Rusia

La historia de Alexander Litvinenko, el espía ruso que cambió Rusia por Occidente: el asesinato "casi perfecto" del Kremlin

La muerte del que fuera oficial de la KGB es uno de los grandes misterios que a día de hoy continúan sin resolverse, aunque Moscú es el principal sospechoso

Alexander Litvinenko, tres días antes de morir
Alexander Litvinenko, tres días antes de morirlarazon

La KGB, o Comité para la Seguridad del Estado, es uno de los servicios secretos rusos más conocidos. Activa durante la época de la Unión Soviética, sus actividades se mantenían en el secretismo más extremo, con el objetivo de analizar y salvaguardar la información confidencial del país. Casi 50.000 personas llegaron a pertenecer a este servicio de inteligencia, entre ellos, el actual presidente de Rusia, Vladimir Putin. Y también Alexander Litvinenko, un antiguo oficial escurridizo y sutil cuya muerte o asesinato sigue siendo un misterio.

Litvinenko nació en el óblast de Vorónezh, al sur de Moscú, en 1962. Su carrera tuvo un ascenso vertiginoso hasta llegar a oficial de la KGB. Especializado en la investigación del crimen organizado, había sido reclutado para las Tropas Internas del Ministerio de Asuntos Internos de la URSS.

En 1985, fue nombrado comandante del pelotón en la División Dzerzhinski del ministerio, un año más tarde entró en el servicio secreto como informante y en 1988, fue oficialmente transferido a la Dirección del Tercer Jefe de la KGB, Inteligencia Contramilitar.

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Su trayectoria en los servicios de seguridad rusos también fue bastante importante. Se le otorgó el título de "veterano MUR" por operaciones realizadas con el departamento de investigación criminal. Pasó por la Central Federal de Contrainteligencia y también la Dirección de Análisis y Supresión de Grupos Criminales.

No obstante, su carrera dio un vuelco en 1998, lo que también provocaría un cambio radical en su vida. En aquel año, Litvinenko afirmó haber descubierto vínculos entre altos funcionarios gubernamentales y grupos de la mafia rusa. Después de desvelar secretos de la KGB en una conferencia de prensa, fue despedido del servicio secreto por el propio Vladimir Putin, al frente del Servicio Federal de Seguridad (sucesora de la KGB).

Como suele suceder en Rusia desde hace décadas, este tipo de acontecimientos no termina solo en un "despido". Así, también fue arrestado. Su liberación se produjo unos meses más tarde, lo que aprovechó en noviembre de 1999 para mudarse junto a su familia a Reino Unido. De esta forma, tomó un avión para obtener asilo político en Londres, donde se convirtió en periodista, escritor y consultor de los servicios de inteligencia británica. Todo un giro de 180 grados: pues cambió tierras rusas por Occidente.

Se especulaba también que trabajaba como consultor para la MI5 y MI6, servicios secretos británicos, así como solía compartir sus ideas con contactos, pero la colaboración nunca fue confirmada. Esto no le hizo librarse de las autoridades rusas. En 2002, Litvinenko fue condenado a tres años y medio de cárcel en Rusia por corrupción.

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Su estancia en Reino Unido le hizo librarse de la prisión rusa, pero no de su contacto con Rusia. En 2006, cayó repentinamente enfermo y murió en extrañas circunstancias, pero la investigación reveló que su fallecimiento se debió al síndrome de radiación aguda causado por un elemento radiactivo llamado "polonio-210", siendo la primera víctima de tal enfermedad.

Casualmente, veintidós días antes había ido al Millennium Hotel para encontrarse con excolegas de la inteligencia rusa. Las cámaras de seguridad captaron sus movimientos. Tomó té con sus acompañantes y luego fue a casa, lo que hizo que su muerte pudiera ser un "asesinato por envenenamiento".

Su caso pues, pasó de ser catalogado como "sin explicación" a una investigación por asesinato. La Policía Metropolitana rastreó cada huella, y encontraron polonio por toda la ciudad. Londres se volvió radiactiva, con elementos nucleares en hoteles, en el metro o en estadios. Los principales sospechosos fueron Andrei Lugovoi y Dmitry Kovtun, exespías rusos, pues estuvieron cerca del Hotel Millennium y este era el lugar más contaminado.

La investigación continuó pasados los años, y en octubre de 2011, el fiscal Lord Macdonald expresó públicamente sus sospechas de que el asesinato fue una "ejecución de Estado" perpetrada por Rusia. La investigación pública comenzó en enero de 2015 y proporcionó nuevas evidencias sobre el caso. El Kremlin, mientras tanto, ha mantenido una postura de "negación", pero provocó un impacto significativo en las relaciones entre Reino Unido y Rusia, y un ambiente de tensión sin precedentes, "resuelta" cuando Putin admitió que "probablemente" aprobó el asesinato de Litvinenko.

Casos como el de Litvinenko han surgido muchos en Rusia. Recientemente, el principal opositor de Putin, Alexéi Navalni, murió "en extrañas circunstancias" según la versión oficial, aunque todas las investigaciones señalan que pudo ser un asesinato del Kremlin. Otro más, y es que estos son ejemplos de todos los peligros que hay dentro de los servicios secretos rusos, los cuales se incrementan fuera de ellos.