Guinea Ecuatorial

Los excesos de «Teodorín» en Nueva York: ático de lujo de 75.000 euros la noche mientras denuncia la explotación de los recursos naturales de África

El hijo de Teodoro Obiang y vicepresidente de Guinea Ecuatorial pidió asistencia a un asesor de seguridad nacional de Biden en los márgenes de la Asamblea General de la ONU

Teodoro Nguema Obiang, más conocido como «Teodorín», posa para Instagram en una suit en Nueva York.
Teodoro Nguema Obiang, más conocido como «Teodorín», posa para Instagram en una suit en Nueva York.@teddynguemaInstagram

«Una vez más nos presentamos aquí para denunciar y condenar las injerencia de ciertos países y la explotación de nuestros recursos naturales, que continúan siendo un factor determinante que causa el subdesarrollo, los conflictos e inestabilidades, así como la muy preocupante y cada vez más grave situación que atraviesan los países del Sahel, así como otras regiones del continente africano con implicaciones muy negativas para el desarrollo de los mismos». Estas fueron algunas de las palabras que pronunció en la Asamblea General de la ONU el vicepresidente de Guinea Ecuatorial, Teodoro Nguema Obiang Mangue, más conocido como Teodorín. Ministro desde 1998 y vástago del presidente Teodoro Obiang, que gobierna con puño de hierro el país africano desde 1979.

Utilizó Teodorín su intervención en el foro mundial para condenar los problemas estructurales que impiden el desarrollo de África. Mientras, presumía en redes sociales del ático de lujo en el que se alojó durante su estancia en Nueva York, la suite de 75.000 dólares la noche en el Mark Hotel Penthouse. Una habitación de 3.000 metros cuadrados con cinco dormitorios, seis cuartos de baño, dos tocadores y dos bares con una terraza de otros 230 metros cuadrados con vistas al skyline de la ciudad que nunca duerme.

El polémico hijo de Teodoro Obiang aterrizó en Nueva York procedente de Italia en un jet privado de la compañía griega Gainjet. La aerolínea de vuelos chárter privados surte también a otros líderes del continente negro, como el presidente ruandés Paul Kagame. Estados Unidos le había concedido por segunda vez un visado perimetral. Algo que Teodorín dijo no comprender «si se tiene en cuenta que Estados Unidos es un país amigo y socio importante para Guinea Ecuatorial». Pero la explicación reside en sus problemas legales en el país. La Justicia estadounidense considera desde hace más de una década que su patrimonio ha sido amasado de forma ilegal a través de una extensa red de corrupción que tiene su origen en la industria petrolera ecuatoguineana.

Teodorín ha sido investigado en varios países por malversación y blanqueo de capitales. El Reino Unido le sancionó en julio por gastos masivos en lujos. Varios yates, 25 coches de alta gama y una «moto de TRON». Las investigaciones de la Justicia británica sugieren que ha gastado más de 363 millones de libras desde que fuera nombrado ministro. Una cifra que supera con creces su salario. Su sueldo como ministro de Agricultura y Recursos Forestales durante 15 años no superaba las 2.700 libras esterlinas. La respuesta de Malabo consistió en cerrar su Embajada en Londres y catalogar como «ilegales» las sanciones.

El Reino Unido no ha sido el único en seguir los pasos de Teodorín. Suiza incautó 25 coches y un yate valorado en 120 millones de dólares, pero se lo devolvió después de que pagara 1 millón y medio para cubrir el coste de la investigación en 2019. Las autoridades de Brasil le incautaron 16 millones y medio de dólares en 2018. El Departamento del Tesoro de Estados Unidos hizo lo propio con más de 70 millones de dólares en 2011. Y Países Bajos le embargó un yate valorado en 120 millones de dólares en 2016.

Sus gastos son extravagantes. Figuran en la lista una mansión de 100 millones de dólares en París, un jet privado de 38 millones de dólares, un yate de lujo y docenas de vehículos de alta gama. Ferraris, Bentleys y Aston Martins. Teodorín llegó a adquirir incluso una colección de recuerdos de Michael Jackson, entre ellos un guante cubierto de cristal de 275.000 dólares que el cantante utilizó en su gira Bad de los años ochenta, de acuerdo con la Justicia británica.

Mientras, la renta per cápita en Guinea Ecuatorial, rica en petróleo, no pasa de los 10.000 dólares anuales. El 70% de la población vive bajo el umbral de la pobreza. El país se ha visto golpeado recientemente por una campaña para combatir la violencia de las bandas puesta en marcha precisamente por Teodorín. Ordenó en marzo del pasado año la detención arbitraria de miles de personas con la premisa de frenar el crimen organizado. Al menos cuatro personas han muerto bajo custodia policial desde que comenzó el operativo.

En septiembre, el líder opositor del partido proscrito Ciudadanos por la Innovación (CI), Gabriel Nsé Obiang, fue arrestado junto con otros 275 miembros de la formación. Un agente y cuatro militantes murieron en el asalto a la sede del partido. Y ese mismo mes, Teodoro Obiang anunciaba que volvía a presentarse a las elecciones de noviembre de 2022. Unos comicios sin garantías que ganó con cerca del 95% de los votos. Es el dictador más longevo del planeta, tres años por delante de su vecino camerunés Paul Biya.

Pero son tiempos delicados para el régimen. Desde Nueva York, Teodorín solicitó «el apoyo de Estados Unidos, en su calidad de socio de Guinea Ecuatorial, para apoyar el programa del FMI para Guinea Ecuatorial» en un encuentro en los márgenes de la Asamblea General de la ONU con el viceconsejero de Seguridad Nacional de los Estados Unidos, Jonathan Finer. Guinea Ecuatorial lleva tres décadas apartado de los programas de ayuda del Banco Mundial y del Fondo Monetario Internacional por los desorbitados índices de corrupción y la mala gestión. Es un régimen cleptocrático. Las grandes energéticas del mundo lo saben, también ExxonMobil o Marathon Oil, las gigantes estadounidenses que han invertido cientos de millones de dólares en el país.

Por eso Teodorín trasladó a Finer que Guinea Ecuatorial había decidido «suspender la concesión de visas por el decrecimiento de la actividad en el sector petróleo por parte de las empresas americanas». El vicepresidente reconoció que «muchas empresas petrolíferas estadounidenses han salido del país como Mobil, como consecuencia, se ha reducido la entrada de hombres de negocios y personal laboral estadounidense en ese sector al país, sin embargo, estamos concediendo visas a todos los estadounidenses que lo solicitan». Era una petición de ayuda.