Crisis migratoria
Italia trata de romper con el "efecto llamada" y extiende hasta 18 meses la permanencia de los inmigrantes en los CIE
En apenas tres días miles de migrantes han desembarcado en pateras en la isla de Lampedusa
Italia endurece su política migratoria después del caos vivido la semana pasada en la isla de Lampedusa, donde desembarcaron miles de migrantes en pateras procedentes de las costas del norte de África en apenas tres días. El Ejecutivo italiano liderado por Giorgia Meloni dio luz verde este lunes a la construcción de nuevos centros de internamiento de inmigrantes, donde las personas que entran en el país transalpino de manera irregular podrán permanecer retenidas hasta 18 meses antes de ser expulsadas.
El país transalpino cuenta actualmente con 10 centros de permanencia y repatriación de inmigrantes irregulares, similares a los Centros de Internamiento de Extranjeros (CIE) españoles, que además se encuentran en muchos casos en estado de degradación. El objetivo del Gobierno italiano es que cada región cuente con su propio Centro de Permanencia para la Repatriación (CPR, por sus siglas en italiano) donde recluir a los inmigrantes en espera de poder ser repatriados. Una espera que podrá alargarse desde los 12 meses actuales hasta un año y medio, el tiempo máximo permitido por la normativa comunitaria.
Estos nuevos centros serán construidos en lugares con muy baja densidad de población, pero “fácilmente perimetrales y monitoreados” para “no crear más incomodidad ni inseguridad en las ciudades”. También podrán ser reutilizadas estructuras en desuso del Ministerio de Defensa, como antiguos cuarteles o prisiones.
En lo que va de año, alrededor de 130.000 inmigrantes han llegado a Italia, casi el doble comparado con el mismo periodo de 2022, mientras que en los primeros siete meses del año fueron repatriadas 2.500 personas, un 28% más que en el mismo periodo del año anterior, según datos del Ministerio del Interior italiano.
Las nuevas reglas aprobadas por el Consejo de Ministros habían sido adelantadas unos días antes por Meloni en un vídeo en el que prometió tomar “medidas extraordinarias” para hacer frente a la emergencia en Lampedusa y pidió una misión conjunta para bloquear los barcos que parten del norte de África, al mismo tiempo que defendió que la Unión Europea necesitaba “un cambio de paradigma” para abordar la crisis migratoria. Una propuesta que fue respaldada por la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, que anunció un plan europeo para disuadir a los migrantes que tratan de entrar de manera irregular en Europa, durante su visita a la isla junto a la primera ministra italiana el día anterior.
Acción europea
“La presencia de la presidenta Ursula von der Leyen en Lampedusa el domingo es muy importante también desde el punto de vista simbólico”, aseguró Meloni durante el consejo de ministros. “La presencia de Europa en las fronteras más expuestas a la inmigración ilegal de masa subraya que la de Lampedusa no es sólo una frontera italiana sino también europea”, añadió.
El objetivo ahora del Gobierno italiano es conseguir desbloquear las ayudas a Túnez como incentivo para frenar las salidas de pateras desde sus puertos prometidas por la UE. El pacto firmado en julio con el presidente Kais Said, similar al alcanzado en el pasado con Libia, para tratar de reducir el número de inmigrantes que llegan a las costas italianas a cambio de unos 100 millones de euros ha sido rechazado por el bloque progresista en el Parlamento Europeo, que denuncia “una asociación estratégica” con el presidente tunecino, acusado de no respetar los derechos humanos en su país.
La primera ministra italiana acusó directamente a los socialistas europeos y al Alto Representante de la Política Exterior de la UE, Josep Borrell, de estar haciendo “todo lo posible para desmantelar el acuerdo por razones “ideológicas o, peor aún, por cálculo político”, al defender que “ninguno de los países del norte de África es un estado seguro con el que es posible detener las salidas o repatriar a los inmigrantes ilegales”. “En esencia, la voluntad de la izquierda es hacer inevitable la inmigración ilegal masiva”, denunció Meloni.
Desde Lampedusa, la presidenta de la Comisión Europea respaldó el día anterior la estrategia de Meloni y defendió acelerar el pago de la ayuda financiera a Túnez, a pesar de que la semana pasada las autoridades tunecinas impidieron la entrada en su territorio de una delegación de eurodiputados que debían verificar sobre el terreno la situación política del país norteafricano.
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