Suecia

El nuevo Gobierno sueco promete combatir la delincuencia y aumentar el gasto en Defensa

El conservador Ulf Kristersson elimina el Ministerio de Medio Ambiente, cuyas competencias dependerán de Clima y Negocios

El nuevo Gobierno sueco (12 hombres y 11 mujeres) posa frente al Parlamento en Estocolmo
El nuevo Gobierno sueco (12 hombres y 11 mujeres) posa frente al Parlamento en EstocolmoJonas EkstromerAgencia EFE

Un día después de ser elegido primer ministro de Suecia, el conservador Ulf Kristersson volvía este martes por la mañana al “Riksdag” (Parlamento) para detallar los planes del nuevo Gobierno de coalición entre conservadores, democristianos y liberales con apoyo por primera vez de la ultraderecha. Estos últimos, los Demócratas Suecos (SD), aun siendo la fuerza más votada del bloque de derechas en las elecciones del pasado 11 de septiembre, quedarán fuera del Ejecutivo, pero mantendrán una fuerte influencia en su política migratoria y de asilo, así como en la lucha contra el crimen organizado.

El Partido Moderado de Kristersson contará con 12 carteras, entre ellas Exteriores (Tobias Billström), Finanzas (Elisabeth Svantesson) y Defensa (Pål Jonson). Los democristianos dirigirán seis, con su líder, Ebba Busch, como ministra de Energía y viceprimera ministra. El líder liberal, Johan Pehrson, estará al frente de Trabajo e Integración, uno de los cinco ministerios que controlará su partido. La liberal Romina Pourmokhtari, que dirigirá Clima y Medio Ambiente, se convertirá a sus 26 años en la ministra más joven en la historia de Suecia. Once de las 23 carteras (una más que el Gobierno socialdemócrata saliente) serán ocupadas por mujeres.

“Como primer ministro, quiero llevar a Suecia de un país dividido a un país unido”, prometió en su discurso el primer ministro, que insistió en que “el cambio era necesario y el cambio ahora es posible” tras ocho años de hegemonía socialdemócrata.

Precisamente, no tardó mucho Kristersson en aludir a la herencia recibida, en referencia a la violencia protagonizada por las pandillas (53 muertos en lo que va de año), la recesión económica y la guerra de Ucrania. “Déjenme hablar claro, este Gobierno recibe un país que está en medio de varias crisis paralelas”, explicó.

“Mi mensaje también es esperanzador”, añadió Kristersson. “Nosotros en Suecia hemos resuelto grandes problemas antes. Generaciones de suecos se han enfrentado a tiempos difíciles y han superado la prueba”.

Como prometió en la reciente campaña electoral, el nuevo Gobierno de derechas situará como una de sus mayores prioridades la lucha contra el crimen organizado, para lo que aumentará las penas para los delincuentes y expulsará del país a los pandilleros que no sean suecos. La violencia de las bandas, explicó, “daña la confianza en la que se basa la sociedad sueca, y es una amenaza mayor para el contrato social que cualquier otra persona activa en la política sueca que haya experimentado”.

Con todo, el líder conservador advirtió de que las medidas más duras no tendrían resultados inmediatos: “Va a haber mucho conflicto cuando el poder de las bandas criminales se vea amenazado. Podría empeorar antes de mejorar”, alertó.

En medio de la amenaza para la seguridad que supone la invasión rusa de Ucrania, que ha llevado a Suecia y Finlandia a abandonar sus histórico no alineamiento militar parar solicitar su adhesión a la OTAN, Kristersson prometió completar cuanto antes el proceso de integración, que Turquía amenaza con vetar a menos que Estocolmo deje de ser un refugio para “terroristas kurdos”.

En la defensa interna, el Ejecutivo creará un Consejo de Seguridad Nacional que presidirá el propio Andersson, así como aumentará el presupuesto en Defensa hasta el 2% del PIB antes de 2026, cuando concluye oficialmente la presente legislatura. Dinamarca, socio fundador de la Alianza Atlántica, prevé alcanzar este objetivo en 2033. “Debemos fortalecer la defensa sueca y cumplir con nuestras obligaciones como miembro. Este cambio de paradigma para la política de seguridad y defensa sueca guiará el trabajo del Gobierno”, aseguró Kristersson.

En este sentido, el nuevo ministro de Exteriores, Tobias Bilström, promete continuar la labor de la primera ministra saliente, la socialdemócrata Mgdalena Andersson, que solicitó formalmente la adhesión a la OTAN en mayo pasado. “Es importante que mantengamos un buen y positivo diálogo en este ámbito, no se notará ninguna diferencia con respecto al Gobierno saliente”, confirmó Bilström en una entrevista en la televisión pública SVT. “Este tema es algo sobre lo que ha habido un gran y amplio apoyo en el Riksdag. La política en esta área es fija”, añadió.

El discurso fue recibido con escepticismo por la oposición. Andersson, cuyo Partido Socialdemócrata ganó ampliamente las pasadas elecciones pero cuyo bloque de izquierdas sumó tres escaños menos que el de derechas (173 frente a 176), acusó al nuevo Gobierno de no contemplar inversiones en educación, atención sanitaria y cuidado de ancianos. “La gran promesa electoral sobre la protección de alto coste [de las facturas de electricidad] del 1 de noviembre no se incluyó”, criticó la ya ex primera ministra.

Mientras, la líder del Partido de Centro en funciones, Annie Lööf, lamentó que el fuerte control que mantiene la ultraderecha sobre el Gobierno. “Mucho está marcado por los temas electorales de SD en torno a la política criminal y la política migratoria. Desafortunadamente, es Jimmie Åkesson [líder de los ultras] quien tiene la primera y la última palabra en esta colaboración”, aseguró Lööf, que e 2019 abandonó el bloque de derechas por su oposición a colaborar con la derecha populista y xenófoba.

Tampoco cayó demasiado bien que el Ministerio de Medio Ambiente desaparezca del organigrama del nuevo Ejecutivo. Busch, la nueva ministra de Energía y Negocios de Suecia, supervisará la labor Pourmokhtari, En su opinión, a los problemas ambientales “se les había dado demasiado peso” en Gobiernos anteriores. “Si queremos resolver los problemas climáticos, se trata de transformar la industria y el sector del transporte”, justificó la líder democristiana.

En opinión de Los Verdes, esta decisión acabará con el liderazgo internacional que ha ostentado Suecia en la protección del medio ambiente durante décadas. “Esta es una decisión histórica que tendrá consecuencias devastadoras para los problemas ambientales”, advierte Per Bolund, co líder del partido. “Es imposible obtener una descripción más clara de cuán bajo clasifica este Gobierno el medio ambiente y el clima”, lamenta.