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Meloni, la última opción para los italianos abandonados por los partidos

Los ultras Hermanos de Italia triunfan en los barrios más pobres y degradados como Tor Bella Monaca en Roma, donde sus habitantes han perdido la confianza en la política tras décadas de abandono

Después de quince años cerrado, el pasado mes de mayo abrió sus puertas el teatro Antonio Cerone, en el corazón de Tor Bella Monaca, el barrio de Roma con el mayor índice de criminalidad y venta de droga de la capital italiana. «Un cine que abre después de tantos años en un municipio especialmente necesitado de cultura y esperanza es una batalla ganada contra el degrado y el abandono», dijo durante la inauguración el diputado Fabio Rampelli, vicepresidente en la Cámara Baja de Hermanos de Italia (FdI), el partido liderado por la ultraderechista Giorgia Meloni, que gobierna en este rincón de la periferia romana.

Nicola Franco ganó las elecciones hace justo un año con el 60% de los votos y una participación del 32%, 16 puntos menos que cinco años antes, y convirtió este barrio olvidado en el sureste de Roma en el único municipio en estar gobernado por Hermanos de Italia. El partido ultra es el favorito para alzarse vencedor en las elecciones que se celebran este domingo en el país transalpino, y a las que se presenta en una coalición con la Liga de Matteo Salvini y Forza Italia del incombustible Silvio Berlusconi. Pero Tor Bella Monaca, con 257.000 habitantes, no es un barrio cualquiera.

«Somos el municipio más pobre de Roma, con la mayor tasa de delitos y el mayor porcentaje de desempleo, pobreza, fracaso escolar, extranjeros residentes y discapacitados. Todos los récords negativos de la capital los tenemos aquí», enumera el alcalde. Franco recuerda que Tor Bella Monaca no es históricamente de derechas. Hasta la década de los noventa, el Partido Comunista alcanzaba el 80% de los votos, pero sostiene que buena parte del éxito de su partido se explica porque la izquierda ha perdido la hegemonía en estas temáticas «en favor de la derecha social».

Tiziana Ronzio tiene otra teoría. «Es cierto que la derecha tuvo más votos, pero hubo mucha abstención, así que no la considero una victoria», explica desde su casa en la «torre amarilla», un edificio de 15 pisos de viviendas sociales, muchas de ellas ocupadas, donde conviven familias italianas con extranjeras.

«La gente está decepcionada. La izquierda hizo una pésima campaña y la derecha ha sabido estar presente en el territorio», añade esta sanitaria condecorada con la Orden del Mérito por el presidente de la República, Sergio Mattarella, por su lucha contra las drogas en el barrio. Un compromiso que le ha costado las amenazas de los traficantes que viven en su mismo edificio y tener que estar bajo protección policial 24 horas al día. Una situación que también sufre Tiziana Laterza, propietaria de la única librería en el barrio, después de negarse a vender la biografía de Meloni publicada el año pasado.

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En 2016, Tiziana Roncio, como la mayoría de sus vecinos, confiaron en que el partido antistema Movimiento Cinco Estrellas (M5E), que se presentaba como la única alternativa a la «casta» política, habría podido cambiar las cosas. El partido fundado por el cómico genovés Beppe Grillo, que prometía «abrir el Parlamento como una lata de atún», arrasó en las urnas con casi el 80% de los votos y una participación que rozó el 50%. Ahora reconoce que fue un error. «Pensé que el hecho de que no tuvieran experiencia era positivo, pero creo que eso mismo les hizo cometer muchos fallos, a veces, involuntarios», opina.

Ella sabe ya que este domingo votará por el socialdemócrata Partido Democrático (PD), a pesar de no tener casi opciones de arrebatar la victoria a la derecha, pero es un caso casi excepcional. La mayoría de los vecinos aseguran que no irán a las urnas o votarán por Meloni, que de perfila como la primera mujer en presidir el Consejo de Ministro de Italia. «Es la única que puede poner un poco de orden entre tanta porquería», defiende Mario, un hombre de avanzada edad, que reconoce haber confiando la última vez en los «grillinos», ahora divididos por la guerra de Ucrania y el desgaste de haber gobernado en la misma legislatura con la ultraderechista Liga y con los socialdemócratas del Partido Democrático.

Franco rechaza que exista un posible trasvase de votos entre el Cinco Estrellas y Hermanos de Italia. «En 2016 hubo un voto de protesta y no había nada constructivo. El nuestro es un voto de confianza», defiende.

En el barrio más pobre de Roma, la renta de ciudadanía, una especie de subsidio de desempleo que impulsó el Movimiento Cinco Estrellas durante la pasada legislatura, es el oxígeno de miles de familias. Meloni ha prometido modificarlo si gana las elecciones este domingo, aunque antes de entrar en campaña electoral exigía su abolición. «Es una barbaridad», dice Tiziana Ronzoni. «Es cierto que tiene que ser repensado, pero si lo cancelan, muchas familias que perdieron el trabajo durante la pandemia se encontrarán sin nada y la delincuencia aumentará hasta niveles inhumanos».

Franco puntualiza que la propuesta de su partido es incentivar la creación de trabajo con ayudas a los empresarios y conceder la renta de ciudadanía exclusivamente a quienes no se encuentren en condiciones de trabajar. «Porque es muy fácil quedarse en el sillón de casa sin hacer nada y ganar 700 euros».

La gestión del alcalde no está siendo en cualquier caso tranquila. Tres días antes de las elecciones municipales, una antigua foto en la que aparecía haciendo el saludo romano terminó publicada en la prensa nacional. Y hace sólo unos meses, cedió una de las salas del municipio para que los neofascistas de Azione Frontale realizaran un evento, que desató la indignación de los vecinos. “Son polémicas inútiles”, se justifica. “En Tor Bella Monaca el fascismo no interesa porque hay problemas más serios, como llegar a fin de mes”.