El liderazgo de Sunak queda tocado por el polémico plan de Ruanda para atajar la inmigración

El "premier" Rishi Sunak defendió ayer la nueva legislación para materializar su polémico plan para enviar a Ruanda a solicitantes de asilo llegados por vías irregulares, asegurando que “bloquea todos y cada uno” de los argumentos utilizados hasta ahora por la Justicia para frenar los vuelos a ese país africano.

Después de que el Tribunal Supremo considerara “ilegal” la pieza central de la actual legislatura, Londres ha cerrado esta semana un nuevo pacto con Kigali con modificaciones para asegurar que “las personas desplazadas a Ruanda no correrán el riesgo de ser devueltas a un país donde su vida o su libertad se vean amenazadas”. Espera así tener la aprobación de la justicia, tanto la británica, como la internacional, ya que el Tribunal Europeo de Derechos Humanos también se opuso a la controvertida medida.

Sin embargo, el secretario de Estado británico de Inmigración, Robert Jenrick, presentó su dimisión por sus discrepancias, al considerar que el nuevo tratado no es lo suficientemente efectivo, lo que ha incrementado la tensión entre Sunak y el ala dura del Partido Conservador, que demanda incluso la salida del Reino Unido de la Convención Europea de Derechos Humanos para poder endurecer sus políticas.

La inmigración es una de las cuestiones que más preocupa al electorado de cara a las elecciones previstas para el próximo año y es un asunto sobre el que, según las encuestas, Sunak ha perdido el control.

La pieza legislativa sobre Ruanda será debatida en la Cámara de los Comunes el próximo martes. El primer ministro descartó que la votación de esa pieza en el Parlamento pueda ser vista como una moción de confianza sobre su gestión como jefe del Gobierno. Pero lo cierto es que su liderazgo entre las filas tories está cada vez más cuestionado. El hecho de que la oposición laborista saque más de veinte puntos de ventaja no ayuda.

Tras la dimisión de Jenrick, Sunak decidió ayer dividir en dos la responsabilidad en materia de inmigración, por lo que habrá dos secretarios de Estados de Inmigración -uno para la ilegal y otra para la legal-. Michael Tomlinson será el encargado de gestionar la primera. Por su parte, Tom Pursglove se hará cargo de la segunda.

Lejos de recuperar el control de la fronteras, la que fuera gran promesa del Brexit, la migración neta -la diferencia de los que llegan respecto a los que se van- marcó un nuevo récord en 2022, con 745.000, por encima de lo que se había estimado previamente, según reveló la Oficina Nacional de Estadísticas.