Reino Unido

Sunak se estrena en Downing Street con su primera polémica

La oposición laborista critica al “premier” por recuperar a la ministra del Interior que dimitió por enviar un documento confidencial a un diputado desde su email privado

En circunstancias normales, todo primer ministro tiene una pequeña luna de miel al inicio de su mandato. Pero, desde hace tiempo, en Reino Unido no se viven circunstancias normales, por lo que el primer día de Rishi Sunak como inquilino de Downing Street estuvo marcada por la demanda de la oposición la apertura de una investigación oficial sobre el nombramiento de Suella Braverman como ministra del Interior, días después de que abandonase el Gobierno de la fugaz Liz Truss por un fallo de seguridad.

En su primera sesión semanal de preguntas al primer ministro, Sunak tuvo que enfrentarse a las feroces críticas del líder de la oposición laborista, Keir Starmer, por el nombramiento de Braverman -del núcleo duro de la derecha- en una de las carteras con más peso del Ejecutivo, después de haber reconocido que violó el código ministerial al haber enviado a un diputado un documento confidencial por su correo electrónico personal, en lugar hacerlo por el oficial.

Este fue el argumento que se utilizó para su dimisión la semana pasada, precipitando la salida de la malograda Truss. Aunque la verdadera razón habría sido un desacuerdo entre ambas por una cuestión migratoria.

Suank -que en su intento por unificar al partido ha elegido a representantes de todos los sectores- justificó este miércoles el regreso de Braverman a su antiguo puesto: “Cometió un error de juicio, pero lo ha reconocido y aceptado”. No obstante, eso no ha sido suficiente para los partidos de la oposición, que exigen ahora una pesquisa al respecto. La portavoz de Interior laborista, Yvette Cooper, acusó al nuevo primer ministro de situar los intereses del partido por encima de los país. “Nuestra seguridad nacional y la seguridad del público es muy importante”, agregó.

Durante el debate se vio a un Sunak algo nervioso. Se trata de un hombre meticuloso y moderado. Pero muchos consideran que le falta garra y ese “instinto asesino” para las personas que ocupan los primeros puestos de la política. Algo parecido a lo que le acusan al líder de la oposición. Aunque, ante el caos protagonizado por los conservadores, los laboristas sacan más de 30 puntos de ventaja en las encuestas.

El nuevo líder “tory” intentó focalizar el debate en su promesa de estabilizar de nuevo las finanzas y dirigir la economía de una forma “justa y compasiva”. “Siempre protegeré a los más vulnerables. Lo hice durante la pandemia y lo haré de nuevo ahora”, aseguró el jefe del Gobierno que al mismo tiempo avanzó que deberá tomar “decisiones difíciles”.

Pese a que estaba previsto que el próximo 31 de octubre se presentaran los planes para hacer frente a la deuda -que ya roza el 98% del PIB-, Sunak, que tomó posesión de su cargo el martes, ha decidido retrasar al próximo 17 de noviembre la divulgación de su plan fiscal. Es consciente que los mercados soberanos, los mismos que forzaron la salida de su predecesora, van a mirar cada detalle con lupa y prefiere tomarse su tiempo para plantear un programa que recupere la confianza.

El polémico plan de Truss, con los recortes de impuestos más radicales de 1974, obligó a finales de septiembre al Banco de Inglaterra a intervenir al realizar compras de bonos a largo plazo para frenar la caída de la libra.

Tras la primera reunión del Gabinete de ministros, el titular de Economía,Jeremy Hunt, anunció a los medios esa decisión, que también ha sido consensuada con el gobernador del Banco de Inglaterra, Andrew Bailey, y la Oficina de Responsabilidad Presupuestaria (OBR, por sus siglas en inglés).

“Tenemos un nuevo primer ministro y la perspectiva de una estabilidad mucho mayor a largo plazo para la economía y el país. En ese contexto, un corto retraso de dos semanas y media es el mejor modo de estar seguros de que tomamos las mejores decisiones”, dijo Hunt.

Por otra parte, Sunak anunció que volverá a prohibir la extracción de hidrocarburos por fractura hidráulica (“fracking”), un veto que su antecesora había levantado. Aseguró que mantendrá en ese terreno las promesas del programa electoral con el que Boris Johnson ganó las últimas elecciones generales, en 2019, que defendía una moratoria para todos los proyectos de fractura hidráulica.