Guerra en Ucrania

Los mercenarios de Wagner vuelven al frente de Bajmut después de la muerte de Prigozhin

El Ejército ucraniano asegura que “ahora trabajaban para el ministerio de Defensa ruso o sus estructuras afiliadas”, reapareciendo en la batalla como “individuos y no como una unidad”

Reino Unido afirma que el control de la zona industrial de Bajmut "continúa probablemente en disputa"
Soldados ucranianos en el frente de Bajmut, en el DonbásEuropa Press

Los voluntarios y expresos del grupo de mercenarios Wagner han vuelto al campo de batalla de Bajmut, según indicó el ministerio de Defensa del Reino Unido. “Varios informes sugieren que se ha producido una concentración de sus veteranos en el sector, donde es probable que su experiencia sea especialmente bienvenida. Muchos estarán familiarizados con las actuales tácticas ucranianas locales y de primera línea, ya que lucharon en el mismo terreno el invierno pasado”. De momento, los combatientes “están regresando al frente integrándose en otras unidades de voluntarios. El número estimado actualmente es de varios cientos de individuos”.

La información fue confirmada por el subcomandante de Comunicaciones de las tropas ucranianas en el Este, Serhii Cherevatyi, quien afirmó que “los antiguos combatientes de Wagner han regresado a Ucrania”, aunque “ahora trabajaban para el Ministerio de Defensa ruso o sus estructuras afiliadas”. Es decir, que han reaparecido en la batalla como “individuos y no como unidad”. Algo que para el subcomandante es un claro signo de la debilidad del Ejército ruso en el frente Este, donde sus tropas “están escasas de todo, por lo que cualquier hombre es bueno para ellos”.

Sin embargo, no se puede subestimar a unos combatientes conocidos por su brutalidad y ataques kamikazes. Después de meses de una lucha despiadada, en mayo tomaron Bajmut al asalto sin importarles el número de bajas que sufrieran sus unidades. Por ello, su vuelta no es una buena noticia para las fuerzas ucranianas, las cuales también han confirmado su presencia sobre el terreno. “Wagner está aquí”, dijo el martes un operador de drones con el distintivo de llamada “Groove” a la CNN. “Regresaron, rápidamente cambiaron de comandante y regresaron a la zona”.

En el campo de muerte de Bajmut, donde la ciudad no es más que un montón de ruinas, la batalla continúa con un bestial e inhumano toma y daca que recuerda al de las grandes confrontaciones de la Segunda Guerra Mundial. Las fuerzas de Kyiv siguen ganando terreno a cuentagotas, mientras repelen los contraataques rusos contra los recientemente liberados pueblos de Klishchivka, Grigorivka y Andrivka, situados al sur de la ciudad. “Las fuerzas armadas de Ucrania prosiguen sus operaciones ofensivas y de asalto en el eje de Bajmut, infligiendo pérdidas en personal y equipamiento a las fuerzas de ocupación, así como agotando al enemigo a lo largo de todo el frente”, según una nota del Estado Mayor ucraniano.

¿Un nuevo Wagner?

El ministerio de Defensa del Reino Unido asegura que la semana pasada el presidente ruso, Vladimir Putin, encomendó al exjefe de personal de Wagner, Andrei Troshev, “supervisar y establecer nuevas unidades de combate voluntarias”. No obstante, todavía no está claro qué papel acabará desempeñando Troshev, o si el grupo se reconstituirá como una entidad privada, o completamente supeditada al ministerio de Defensa ruso del que, por otro lado, recibía una parte del presupuesto estatal del Kremlin, a pesar de su presunto funcionamiento independientemente. Tampoco se sabe si los mercenarios dispondrán de la confianza de Putin, o, si sus combatientes confiarán en su nuevo líder.

“Durante la insurrección de junio”, en la que los miembros del grupo tomaron Rostov del Don, “Troshev participó en alentar al personal de Wagner a firmar contratos, contribuyendo así a su alzamiento”, según la inteligencia británica. Por ello, aseguran que es “muy probable que muchos veteranos lo consideren un traidor”. Sea como fuere, el nuevo respaldo presidencial hace evidente que los miembros del grupo están lejos de terminar sus actividades en Ucrania.

Inmediatamente después de la sublevación, Wagner suspendió su participación en la guerra debido a la huida de su fundador, Yevgeny Prigozhin, quien había acusado al Ministerio de Defensa ruso de atacar un campamento de sus hombres, motivo por el que se lanzó a una “marcha por la justicia”, según sus palabras, prometiendo “detener” a los máximos dirigentes militares de Moscú. No obstante, un día después se echó para atrás cuando estaban “a unos 200 kilómetros de Moscú”. La jugada le salió mal y tuvo que refugiarse en la vecina Bielorrusia.

Tras el fracaso del motín, una parte de los combatientes se dispersaron a dicho país, mientras que el grueso de sus fuerzas se desplazó a África, donde, desde entonces, Troshev ha sido fotografiado en varios Estados africanos en los que, a pesar de la caída en desgracia del fundador Prigozhin, que también reapareció allí días antes de morir en extrañas circunstancias cuando su avión explotó en pleno vuelo, Wagner ha seguido operando para proporcionar servicios de seguridad y asistencia paramilitar a países como República Centroafricana, donde cuentan con mayor presencia, Libia, Malí y Sudán.

En esas latitudes, el objetivo del grupo designado por la Casa Blanca como “una importante organización criminal transnacional”, se ha caracterizado por incentivar a los Gobiernos que tienen una mala relación con Occidente, sobre todo con Francia debido al pésimo legado colonial de esta, para “obtener concesiones de recursos y apoyo diplomático con aras de utilizarlo en lugares como las Naciones Unidas”, según Thomas Graham, miembro del Consejo de Relaciones Exteriores con base en Washington DC.