Primer juicio penal contra Trump
El exabogado de Trump, Michael Cohen, confiesa que pagó 130.000 dólares a Stormy Daniels para ocultar su supuesta relación sexual
Según Cohen, el expresidente le pidió estar preparado para que «muchas mujeres» presentaran denuncias por abusos contra él en cuanto anunciara su candidatura presidencial
Michael Cohen se ha descrito a sí mismo en el pasado como «el matón, el pitbull» de Donald Trump, «el abogado sin ley» que por su jefe estaría dispuesto a recibir un disparo, pero el lunes se convirtió en la bala legal que podría llevar a Trump a ser el primer expresidente estadounidense condenado en este país. El testimonio más importante de la fiscalía ha explicado en el estrado que su papel era negociar con los medios de comunicación en nombre de Trump cuando salía alguna noticia que a su jefe no le gustaba. Cohen ha confesado que mintió y llegó a intimidar a personas para conseguir su objetivo, así lo ha relatado poco antes de entrar en detalles sobre cómo se pagaron 30.000 dólares a un portero y otros 150.000 a una modelo de PlayBoy a cambio de su silencio sobre historia que podían perjudicar la campaña electoral de Trump en el 2016.
Cohen ha contado como trabajaba codo con codo con ejecutivos del National Enquirer para «atrapar y eliminar» historias que pudiera perjudicar a Trump. El exabogado del expresidente ha contado cómo en 2015 Donald Trump y David Pecker, presidente de American Media Inc., la empresa bajo la que se encuentra National Enquirer, llegaron a un acuerdo que se centraba básicamente en callar las noticias negativas sobre Trump y ensalzar las positivas. Por eso, cuando Cohen supo que había un portero de la Torre Trump que amenazaba con contar a los medios una historia en la que aseguraba que el exmandatario había tenido un hijo secreto con otra mujer, Cohen recibió la orden de asegurarse de que «su relato no saliera a la luz».
«Tú te encargas», asegura que le dijo su entonces jefe. Cohen y Pecker acordaron pagar 30.000 dólares al portero a cambio de su silencio. Lo mismo ocurrió en el 2016 con la exmodelo de PlayBoy, Karen McDougal, «asegúrate que no se publica», le había ordenado Trump a Cohen. El mismo Pecker pagó 150.000 dólares para tener la historia bajo control, y estuvo «muy molesto», ha explicado Cohen, porque Trump no le acababa de rembolsar ese dinero. «Quería que le devolviéramos los 150.000 dólares porque era demasiado dinero para esconderlo al director general de la empresa matriz, y también acababa de desembolsar 30.000 dólares», para pagar por el silencio del portero, «me presionaba para que hablara con Trump y recuperar así su dinero».
Cuando se cerró el acuerdo Trump reaccionó con «fantástico, gran trabajo», porque según el testigo el expresidente estaba «muy preocupado» porque esta información pudiera afectar negativamente a su campana electoral. El jurado ha podido escuchar una llamada telefónica entre Trump y Pecker, grabada por Cohen, en la que el exmandatario dice: «Entonces, ¿cuánto tenemos que pagar por esto? ¿Uno cincuenta?».
Cohen es el testimonio estrella de la Fiscalía, el único testigo que conoce de primera mano cómo se desarrollaron los hechos, incluido el momento en que se registró en las cuentas el reembolso del dinero que Cohen había pagado a Stormy Daniels, como gastos por servicios legales con el fin de que no afectara a la campana electoral de Trump. El expresidente se ha mostrado gran parte de la declaración con los ojos cerrados, y en contadas ocasiones los ha abierto. Cohen por su parte se ha mostrado seguro, dando detalles en cada respuesta de unos hechos que la Fiscalía ha apoyado con documentos, grabaciones y mensajes de texto entre las partes. Ha quedado claro que la fiscalía había preparado perfectamente a su testigo crucial en este juicio penal.
Cohen también explicó el lunes que trabajaba para la Organización Trump y su objetivo era «limpiar» el desorden familiar y resolver los negocios frustrados. Es quien mejor conoce los secretos personales y legales de Trump, así lo cuenta en su libro Disloyal, que asegura que sabe «dónde están enterrados los esqueletos porque fui yo quien los enterró», describe el abogado refiriéndose a los apaños de su entonces jefe.
A esta hora, Michael Cohen sigue declarando y aún no han llegado las preguntas sobre el caso de Stormy Daniels. Se espera que cuando llegue el turno de los abogados defensores, mantendrán la estrategia que han defendido hasta ahora, que los pagos a Cohen eran «un anticipo legal por sus servicios». El abogado de Trump, Todd Blanche, asegura que Cohen está obsesionado con su cliente y su testimonio no es más que una venganza por no haber conseguido un buen puesto en la administración de Trump en el 2017. La defensa se centrará en mostrar a Cohen como un mentiroso que no es la primera vez que ofrece falso testimonio, ya mintió ante el Congreso sobre un posible proyecto empresarial de Trump en Rusia, y luego confesó su delito además de varios delitos de evasión fiscal que lo llevaron a cumplir una condena de más de 13 meses en prisión.
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