Guerra

Rusia libera a seis niños ucranianos secuestrados gracias a la mediación de Qatar

Los menores podrán volver a sus casas, pero aún faltan más de 19.000 cautivos

A debris mixes with toys below a damaged wall after the reported shelling on a kindergarten in the settlement of Stanytsia Luhanska, Ukraine.
Una guardería bombardeada por Rusia en StanytsiaOleksandr RatushniakAgencia AP

 Rusia acordó liberar a otros seis niños ucranianos, que deportó de los territorios ocupados, gracias a la mediación de Qatar, indicó este lunes la ministra de Cooperación Internacional del país, Lolwah Al Khater. Con edades comprendidas entre los 8 y los 15 años, se espera que viajen desde Moscú a Ucrania a través de Bielorrusia para reunirse con sus familiares.

La madre de uno de los menores, de 11 años, es una militar ucraniana capturada por los rusos. Su padre ha muerto, por lo que será una tía la que le reciba en Ucrania. «Aprovechando el impulso de las últimas semanas, Qatar continúa desempeñando un papel de mediador entre los gobiernos de Ucrania y Rusia», aseveró Al Khater. Qatar ya ayudó a devolver a cuatro niños secuestrados anteriormente.

Según la información gubernamental que solo incluye datos oficialmente verificados, Rusia ha deportado a más de 19.500 niños de los territorios que ocupó tras el inicio de su invasión de Ucrania, aunque los propios funcionarios rusos hablan de 700.000 niños ucranianos «salvados».

Si bien los rusos insisten en que se llevaron a los pequeños de sus hogares en Ucrania solo porque les importaba su seguridad, existen abrumadoras pruebas de que esta acción representa un crimen y que su identidad ucraniana está en peligro. La deportación de niños ucranianos dio lugar anteriormente a que la Corte Penal Internacional de La Haya emitiera órdenes de arresto contra el presidente de Rusia, Vladimir Putin, y la comisionada de derechos del niño, Maria Lvova-Belova.

Hasta ahora solo 387 de los niños secuestrados han sido devueltos, según el portal gubernamental «Niños de la guerra». No existe un marco para el regreso de los menores y cada caso se convierte en una lucha en torno a obstáculos burocráticos, según Katerina Rashevska, abogada del Centro Regional de Derechos Humanos con sede en Kyiv. Según los defensores ucranianos de los derechos humanos, a los niños se les impide activamente reunirse con sus tutores legales en los territorios desocupados. «Incluso localizar a los niños, en Rusia o en los territorios ocupados, es una lucha constante», explica Rashevska.

A los menores se les dice habitualmente que nadie los busca en Ucrania y, en algunos casos, la comunicación, que comienza en línea, se detiene abruptamente. Aquellos que permanecieron en orfanatos son especialmente vulnerables ya que su regreso a Ucrania se hace casi imposible, a pesar de tener a sus padres o tutores legales allí.

En Rusia corren el riesgo de ser adoctrinados y recibir castigos por hablar ucraniano, han confesado algunos de los menores secuestrados. Se les enseña de acuerdo con el plan de estudios ruso, que describe la invasión de su país de origen como «liberación». Según manifestó Rashevska en una conferencia de prensa reciente, al menos 8.300 niños han sido trasladados a 61 «campos de reeducación» en Rusia, Bielorrusia y Crimea ocupada, que son en esencia centros de preparación paramilitar.

«Tiene un claro carácter genocida y pretende convertir a los pequeños ucranianos en enemigos de su propia nación, en enemigos de Ucrania», afirma Rashevska. Subraya que el adoctrinamiento político, la reeducación y la rusificación, junto con la imposición de la ciudadanía rusa, son una violación del derecho del niño a la educación y una violación del derecho del niño a preservar su identidad.

Quienes cumplan 18 años podrán ser llamados a servir en el Ejército. Aunque los funcionarios rusos afirman que los niños son libres de decidir su destino, a los menores no se les permite cruzar la frontera. Bogdan Ermojin, de 17 años, fue detenido en la frontera mientras intentaba llegar a Ucrania y fue enviado de regreso a su familia de acogida cerca de Moscú. Según su abogado, fue citado a un centro de reclutamiento local poco antes de cumplir 18 años. Solo después de que su caso ganó notoriedad internacional, Rusia accedió a dejarle partir hacia Ucrania.

Actualmente, los padres o sus representantes legales viajan a Rusia desde Ucrania en un esfuerzo por convencer a los burócratas locales de que les transfieran a los niños. A menudo reciben demandas adicionales e irrazonables que no pueden cumplir mientras se encuentran en Rusia, señala Rashevska. La abuela de un niño deportado murió durante un agotador viaje en autobús a Rusia. Mientras que el representante de un tutor legal fue detenido, interrogado y obligado a «confesar» su intención de llevarse al niño a cambio de dinero.