Derechos Humanos

El Tribunal de Estrasburgo juzgará a Rusia por el derribo del avión MH17 que terminó con la vida de 298 personas

La corte admite a trámite la denuncia de Países Bajos al considerar que Moscú tenía control sobre el territorio

Un grupo de personas camina entre los escombros en el lugar del accidente de un avión de pasajeros cerca del pueblo de Grabovo, Ucrania.
Un grupo de personas camina entre los escombros en el lugar del accidente de un avión de pasajeros cerca del pueblo de Grabovo, Ucrania.Dmitry LovetskyAgencia AP

El Tribunal de Derechos Humanos de Estrasburgo ha admitido a trámite la denuncia interpuesta por Países Bajos contra Rusia, por su presunta implicación en el derribo del avión MH17 de Malaysia Airlines por un misil buk de fabricación rusa. Aunque Moscú siempre ha negado ser el responsable de estos hechos, el alto tribunal europeo juzgará lo sucedido después de considerar que Rusia tenía jurisdicción sobre las zonas separatistas del este de Ucrania cuándo este avión comercial, que transportaba a 298 personas, fue abatido el 17 de julio de 2014.

En el mes de septiembre, Rusia anunció su abandono del Convenio Europeo de Derechos Humanos, pero la corte puede seguir admitiendo a trámite y juzgando hechos acaecidos antes de esta fecha. Aunque el fallo definitivo puede tardar años en llegar, un veredicto en contra de Rusia abriría la puerta a posibles compensaciones económicas para las víctimas. Ésta es la primera vez que un tribunal internacional se pronuncia sobre la participación de Moscú en el MH17.

En un comunicado previo a este fallo, el gobierno de Mark Rutte había acusado al Kremlin de desempeñar “un papel importante” en el derribo de este avión a la vez que señalaba la falta de cooperación de Moscú con las autoridades neerlandesas para esclarecer los hechos.

La justicia neerlandesa concluyó en el mes de noviembre que el avión de pasajeros Malasia MH17 fue abatido por el disparo de un misil de fabricación rusa en un momento en el que Moscú tenía el control de las fuerzas separatistas en la zona del Donbás (Ucrania). De esta forma, el tribunal de Países Bajos encargado del juicio descartó de manera clara que lo sucedido pudiera ser considerado un accidente y condenó a prisión perpetua por asesinato a dos rusos y un ucraniano, por haber terminado con la vida de los pasajeros que viajaban a bordo del aparato que realizaba el trayecto desde Ámsterdam a Kuala Lumpur.

Aunque esta sentencia ha ayudado a esclarecer los hechos, ninguno de los condenados compareció ante el tribunal neerlandés, por lo que se descarta que acaben siendo encarcelados. A pesar de que este veredicto señala de manera directa a Moscú, se sigue sin saber quién dio la orden de disparar este misil (los condenados tan sólo se habían ocupado de los preparativos) y quién se encargó del traslado de la lanzadera desde Rusia al Este de Ucrania. El Kremlin siempre ha negado tener algo que ver y se ha opuesto a la extradición de los sospechosos de nacionalidad rusa.

Un equipo de investigadores internacionales ha estado dilucidando lo sucedido sin que haya sido posible por el momento resolver todos los flecos. “·Desde mediados de mayo de 2014, Rusia tenía por decirlo así un control general sobre la República Popular de Donetsk (RPD)”, concluyó el juez que preside el tribunal, Hendrik Steenhuis, ya que “varios líderes tenían nacionalidad rusa y antecedentes en las fuerzas armadas rusas”. Además, según la sentencia “otros líderes en la RPD tenían una estrecha relación con Rusia y hablaban de “Moscú” o “el Kremlin” en las conversaciones interceptadas por las autoridades ucranianas.

Para el juez, esto evidencia la existencia de “una acción militar concertada” en el Donbás bajo el paraguas de Moscú. Sin embargo, ya que oficialmente Rusia ha negado su papel en la contienda y los acusados no forman parte del Ejército ruso, tampoco pueden beneficiarse de la inmunidad garantizada a los combatientes en un conflicto. A pesar de las condenas a prisión perpetua, el tribunal concluyó que en el momento del disparo del misil los responsables creían que se trataba de un avión militar y no de uno que transportaba pasajeros civiles en un trayecto de carácter regular.