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Kaja Kallas, la "Dama de Hierro" contra Putin, revalida su poder en Estonia

La primera ministra estonia es hija del ex comisario europeo Siim Kallas y su madre y abuela fueron deportadas a Siberia

La europeísta Kaja Kallas, la nueva primera ministra de Estonia
La europeísta Kaja Kallas, primera ministra de Estonia, en una imagen de archivoRaul MeeAgencia AP

Cuando Kaja Kallas tenía tan sólo once años, en un viaje a Berlín Occidental su padre le dijo: “Respira el aire de la libertad”. Una anécdota que ha marcado a la política estonia, la primera mujer de su país en llegar a este cargo en 2021 con tan solo 43 años. y que se ha ganado el apodo “Dama de Hierro” por su firme oposición a Vladimir Putin, aunque en su caso el acero sea un metal más apropiado.

Kallas nació en 1977 en Tallin, capital de Estonia, en una familia que había sufrido en carne propia las represalias del régimen comunista ruso ya que tanto su madre como su abuela y bisabuela fueron deportadas a Siberia cuándo la madre de Kallas era tan sólo un bebé de seis meses y tuvieron que permanecer 10 años en penosas condiciones.

La primera ministra de Estonia nació en una familia con inquietudes políticas ya que su padre es Siim Kallas, conocido político que, además, ha trabajado para las instituciones europeas. Fue uno de los vicepresidentes y comisario de Administración, Auditoría y Lucha contra el Fraude en la Comisión Europea durante la presidencia de José Manuel Durao Barroso y después ostentó el cargo de comisario de Transportes. Además, también ha sido primer ministro, presidente del Banco de Estonia y ministro de Finanzas y Asuntos Exteriores

La primera ministra ha reconocido que muchas de las personas que acudían a su casa a participar en reuniones y tertulias cuándo ella era una adolescente, después acabaron dirigiendo el país, pero que ella rehusó dedicarse a la política al salir de la universidad para evitar comparaciones maliciosas con su progenitor.

En esa búsqueda de su propia identidad y proceso de “matar al padre”, Kallas decidió dedicarse a la abogacía después de haber estudiado en el colegio británico Tallin English College y haberse graduado en Derecho en la Universidad de Tartu. Siete años después estudió un MBA en la Estonian Business School. Tras especializarse en Derecho de la Competencia Europeo y en Mercado de la Energía trabajó como abogada en varios bufetes de su país.

Pero la política acabó llamando a su puerta. En el año 2010 decidió unirse al Partido de la Reforma de Estonia , fuerza política fundada por su padre y que se distingue por su apuesta por el libre mercado y los bajos impuestos. Tras ser diputada, la primera ministra acabó ganando un escaño en el Parlamento Europeo en 2014 dónde fue vicepresidenta de la delegación UE-Ucrania y miembro de la comisión de Industria, Investigación y Energía dentro de la familia de los liberales europeos.

La carrera meteórica de Kallas en su país comienza tras dejar el Parlamento Europeo. En diciembre de 2017, el líder del Partido decidió retirase de la política y ofreció a Kallas el puesto. En abril de 2018 fue elegida presidenta - la primera mujer-y en 2019 su fuerza política ganó las elecciones al ser el partido más votado, si bien no pudo llegar al gobierno debido a la Alianza de tres fuerzas conservadoras. Tras un escándalo de corrupción de esta coalición de Gobierno, los dos partidos más importantes del país llegaron a un acuerdo y Kallas se convirtió en primera ministra en 2021.

En este tiempo se ha distinguido por su política de mano dura frente al Kremlin, una seña común de las tres repúblicas bálticas pertenecientes a la antigua órbita soviética y que entraron en el club comunitario en la Ampliación de 2004. La invasión de Ucrania ha hecho que estos países hayan visto revalidadas sus tesis frente a la estrategia apaciguadora respecto a Putin, defendida por Francia y Alemania antes del comienzo de la guerra.

Durante este año, Estonia ha defendido sanciones lo más duras posibles contra el Kremlin, una política restrictiva de visados para los turistas rusos y el envío de tanques a Ucrania para que pueda defenderse del ejército ruso. Si se compara con su porcentaje del PIB, Estonia es el país que más ha contribuido a armar a Ucrania. Kallas no quiere ni oír hablar de una paz a cualquier precio. “Las atrocidades que sufrió la población estonia empezaron, precisamente, tras la paz de la Segunda Guerra Mundial: deportaciones, ejecuciones y la intención de borrar nuestras costumbres y cultura. No queremos otra paz que da permiso para agredir. Mientras exista la amenaza de conflictos, la paz es inaceptable”, ha declarado recientemente.

En el plano personal, la primera ministra tiene un hijo y se ha casado en dos ocasiones. Reconoce que lo suyo con su segundo marido fue un auténtico flechazo que nunca pensó que pudiera ocurrirle tras haber pasado los 40 y haber formado una familia con anterioridad. A pesar de su apretada agenda, a Kallas le gusta tocar la batería, dar largos paseos, jugar al golf y hacer puzles con sus hijo. Para controlar el estrés, intenta salir a correr a diario.