Sucesos

Luto y consternación en Portugal tras el accidente del funicular de Lisboa

Las condolencias llegan de todas las partes del mundo mientras avanza la investigación sobre las causas

Los peores presagios se cumplieron después de que, durante los primeros minutos de información del accidente del funicular Elevador da Glória de Lisboa, ocurrido el pasado miércoles, se temiera que el alto nivel de gravedad de lo sucedido aún era desconocido. Como suele ocurrir en estos casos, lamentablemente, los temores iniciales se confirmaron con el paso de las horas y el número de fallecidos comenzó a aumentar. Asciende ya a 16 la cifra de personas que han perdido la vida y a 23 el número de heridos, entre ellos dos españoles que ya han recibido el alta. También hay entre los afectados, según la directora del servicio municipal de Protección Civil de Lisboa, Margarida Marins, cuatro portugueses, un coreano, un italiano, un canadiense, dos alemanes, un caboverdiano, un francés, un suizo y un marroquí.

El Elevador da Glória, inaugurado en 1885, es una de las principales atracciones turísticas del centro de Lisboa. Las razones del descarrilamiento aún se desconocen, pero las primeras investigaciones ya se están llevando a cabo y ya ha surgido alguna hipótesis inicial.

Desde la compañía de transportes Carris, empresa de transporte urbano de la capital portuguesa, operadora del funicular y sobre la que el alcalde de Lisboa, Carlos Moedas, ha reclamado este jueves que se lleve a cabo una investigación externa e independiente, han asegurado que las inspecciones regulares y «los protocolos de mantenimiento (realizados por la empresa MAIN, encargada de la gestión de los ascensores de Lisboa y que incluyen inspecciones semanales, mensuales y diarias) fueron respetados escrupulosamente». Su presidente, Pedro de Brito Bogas, ha afirmado en rueda de prensa que la inversión en el mantenimiento de los funiculares de Lisboa aumentó un 25% entre los años 2022 y 2025 y ha aseverado que «garantizar la seguridad es una prioridad absoluta».

La Federación Sindical de Transportes y Comunicaciones (FECTRANS) también enfatizó la necesidad de una investigación rigurosa para determinar no solo las causas inmediatas de lo sucedido, sino también las posibles consecuencias de las medidas de gestión que llevaron a la externalización del servicio de mantenimiento.

El líder de FECTRANS, Manuel Leal, declaró a la televisión local que los trabajadores habían denunciado problemas con la tensión del cable que arrastra los vagones. De hecho, las primeras investigaciones apuntan a que el cable que conectaba los dos vagones del funicular descarrilado se rompió, lo que habría provocado que ambos vagones quedaran sueltos y que la cabina situada en la parte alta de la pendiente descendiera a gran velocidad antes de perder el control tras tomar una curva.

La Oficina de Prevención e Investigación de Accidentes de Aviación y Ferroviarios (GPIAAF), en coordinación con la Policía Judicial y la Autoridad para las Condiciones de Trabajo, ha concluido este jueves la recopilación de pruebas en el lugar del siniestro y, según la agencia de noticias portuguesa Lusa, los primeros resultados preliminares se publicarán el viernes a lo largo de la tarde. Por el momento, las autoridades han decidido suspender temporalmente el funcionamiento de los funiculares de la ciudad (los elevadores de Santa Justa, da Bica, da Graça y da Lavra), para realizar inspecciones de seguridad con el fin de garantizar que no se repita una tragedia similar.

Mientras Lisboa aún no se recupera de la conmoción y las autoridades tratan de ofrecer respuestas, el mundo se solidariza con Portugal por la tragedia que está viviendo. Las condolencias han sido expresadas desde numerosos países y organismos internacionales. Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, ha expresado su tristeza, ha trasladado el pésame a las familias de las víctimas y ha asegurado que Europa está al lado de Portugal, al igual que han hecho Roberta Metsola, presidenta del Parlamento Europeo, y António Costa, presidente del Consejo Europeo.

Desde Ucrania, Estados Unidos, Brasil, Paraguay, Israel, Francia, Reino Unido, Italia, entre otros, también se han emitido mensajes oficiales de apoyo y solidaridad, una tristeza a la que se ha sumado España.