Amenaza
Los nuevos objetivos de Putin para acabar con Occidente tras sabotear el gasoducto Nord Stream
La ministra del Interior alemana, Nancy Faeser, ha advertido a los líderes de Europa occidental que debían prepararse para situaciones “inimaginables hasta ahora”
El presidente de Rusia, Vladimir Putin, anunciará mañana la anexión de cuatro regiones ucranianas, en las que se celebró un referéndum a punta de rifle y en las que obtuvieron una amplia mayoría. Mientras ponía en marcha su plan, por el que a partir de ahora considerará que cualquier intento de recuperar la zona será considerado como un ataque a territorio ruso, dejaba claro a Occidente que no dudará en utilizar su armamento nuclear si fuera necesario.
Pero no contento con eso, Putin ha querido seguir haciendo una demostración de fuerza y ha saboteado el gasoducto Nord Stream 1, que suministra gas a Europa desde Rusia. A pesar de que se había restringido el caudal a un 20 por ciento primero y totalmente después para realizar “tareas de mantenimiento”, lo cierto es que no se había reanudado el flujo desde primeros de verano. Pero esta semana se registraron varias explosiones, que han hecho que el gasoducto quede inutilizado para siempre, según dijo el gobierno alemán ayer. De momento, se han detectado cuatro fugas.
El sabotaje es evidente porque la instalación está reforzada y cubierta de hormigón, lo que la hacía casi invulnerable. Esto es un aviso de Putin que, antes de que comience el invierno ya ha advertido a Europa que está dispuesto a todo.
De hecho, los servicios de inteligencia apuntan que el sabotaje de Nord Stream es sólo una advertencia e indican cuales pueden ser los siguientes pasos, que podrían provocar un desastre financiero mundial y Europa no podría contraatacar.
Putin tiene claro que Occidente es vulnerable en dos aspectos: energía y telecomunicaciones. En el primero, podría seguir saboteando instalaciones y dejaría sin flujo de gas a Europa, en un momento en el que se dispara su consumo. En segundo lugar las telecomunicaciones. Si accede a los tubos que protegen los cables submarinos, dejaría sin conexión a todo el continente y provocaría un caos financiero porque a través de ellos se realizan 100.000 millones de transacciones financieras diarias.
La ministra del Interior alemana, Nancy Faeser, tiene claro lo que puede pasar y advirtió a los líderes de Europa occidental que debían prepararse para situaciones “inimaginables hasta ahora” mientras la OTAN trabaja en la elaboración planes para tratar de proteger las infraestructuras más críticas y vulnerables.
Los gasoductos que podrían seguir el mismo camino que el Nord Stream son el Norpipe y el Britpipe, que suministran petróleo y gas a Gran Bretaña desde Noruega.
Los hombres rana del ejército de Putin o los submarinos espía podrían cortar los cables submarinos sin ser detectados. Los submarinos espía Losharik se transportan debajo de una nave nodriza submarina. Entran en el Atlántico desde el Ártico y utilizan brazos robóticos para manipular o incluso cortar cables.
Pero el problema no afectaría sólo a Europa porque Estados Unidos utiliza esos cables para poder comunicarse con sus aliados de la OTAN. Otra opción que no se descarta es que accedan a los cables submarinos para tratar de controlar la información que discurre sobre ellos.
Qué pasaría si se corta el suministro de gas a Europa?
Si alguna de estas infraestructuras fuera dañada, provocaría un daño irreparable en la economía Europea, que entraría en una fuerte recesión, según explica Damien Erns, de la Universidad de Lieja en Bélgica, informa “The Sun”. Asimismo, alertó de que son infraestructuras muy vulnerables porque “los sistemas de protección son lamentablemente inadecuados. Nuestra infraestructura no está muy bien protegida y es extremadamente difícil protegerla a lo largo de miles de kilómetros”, dijo.
“Si se cortara el suministro de gas de Noruega a Europa, veríamos una recesión terrible. Ni siquiera podríamos calentarnos y producir electricidad. Los temores son muy serios y bien fundados. Europa no tiene más margen de maniobra y no podemos descartar que las cosas se deterioren muy significativamente en los próximos meses”, añadió.
En cambio, Bryan Clark, ex analista de la Marina de Estados Unidos, apunta que todas estas amenazas “son parte del estilo ruso de guerra política. Tratan de generar dudas, incertidumbre”. para Clark sería posible que Rusia trasladara sus submarinos espía por el Báltico y sería muy difícil localizarlos, “Es un mar poco profundo, con muchas corrientes y muchos barcos del a II Guerra Mundial hundidos en él.
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