Guerra

“Si algún mercenario Wagner no sigue una orden o intenta rendirse lo matan ellos mismos”

Yevhen, comandante de una compañía del batallón “Svoboda”, desplegado en la línea del frente en Donetsk cuenta cómo los combates se recrudecen: “Es un infierno”

Soldados ucranianos.25/12/2022
Soldados ucranianos.25/12/2022CELESTINO ARCE / ZUMA PRESS / CONTACTOPHOTOCELESTINO ARCE / ZUMA PRESS / CO

Yevhen, el comandante de una compañía del batallón “Svoboda” (“libertad” en ucraniano) de la Guardia Nacional de Ucrania. Ha estado luchando durante meses cerca de Bajmut, junto con otros ucranianos que no tenían experiencia militar antes de la invasión.

“Lo de Bajmut es un infierno”, cuenta a LA RAZÓN sobre la ciudad que ha sido el epicentro de los combates más crudos durante los últimos meses en Donetsk. Habla con voz cansada pero tranquila, lo que solo sirve para subrayar el contenido escalofriante de sus palabras.

“Oigo los disparos, la artillería rusa nos bombardea, nos disparan desde tanques, los drones del enemigo nos sobrevuelan todo el tiempo”. Yevhen siempre está cerca de su gente al borde mismo de la línea del frente.

Habiendo luchado en algunas de las batallas más sangrientas de esta invasión, Yevhen, que era empresario antes de ofrecerse como voluntario para ayudar a defender Kyiv en febrero, ya está acostumbrado al peligro constante. Sin embargo, lo que ve en Bajmut le sigue impactando.

En otros lugares no había tanta carne de cañón, ni tanto combate de contacto. No hubo tanta muerte y tantas pérdidas, de nuestro lado y del de ellos”.

Para Yevhen es mucho peor que cualquier cosa que haya presenciado en Severodonetsk o incluso en Irpin, Bucha o Hostomel. “Daba miedo ver a los niños asesinados, pero solo en Bajmut vi a tanta gente zombificada que sigue perdiendo su vida en los ataques a nuestros muchachos, que defienden con sus últimas fuerzas”.

Según Yevhen, el 99% de las fuerzas rusas cerca de Bajmut son mercenarios de Wagner.

“Atacan en oleadas de pequeños grupos. Primero, 6-8 soldados menos experimentados se mueven contra nosotros. Mientras les disparamos y los matamos, sus comandantes estudian nuestra posición, averiguando dónde tenemos una ametralladora, dónde tenemos un lanzagranadas, etcétera”.

El siguiente grupo generalmente consiste en los soldados más profesionales. Primero, atacan a los ucranianos con artillería, morteros o tanques. Luego disparan con ametralladoras y lanzagranadas y tratan de avanzar. Si fallan, se retiran y envían un nuevo grupo de soldados menos preparados.

Yevhen recuerda que cuando no hacía tanto frío como ahora, los rusos literalmente enviaban gente con las palas al frente, ordenándolos de cavar las trincheras para los que vendrían después.

“Los rusos no saben qué están haciendo aquí, por qué pelean. Simplemente sacrifican su vida. Todo se basa en el miedo y la falta de información”, explica Yevhen, quien habló con muchos mercenarios rusos capturados. “Si alguien en Wagner no sigue una orden, si intenta rendirse o retirarse, simplemente lo matan ellos mismos”.

Si bien esta táctica significa que muchos rusos están muriendo, los nuevos reclutas llegan sin cesar. “Se enteran de lo que está pasando solo cuando ven los cadáveres de sus predecesores. Y hay muchísimos de ellos aquí”.

Aun así, Yevhen subraya que sus tropas no subestiman al enemigo porque tiene algunos soldados muy profesionales con gran experiencia y equipos superiores en algunas unidades.

“Es extremadamente difícil luchar contra ellos. No importa lo gran guerrero que seas, cuando te atacan 10 profesionales y éstas también 8 o 10 soldados en las trincheras, es muy difícil porque trabajan de manera muy coordinada”.

Subraya que el 80% de sus soldados ni siquiera empuñaron un arma antes de la invasión. “Eran simples trabajadores, tractoristas, gerentes de oficina. Simplemente estaban motivados y querían proteger a su país del invasor”, explica Yevhen.

Los meses de defensa contra tales “olas humanas” o “olas de carne” rusas están cobrando su precio psicológico y físico.

La moral

“Nos falta infantería”, dice Yevhen antes de desvelar que el 80% de los efectivos son “300″ (que significa “heridos” en el argot militar). Algunos han sido alcanzados por metrallas, otros tienen conmociones cerebrales, heridas, enfermedades crónicas que se han vuelto más difíciles por el estrés constante. Muchos sufren de fiebre y bronquitis mientras pasan 3-4 días seguidos en las trincheras frías donde se les congelan los pies y los brazos ya que las temperaturas alcanzan ya -15 grados.

Yevgen subraya constantemente que la motivación es muy alta y que los soldados hacen todo lo posible para proteger a su país y no dejar pasar al enemigo. “Nuestro batallón vio lo de Bucha y Hostomel y no quiere que las matanzas vuelvan a suceder en nuestras ciudades y pueblos”.

Aun así, la voluntad humana tiene un límite.Yevhen espera que los muchachos no se derrumben física y moralmente. “Están aguantando con las últimas fuerzas. En los últimos días, están mostrando algunos esfuerzos sobrehumanos”.

Un gran problema es que la unidad carece de suficiente potencia de fuego para detener al enemigo más lejos de sus trincheras y así evitar bajas entre la infantería ucraniana. “Más armas ayudarían mucho”, subraya el oficial.

Más HIMARS y tanques

Necesitamos tanques, necesitamos artillería, necesitamos más HIMARS, necesitamos aviones de combate, necesitamos drones capaces de volar de noche sin interrupciones. Necesitamos transportes blindados de personal para sacar a la infantería de las posiciones para salvar vidas”.

Los analistas ucranianos subrayan que lo que está sucediendo en Soledar y Bajmut es cómo Rusia va a usar los cientos de miles de soldados, tropas tratadas como material prescindible. Si Ucrania no tiene los medios para detener esta horda, sus defensas podrían verse abrumadas.

Cuando se le pregunta sobre el futuro de Bajmut, responde que sí dice “no podemos aferrarnos a Bajmut”, él mismo podría comenzar a creerlo y, por lo tanto, influir en sus soldados.

“Solo puedo decir una cosa. Vamos a proteger Bajmut y destruir al enemigo. Haremos todo lo posible para que no vuelva nunca más. Estamos haciendo lo que hacemos para que mis hijos, que se encuentran actualmente en Kyiv, nunca más tengan que presenciar la muerte, ver armas, una guerra con sus propios ojos. Es por eso que la mayoría de nuestros soldados están aquí”.

Yevhen subraya que Rusia es un “estado terrorista” y hay que derrotarlo para que deje de ser una amenaza tanto para Ucrania como para el resto del mundo.