Cárcel

Suecia alquila cárceles en Estonia para paliar su crisis penitenciaria

Suecia, otrora modelo de sistema penitenciario rehabilitador, enfrenta ahora una crisis de sobrepoblación carcelaria que la ha llevado a firmar un acuerdo con Estonia para trasladar hasta 600 reclusos

Un interno de la prisión de Puig de Les Basses (Girona) quema su celda en la enfermería
Un interno de la prisión de Puig de Les Basses (Girona) quema su celda en la enfermeríaEuropa Press

El contrato, que costará 8.500 euros mensuales por cada preso, permitirá a Suecia alquilar 400 celdas en la prisión de Tartu a partir de 2026, una medida que el ministro de Justicia Gunnar Strömmer defiende como necesaria para "aliviar significativamente" el sistema.

Este acuerdo marca un giro radical en el enfoque sueco, que pasó de cerrar cárceles por falta de reclusos a enfrentar un crecimiento explosivo de su población penal. Su sistema, antes enfocado en reinserción social, ahora prioriza el aislamiento de los convictos.

Organizaciones de derechos humanos han expresado seria preocupación por el traslado de presos a 400 km de sus redes familiares

Emelí Lönnqvist, investigadora de la Universidad de Estocolmo, advierte que Suecia está replicando el fallido modelo estadounidense de encarcelamiento masivo: "Es terrorífico que esto ocurra sin debate. Sabemos que empeorará la situación".

La crisis carcelaria sueca se agrava por un aumento sin precedentes de la criminalidad violenta, particularmente entre pandillas juveniles. Proyecciones oficiales indican que la población reclusa podría quintuplicarse para 2034, pasando de 7.800 a 41.000 personas, lo que hace del acuerdo con Estonia apenas un paliativo temporal.