en un verdadero infierno cuando se publique este otoño una biografía de Harry en la que él ha colaborado y que se espera explosiva. «Guillermo ya no se fía de su hermano, teme que grabe cualquier conversación entre ellos y la utilice en su contra» declaraba al diario «The Sun» la periodista y biógrafa real Angela Levin.
Días difíciles
Les esperan unos días muy difíciles a los Sussex, porque a la tristeza del duelo sumarán la convicción de que pocos les quieren allí. De modo que en cuanto finalicen los funerales volverán a su residencia de California para reunirse con sus hijos, que se han quedado al cuidado de un equipo de niñeras. Probablemente pasará mucho tiempo hasta que repitan la visita, algunos ya se preguntan incluso si estarán entre los invitados a la ceremonia de coronación de Carlos, que tendrá lugar dentro de un año, una vez finalizado el luto por Isabel II.
Su desvinculación, oficial y emocional, favorecerá la intención del nuevo rey de reducir el número de miembros de la familia real a los que se les asignan responsabilidades de representación y privilegios, para así constituir un núcleo pequeño y cercano, también mucho más económico, encabezado por el heredero y del que se excluirá definitivamente a su hijo menor. De esa forma se consumará el mayor temor de la difunta, que con ella se enterrará la posibilidad de una reconciliación familiar.
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