Fidelidad

Acompaña durante catorce años la tumba de su amo: la historia de Bobby, el perro más fiel del mundo

Compañero del un policía, no se quiso separar del guarda ni cuando este murió, y permaneció junto a él hasta que la muerte los separó

Greyfriars Bobby es un icono de Edimburgo, el perro más famoso de Escocia
Greyfriars Bobby es un icono de Edimburgo, el perro más famoso de EscociaDreamstime

La fidelidad es un término que utilizamos para destacar valores como la lealtad, el compromiso o la confianza y comunicación que nos puede brindar una persona. Aunque generalmente flaquea en las relaciones humanas, especialmente en el ámbito de las parejas, lo cierto es que puede ser utilizado para los animales. Estas especies, en general, pueden representar estos aspectos con mejor certeza. Como es el caso de Bobby, el perro de Edimburgo que acompañó a su amo durante toda su vida, incluso tras la muerte de su dueño. Así, es el perro más fiel del mundo.

Seguramente, si la fidelidad tuviera un nombre, para los escoceses sería el de Bobby. Además, representó con creces la expresión de que el perro “es el mejor amigo del hombre”. Y es que llegó a permanecer durante catorce años junto a la tumba de su amo, hasta que, tristemente, este animal murió. Una historia de amor más real y verídica que las que se representan en novelas románticas, en películas de sobremesa o en los clásicos de Disney.

Quíen es Bobby y por qué es el perro más fiel del mundo

Este perro, de raza Skye Terrier, fue el mejor amigo del policía John Gray, vigilante nocturno de la ciudad de Edimburgo. Sirvió para el agente hasta que este murió por tuberculosis en 1858. Pero dejó claro que un amigo y compañero es para toda la vida, y ni la muerte los separó. Gray fue enterrado en el cementerio Greyfriars, pero Bobby no dejó de estar al lado de su amo, pues se acomodó al lado de su tumba y nunca más se separó de ahí.

Con lluvia, nieve, frío o calor, Bobby lo acompañó hasta el fin. Poco a poco, los habitantes de Edimburgo se percataron de que, cada vez que acudían al cementerio a llorar a sus familiares o amigos, se encontraban con este perro. Siempre en el mismo sitio, al lado de la tumba del expolicía John Gray. Así, con el paso de los años, el animal se fue haciendo cada vez más famoso, y los ciudadanos de la capital escocesa se encariñaban con él, jugaban con Bobby y le daban de comer. Se convirtió en un héroe de la ciudad, y era la principal atracción que visitaban turistas y locales cuando llegaban a la necrópolis. En 1872, tras catorce años de eterno acompañamiento, Bobby murió.

Bobby, el icono de Edimburgo: acompañó a su amo hasta su muerte

Descansó en paz, pero su historia continúa viva a día de hoy, al igual que su imagen. Se construyó una estatua en su honor, situada en la parte sur del Puerte George IV, y cada persona que pasa por la zona, se acerca a tocar la imagen, ya que se dice que trae buena suerte. También se creó un memorial de Bobby en el propio cementerio, que si bien es cierto que no se sabe el lugar exacto en el que está enterrado, varios ramos de flores rodean cada día una estatua de su figura. Por otro lado, el perrito es conocido como Greyfriars Bobby, debido a que su historia se desarrolla en el cementerio Greyfriars.

Así, cualquier persona que visite Edimburgo, el cementerio debe tenerlo como una parada obligatoria. Es un sitio fundamental a visitar, una historia que merece la pena conocer y sobre todo, teniendo en cuenta que los camposantos en la capital de Escocia son lugares lúdicos en los que, por mucho que pueda extrañar, las personas van a tomar el sol, pasear o leer, como si se encontraran en un recinto ferial o un parque cualquiera. Conocer el significado y sinónimo de fidelidad, a partir de entonces, cobrará otro sentido tras entender y conocer a Bobby, su historia y su amor incondicional por su dueño.