Víctimas

Dos terremotos dejan ya casi 5.000 muertos: al menos 3.381 en Turquía y 1.444 en Siria

Tras el primer temblor, se registraron más de 78 réplicas, incluida una de magnitud 7,6 en Elbistan, a unos 80 kilómetros al norte del primero

Tragedia de magnitud incalculable en Turquíay Siria. Un terremoto de 7,8 gradosen la escala de Richter y un segundo de 7,5, que literalmente hicieron «temblar el mundo» según varios testimonios, dejó más de 4.300 muertos y 19.000 heridos en el sur de Turquía y el norte de Siria. En pleno «shock» por la destrucción –se considera como el seísmo más dañino vivido desde 1939–, la compleja tarea de las fuerzas de rescate en ambos países fue lanzar una operación masiva en las peores condiciones climatológicas.

Las autoridades turcas han notificado la muerte de 3.381 personas, así como 15.834 heridos, según ha informado el presidente de la Autoridad de Gestión de Desastres y Emergencias (AFAD), Yunus Sezer, recoge la agencia Anatolia. AFAD calcula que más de 6.200 edificios han quedado completamente destruidos. El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, ha señalado que el suceso es “el mayor desastre desde el terremoto de 1939″, que dejó más de 30.000 muertos. Las autoridades estiman que se han registrado más de un centenar de réplicas del primer gran seísmo.

Por otro lado, el terremoto ha dejado más de 700 muertos y 1.430 heridos en las zonas controladas por el Gobierno de Siria, según datos provisionales del Ministerio de Sanidad, que señalan que las víctimas son de las provincias de Alepo, Latakia, Hama, Idlib y Tartus.

A estas cifras hay que sumar más de 700 muertos y 2.000 heridos en las zonas controladas por los rebeldes en las provincias de Idlib y Alepo, en el noroeste del país árabe, según ha indicado la Defensa Civil de Siria, conocidos como ‘cascos blancos’, a través de su cuenta en Twitter, donde ha lamentado “la catástrofe y la devastación” causada por el seísmo. En total, Siria ha registrado hasta primera hora del martes unos 1.441 muertos.

Con temperaturas bajo cero y la nieve cubriéndolo todo, las primeras 24 horas tras los temblores eran críticas para intentar rescatar al mayor número de personas posibles. Se estima que el cómputo total de muertos, heridos y desaparecidos aumentará sustancialmente los próximos días.

A ambos lados de la frontera, turcos y sirios se despertaron antes del amanecer tras sentir la fuerte sacudida, en una noche marcada por fuerte frío, lluvia y nevadas. En cuestión de minutos, incontables edificios se redujeron a escombros, mientras continuas réplicas del terremoto seguían generando pánico. Desesperadamente, unos 9.000 integrantes de las fuerzas de rescate turcas y los residentes empezaron a buscar con sus propias manos a supervivientes entre las pilas de hierro, cemento y ladrillos. Un hospital colapsó y los pacientes tuvieron que ser evacuados, incluida el área de recién nacidos. «Debido a que continúan los esfuerzos de rescate en el epicentro del terremoto, no sabemos cuánto aumentará el número de muertos y heridos», comunicó el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan. Y añadió: «Esperemos poder dejar atrás estos días terribles y unirnos solidariamente como nación».

El seísmo tuvo el epicentro al norte de la ciudad de Gaziantep, capital de provincia ubicada a unos 90 kilómetros de la frontera con Siria. Pero los temblores tuvieron eco en todo Oriente Medio: residentes de El Cairo afirmaron sentir temblores y en Beirut, Mosul o Damasco los ciudadanos corrieron a buscar refugio. En las áreas más afectadas, la gente vagaba sin rumbo por las calles, temerosa de entrar a cualquier edificio por el miedo a quedar enterrados.

Por si no fuera suficiente, la región lleva años sufriendo las consecuencias de la devastadora guerra civil en Siria. En este país, la tragedia ocurrió en partes controladas por las fuerzas del régimen de Bachar al Asad, y en áreas todavía bajo dominio de facciones rebeldes, rodeadas completamente por el Ejército del régimen con apoyo ruso. Los pocos enclaves rebeldes están abarrotados de refugiados internos llegados desde todo el país, y en Turquía viven millones de sirios que huyeron de las hostilidades.

Por la tarde, los Cascos Blancos, unidades de rescate que jugaron un papel crucial en las zonas del país controladas por opositores a Asad, seguían informando en directo de la catástrofe. «Una escena aterradora del derrumbe de un edificio residencial de Jarabulus, como consecuencia del segundo seísmo que azotó la zona esta tarde», compartió la ONG junto al vídeo de una estructura colapsando. Tras el terremoto inicial de 7,8 grados en la escala de Richter, se registraron poco después uno de 6,4 y otro de 6,5. Luego se sintieron cientos de réplicas durante todo el día. Se trata de una región habitualmente afectada por terremotos, ya que se halla ubicada sobre fallas tectónicas que producen habituales temblores. Se estima que unas 18.000 personas murieron en el noroeste de Turquía en un seísmo en 1999.

Miles de edificios de ciudades sirias como Alepo o Hama, así como de urbes turcas como Diyarbakir –a 300 kilómetros de distancia– se desplomaron, dejando montañas de ruinas, en un paisaje todavía marcado por las cicatrices de la guerra. Los canales de televisión turcos dividieron la pantalla en cuatro para retransmitir en directo los esfuerzos de las brigadas de emergencias. En la ciudad de Kahramanmaras, el rescate de dos niños atrapados bajo los escombros fue captado por las cámaras.

Al sur de Turquía, los intentos de huir desesperadamente colapsaron las carreteras, lo que dificultó aun más las tareas de salvamento. Por ello, las autoridades exigieron a la ciudadanía no desplazarse a otras regiones. Para intentar paliar el frío, muchas mezquitas abrieron sus puertas para dar cobijo a los desplazados.

Terremoto en Turquía
Terremoto en TurquíaAntonio Cruz

Además de las pérdidas humanas y de infraestructuras, monumentos de gran valor histórico resultaron afectados. En Turquía, parte de las murallas y torres de vigilancia del castillo de Gaziantep quedaron derruidas. En Siria, el castillo de Marqab, construido por los cruzados en las orillas del Mediterráneo, también resultó fuertemente dañado. «El terremoto podría continuar durante varios días, semanas e incluso meses. La gente continuará sintiendo sus efectos durante un tiempo en el área», presagió Chris Elders, experto australiano en seísmos.

Hospitales y centros de salud se saturaron rápidamente. «Estamos en crisis, agravada por la mala climatología y los edificios colapsados», explicó el médico sirio Mazen Kiwara, que insistió en la urgencia de proveer refugio a los millones de afectados.

Los ofrecimientos de ayuda internacional, esencialmente equipos de rescate, suministros médicos y dinero, empezaron a llegar de inmediato desde decenas de países. La UE respondió de inmediato a las peticiones de ayuda desde Turquía, cuyas Fuerzas Armadas establecieron un corredor aéreo de emergencia. Diez equipos de rescate de Bulgaria, Croacia, República Checa, Grecia, Países Bajos, Polonia, y Rumanía fueron movilizados «para ayudar a las fuerzas de rescate», según el alto representante, Josep Borrell. Otros países como EE UU, China, Israel o Rusia, así como la ONU, también desplegarán personal y recursos sobre el terreno.

Turquía ya anunció el cierre del sistema escolar hasta el 13 de febrero, y analistas destacan que la respuesta del Gobierno jugará un papel clave en las próximas elecciones del 14 de mayo, en las que Erdogan busca ser reelegido.