Polonia

La curiosa historia del trompetista de Cracovia: por qué toca una melodía cada hora en punto pero siempre queda incompleta

Desde hace 700 años, un músico toca la trompeta en lo alto de Basílica de Santa María, mirando al norte, sur, este y oeste y dejando la canción sin terminar, faltando las últimas notas

La Basílica de Santa María de Cracovia cuenta con una de las leyendas más antiguas de Europa en la que un trompetista toca una melodía cada hora, pero siempre queda incompleta
La Basílica de Santa María de Cracovia cuenta con una de las leyendas más antiguas de Europa en la que un trompetista toca una melodía cada hora, pero siempre queda incompletaDreamstime

La capital actual de Polonia es Varsovia, pero Cracovia, su segunda ciudad más poblada, lo fue durante un tiempo. No por ello es menos importante que antes, pues conserva su esencia, su belleza, sus costumbres y algunos de sus edificios y monumentos. Y también, una de las tradiciones más llamativas y antiguas de Europa, la del trompetista que, cada hora en punto, sale de lo alto de la Basílica de Santa María, y toca una melodía desde norte, sur, este y oeste de la torre. Algo que ocurre desde hace 700 años, pero la canción siempre queda incompleta, y es que hay una curiosa historia que lo explica.

La leyenda del trompetista surge en la actual Basílica de Santa María, ubicada en uno de los laterales de la Plaza del Mercado. Se trata de uno de los monumentos más conocidos de Cracovia. Su torre más alta, decorada con una corona dorada, es denominada "Hejnalica", y cuenta con una altura de ochenta metros, mientras su torre más baja mide 69 metros.

La historia cuenta que en aquel tiempo, el campanario del edificio era utilizado en el pasado como torre de vigilancia, para informar de los momentos en la que la urbe era atacada por sus enemigos o en las que sufría un incendio. Así, desde la Edad Media, había un vigilante de guardia que se encargaba de dar la señal de alarma desde lo alto, alertando de cualquier situación de peligro, fuera de día o de noche.

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Otra de las responsabilidades del vigilante era hacer sonar el toque de trompeta. Inicialmente, esta solo tenía lugar al amanecer y al atardecer, indicando la apertura y cierre de las puertas de la ciudad, pero más tarde, se haría cada hora. Esa melodía, llamada en polaco "hejnał", se convirtió en un símbolo musical de Cracovia. Una melodía que se toca cada hora en punto y desde norte, sur, este y oeste de la torre, pero además, cuenta con una peculiaridad en la que la canción se corta bruscamente, a falta de las últimas notas.

Y tanto la tradición como el por qué de esta finalización tan extraña tiene una historia que continúa hasta nuestros días. Según esta leyenda, en uno de los asaltos que sufrió la ciudad, el vigilante que estaba de guardia fue alcanzado por una flecha mientras hacía el aviso con la trompeta. Quedaban solo unas notas de la melodía cuando este arma atravesó su garganta y murió al instante.

Había conseguido lo importante, que fue avisar a los ciudadanos del peligro, pero la canción en aquel momento quedaría sin finalizar, cortándose de forma repentina. Y así, los ciudadanos decidieron homenajear al vigilante e "inmortalizar" esa dura situación. Hoy en día, cualquier persona que pasee por la cracoviana Plaza del Mercado a una hora en punto puede ver cómo, tras sonar las campanadas que indican la hora, un trompetista sale cuatro veces desde lo alto de la torre "Hejnalica", una por cada lado, y toca la melodía. Por supuesto, finalizando de forma repentina, al igual que terminó aquella canción que tocó el vigilante que perdió su vida, pero salvó a los habitantes de la ciudad de sufrir un ataque mayor.