Análisis
“Rishi Sunak es el rival más duro para los laboristas” de cara a unas elecciones
LA RAZÓN pregunta al experto Günter Walzenbach por las cualidades del nuevo primer ministro y su capacidad de capear la tormenta financiera en Reino Unido
Los diputados del Partido Conservador eligieron este lunes como nuevo líder y primer ministro del Reino Unido al extitular de Economía Rishi Sunak, que afronta la tarea de recuperar la estabilidad financiera y política tras la tormenta que provocaron las medidas de la hasta ahora jefa de Gobierno, Liz Truss. Günter Walzenbach, profesor de Estudios Europeos en la University of the West of England, explica las claves de la crisis política del Reino Unido, considerado en algunos ámbitos como el “nuevo enfermo de Europa”.
¿Qué cualidades tiene Rishi Sunak como nuevo primer ministro?
Rishi Sunak, el nuevo primer ministro británico, supo anticipar correctamente los riesgos y probables fracasos de la política económica de la ya dimitida Liz Truss antes de que ésta llegara al poder. Sunak ha cosechado varios éxitos, tiene credibilidad por su gestión como ministro de Economía y una fuera base de apoyo dentro del partido parlamentario conservador. Además, hizo una buena campaña frente a Truss, aunque perdió en aquella ocasión. El Partido Laborista lo ve como un duro rival para su programa alternativo. Entre otras cosas, es uno de los hombres más ricos del Reino Unido.
¿Qué espera de Sunak?
Queda por ver si tendrá la capacidad y el peso político necesarios de Rishi Sunak para ganarse una verdadera credibilidad en la elaboración de la política económica, ya sea dentro de su propio partido o en términos de reputación internacional del Reino Unido. Con las actuales cifras de inflación por encima del 10 por ciento y las últimas encuestas de opinión que apuntan a una ventaja del 30 por ciento para el Partido Laborista, el espectro de unas elecciones generales anticipadas convierte todo esto en una lucha cuesta arriba para los conservadores.
¿Por qué fracaso Liz Truss?
Aunque tuvo una base de apoyo relativamente pequeña dentro de los diputados conservadores, la primera ministra Liz Truss había ganado las primarias solo gracias al voto mayoritario de principales miembros de los Tories. Sus errores en entrevistas públicas y en la Cámara de los Comunes, así como una selección del gabinete impulsada por la ideología, crearon rápidamente una imagen de incompetencia acompañada de rápidas dimisiones en ministerios y una mala gestión de los asuntos legislativos en el Parlamento. Liz Truss se ha convertido en la primera ministra británica con menos tiempo en el cargo. Sus problemas empezaron con el anuncio de un mini-presupuesto, con el que pretendía poner en marcha una estrategia de alto crecimiento con la ayuda de importantes reducciones de impuestos, pero sin buscar el asesoramiento de la Oficina de Responsabilidad Presupuestaria (OBR) ni la coordinación con el Banco de Inglaterra. Nunca se recuperó de los efectos de un conjunto de propuestas políticas radicales (pero, en términos presupuestarios, sin financiación), que primero agitaron los mercados financieros y luego a los miembros electos de su propio partido. La decisión de sustituir a su ministro de Finanzas, Kwasi Kwarteng, por el antiguo ministro de Sanidad y de Asuntos Exteriores, Jeremy Hunt, se quedó corto y demasiado tarde para calmar las cosas y estabilizar la nave del Estado recurriendo explícitamente a valores conservadores más tradicionales.
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