Objetivo
Matar de frío y de sed: la última estrategia de Putin para ganar la guerra de Ucrania
Los ataque con drones han destruido en una semana el 30 por ciento de las centrales eléctricas ucranianas
Vladimir Putin continúa con su estrategia para poder imponerse a Ucrania en la guerra y maneja varios escenarios para el futuro. Mientras la amenaza del uso de ojivas nucleares sigue planeando sobre el conflicto bélico, el presidente ruso ha desplazado a parte del ejército a Bielorrusiapara, quien sabe si, tratar de iniciar una contraofensiva por el norte. Los daños sufridos en Jersón han hecho que las tropas rusas sigan retrocediendo y las fuerzas liberadoras ucranianas entran en las ciudades con regalos para los niños.
Rusia no ha logrado invadir el país en un conflicto que se alarga ya durante 8 meses y que le está pasando factura. Los soldados están cada vez más desmotivados, los recursos económicos escasean, los daños de sus vehículos han sido numerosos, el arsenal militar es limitado y las sanciones económicas e Europa están haciendo mella en el Kremlin, que ya ha comenzado a ver cómo está comenzando a ser cuestionado por sus propios ciudadanos, quese han manifestado en todo el país, han boicoteado las sedes de reclutamiento y miles de personas han abandonado el país para no tener que incorporarse a filas.
Son muchos los frentes que tiene abiertos Putin, pero el presidente ruso continúa con su objetivo de ganar la guerra. A nivel interno, ha sofocado las protestas, ha detenido a miles de personas y todos los líderes opositores están controlados de una manera u otra.
En lo que respecta a occidente, la amenaza nuclear sigue vigente y la dependencia energética de Europa le ha permitido poder presionar con cortar el gas a Alemania, una estrategia que se ha endurecido tras los sabotajes del gasoducto nord stream, que ha quedado inutilizado. Europa sigue teniendo una alta dependencia, pero en los últimos meses ha sabido reducirla, aunque países como Reino Unido ya prevén que durante el invierno puedan tener cortes energéticos de hasta cuatro horas.
En lo que respecta al terreno de batalla, ha cambiado la estrategia pero el objetivo sigue siendo el mismo. Acabar con la moral de los ucranianos, estrategia que ha servido para ganar muchas guerras a lo largo de la historia. Además, en este caso es más evidente porque la principal razón de que Ucrania todavía sea un país libre es gracias al arrojo de sus ciudadanos, que han logrado parar al invasor y están consiguiendo acorralarle.
Una manera de minar la moral es el miedo. Los bombardeos constantes de los últimos días de lugares como Kyiv, que llevaban meses sin sufrir ataques, y de otra docena de ciudades tenían un objetivo claro: que los ucranianos piensen que no están a salvo en ningún lugar. De forma paralela, las fueras de Putin continúan con su estrategia de medio plazo, acabar con la moral ucraniana dejándoles sin suministros. Estos ataques, realizados con drones iraníes Shahed-136, capaces de volar hasta 2.500 kilómetros y con una eficacia devastadora.
El invierno se presenta como una estación con mucha incertidumbre. Ucrania es un país en el los inviernos suelen ser bastante duros y para combatirlo es necesario contar con energía. Pero Rusia se está encargando de que eso no sea así. De hecho, según ha denunciado el presidente Ucraniano Volodimir Zelensky, en la última semana Rusia ya ha destruido el 30% de las centrales eléctricas del país.
Putin pretende dejarles sin luz, ni agua, ni calefacción y por eso ordenó los ataques de instalaciones en Kyiv, Dnipro, Járkiv, Mikoláiv y Zhytomyr. Y las primeras consecuencias ya se están haciendo notar en zonas algunas como Zhytomyr, donde “once asentamientos de nuestra región están sin electricidad”, ha explicado su gobernador Vitaliy Bunechko.
A pesar de que muchos analistas aventuraban una derrota rusa hace poco, el líder ruso está convencido de que el tiempo corre a su favor. Es muy obstinado y su orgullo no le permite pensar de otra manera. Por ello, algunos analistas consideran que antes de reconocer una derrota activaría la vía nuclear. Pero todo es un misterio. Sus supuestas enfermedades, las posibles revueltas internas que podrían derrocarlo... Lo único cierto es que el invierno llega con toda su crudeza y Ucrania no dispone de las fuentes de energía necesarias para poder luchar contra el frío.
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