¿Un Euromaidán?

Una ley putinista incendia las calles de Georgia con protestas proeuropeas

Los manifestantes aseguran que esta normativa pretende controlar a los disidentes, al igual que Moscú

Las esperanzas de que Georgia pueda convertirse en un Estado miembro de la Unión Europea parecen alejarse. El país está tramitando una controvertida ley de agentes extranjeros, que ha desatado protestas masivas hasta el punto de cancelar la sesión plenaria prevista para este jueves en el Parlamento.

Los manifestantes se muestran en contra de esta ley, aprobada el miércoles por el Parlamento en segunda lectura, que obligará a registrarse como “agentes de influencias extranjera” a todas aquellas organizaciones, lo que incluye también a los medios de comunicación, que reciban al menos un 20% de su financiación desde el exterior.

Para la oposición, esta normativa supone una copia de la que ya se encuentra en vigor en Rusia y que está sirviendo como un método de represión para los disidentes políticos, con el objetivo de acallar las críticas al Ejecutivo. El gobierno del país asegura, sin embargo, que esta nueva ley tan sólo pretende aumentar la transparencia en el país.

La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, expresó este miércoles su "gran preocupación" por la situación en Georgia y condenó el uso de la fuerza por parte de las fuerzas de seguridad del país ."Sigo con gran preocupación la situación en Georgia y condeno la violencia en las calles de Tiflis". "Georgia se encuentra en una encrucijada. Debería mantener el rumbo en el camino hacia Europa", indicó Von der Leyen.

El máximo representante de la diplomacia comunitaria, Josep Borrell, también ha condenado la violencia contra los manifestantes que “están protestando de manera pacífica” . “Georgia es un país candidato. Apelo a sus autoridades a asegurarse al derecho a la reunión pacífica. El uso de la fuerza para suprimirla es inaceptable”, ha asegurado vía redes sociales.

El ministerio de Interior de Georgia anunció la colocación de de cordones policiales en las entradas y salidas del edificio del Parlamento para contener las manifestaciones que se han saldado con decenas de detenciones durante los últimos días (63 este miércoles) y la utilización de gas lacrimógeno por parte de los policía antidisturbios. El partido en el poder, Sueño Georgiano, intentó aprobar esta normativa a comienzos de 2023, pero tuvo que retractarse debido a las protestas.

La presidenta de Georgia, Salome Zurabishvili, enfrentada al partido del Gobierno, ha pedido al ministro de Interior a poner fin a la represión y ha asegurado que el uso de la fuerza fue desproporcionada. El diputado de la oposición, Levan Khabeishvili ha sido uno de los manifestantes golpeados por las fuerzas del orden hasta el punto de necesitar asistencia médica. El ministerio de Interior niega estas acusaciones y asegura que la policía se está viendo abocada a utilizar estos métodos, ya que las protestas se han convertido en violentas. Durante la noche del martes, los manifestantes intentaron bloquear las entradas del edificio del Parlamento para impedir la salida de los diputados. “Durante los últimos dos días, como resultado de los violentos ataques llevados a cabo por los participantes de la manifestación, siete empleados del Ministerio de Interior han resultado heridos; uno de ellos ha sido operado y permanece en un centro médico” ha asegurado el viceministro de Interior, Alexander Darkhvelidze. Según el gobierno, las fuerzas de seguridad no han utilizado balas de goma contra los manifestantes, “a pesar de tener un sólido fundamento jurídico”.

La presidenta del país, considerada proeuropea, ha prometido vetar la ley aprobada en el Parlamento, pero el partido en el Gobierno puede anular el veto antes de que el poder legislativo convierta la normativa en ley en tercera votación.

Ampliación de la UE

El país solicitó la adhesión a la UE en marzo de 2022 y obtuvo el estatus de país candidato en diciembre de 2023 siempre y cuando Tiflis ponga en marcha las recomendaciones de la Comisión Europea.

La invasión de Ucrania por parte de las tropas de Vladimir Putin ha servido para espolear el debate sobre la ampliación a nuevos miembros. Justo cuando se celebran 20 años del denominado Big Bang europeo con la entrada de 10 países del antiguo Telón de Acero, los Veintisiete se replantear las reformas que deben realizarse dentro del club comunitario para poder alojar más de 30 miembros. Además de Ucrania y Moldavia, que han recibido el estatus de candidato en tiempo record, los países de los Balcanes Occidentales también se encuentran esperando desde hace décadas. Aunque el Ejecutivo comunitario no ha fijado ninguna fecha a la entrada de nuevos socios, el presidente del Consejo, Charles Michel, presiona para que 2030 sea el año en el que el club vuelva a vivir una nueva ampliación.

Sin embargo, en el caso de Georgia puede que no sea tan fácil. Gert Jan Koopman, director general de Ampliación en la Comisión Europea, ha advertido de que la aprobación de esta ley supone un serio obstáculo para que Georgia pueda unirse al bloque comunitario, si bien aún es posible avanzar en el camino hacia la adhesión. Tras terminar su visita al país, el alto funcionario europeo ha recordado que “la Unión Europea continúa su apoyo de todas las maneras posibles. Personalmente, mi puerta está siempre abierta”.