Defensa

Suecia estrecha sus relaciones militares con EE UU antes de completar su ingreso en la OTAN

Ambos países ultiman un acuerdo bilateral que permitirá a las fuerzas estadounidenses operar en el país nórdico

El buque anfibio "USS Kearsarge", en el centro de Estocolmo
El buque anfibio "USS Kearsarge", en el centro de EstocolmoHenrik MontgomeryAgencia EFE

El Gobierno de derechas sueco de Ulf Kristersson está negociando con Estados Unidos un acuerdo bilateral para profundizar las relaciones en defensa y seguridad mientras el país nórdico concluye su adhesión a la OTAN. El pacto debería facilitar que las fuerzas estadounidenses operen en Suecia.

“[El acuerdo] podría significar un apoyo militar estadounidense más rápido en caso de crisis y guerra”, defiende el ministro de Defensa sueco, Pål Jonson.

Durante un discurso en la Conferencia Nacional de Sociedad y Defensa celebrada en Sälen (Estocolmo) el pasado domingo, Jonson afirmó que Suecia había comenzado recientemente las negociaciones sobre un acuerdo, el llamado Acuerdo de Cooperación de Defensa (DCA, en sus siglas en inglés).

Según explicó el ministro, este compromiso podría crear condiciones para establecer “áreas de base” para las fuerzas estadounidenses en Suecia. Eso, a su vez, puede significar inversiones en ciertas infraestructuras para almacenar equipo militar estadounidense y albergar a soldados estadounidenses.

En los países bálticos (Estonia, Letonia y Lituania), la Alianza Atlántica ya ha desplegado fuerzas multinacionales, incluidos soldados estadounidenses, que son reemplazados periódicamente.

El ministro de Defensa, sin embargo, elude hablar de bases militares estadounidenses en territorio sueco. “No sé si lo llamaría base estadounidense. Es más de base o agrupación avanzada de material de lo que podría tratarse”, matiza. “No hay bases americanas en Estonia, Letonia y Lituania. Hay unidades rotativas que entran y salen”, explica Jonson, que añade que “naturalmente tienen una infraestructura en la que apoyarse, pero es Estonia, Letona y Lituana.

El acuerdo bilateral también aclarará las condiciones legales bajo las cuales los soldados estadounidenses pueden operar en Suecia y qué reglas se aplicarán a los impuestos y aranceles.

El ministro sueco no se atreve a vaticinar cuándo puede estar en vigor el DCA y enfatiza que también habrá decisiones políticas que luego determinarán cómo se utiliza un posible acuerdo.

Noruega ya ha concluido un acuerdo DCA de este tipo con EE UU, mientras que Dinamarca y Finlandia han iniciado negociaciones sobre uno.

El exministro de Defensa socialdemócrata Peter Hultqvist afirma que las discusiones ya estaban en marcha durante el anterior Gobierno y ofreció su apoyó al actual Ejecutivo para alcanzar un acuerdo con Washington. En opinión de Hultqvist, el DCA “conducirá a una relación más profunda y estabilizada con Estados Unidos. Ya tenemos una buena relación, pero esto fortalece aún más los lazos”.

En sus recomendaciones al Gobierno, las Fuerzas Armadas han recomendado que Suecia puede ser base de las fuerzas terrestres, aéreas y navales de la OTAN, a la que el país nórdico y Finlandia fueron invitadas oficialmente a sumara en la Cumbre de Madrid del pasado mes de junio.

Precisamente, Jonson explicó que las negociaciones con Washington debián inscribirse en ese proceso de adhesión a la Alianza Atlántica: “Las negociaciones se inician porque Suecia va camino de convertirse en un aliado de Estados Unidos, a través de la membresía en la OTAN”.

Ante la amenaza para la seguridad en Europa que representa la invasión rusa de Ucrania, Suecia decidió romper con más de 200 años de no alineamiento militar y solicitar su ingreso en la organización transatlántica en mayo pasado de la mano de Finlandia. Hasta ahora, 28 de los 30 Estados miembros de la OTAN han ratificado la adhesión de ambos países nórdicos, pero Turquía y Hungria aún se resisten.

El mayor obstáculo vuelve a ser el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, que bloquea las aspiraciones de los dos países, a los que califica de “refugio de terroristas” kurdos. Especialmente a Suecia, donde está establecida una numerosa comunidad kurda de unas 100.000 personas. Sin embargo, las concesiones realizadas hasta ahora para lograr el visto bueno de Ankara no parecen dar resultado, ni siquiera el viaje de Krsitersson a Ankara el pasado noviembre para reunirse con Erdogan.

Durante la conferencia de seguridad del domingo, el primer ministro sueco reconocía que su Gobierno veía comoinaceptables algunas de las dmenadas turcas. “Turquía ha confirmado que hemos hecho lo que dijimos que haríamos, pero también dice que quiere cosas que nosotros no podemos, que no queremos dar”, explicaba Kristersson junto al secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, que también ha presionado a Erdogan para que levante su veto a la ampliación de la Alianza al Norte de Europa.