Oriente Próximo
Al menos un muerto y diez heridos en un ataque hutí con dron en Tel Aviv
El ataque tuvo lugar en el barrio Ben Yehuda, donde se encuentran varias embajadas y consulados, incluido el de Estados Unidos
Al menos una persona murió y otras diez resultaron heridas en la madrugada del viernes como consecuencia del ataque de un dron lanzado por los rebeldes chiíes de Yemen, más conocidos como los hutíes, contra Tel Aviv. La agresión, la primera con consecuencias fatales perpetrada por los rebeldes yemeníes en suelo israelí, llega además en medio de una nueva escalada entre la principal de las fuerzas apéndices de Irán en la región, la milicia libanesa Hizbulá, y las Fuerzas de Defensa de Israel.
«Una investigación preliminar muestra que la explosión en Tel Aviv ha sido causada por la caída de un objeto aéreo que no activó ninguna alerta. El asunto está siendo investigado en profundidad. Numerosas fuerzas operan ya en el lugar. La Fuerza Aérea aumentará las patrullas de los aviones que operan para proteger los cielos del país. No hay cambios en las directivas del Mando del Frente Interior», admitía en un comunicado oficial en la mañana del viernes el Ejército israelí en la red social X. El debate está abierto en Israel sobre por qué, una vez identificado, el aparato no fue considerado «objeto hostil». La Fuerza Aérea reconocía horas después del ataque el «grave error» y asumía responsabilidad del incidente.
Posteriormente, las Fuerzas de Defensa de Israel hicieron pública la naturaleza del aparato no tripulado lanzado por los rebeldes chiíes: un dron Samad 3 de fabricación iraní lanzado probablemente desde Yemen. Los responsables militares israelíes dan por hecho que el dron llegó, por tanto, desde dirección sur y estiman que el lanzamiento de un segundo aparato desde el este –eliminado antes de penetrar en territorio israelí– tuvo como objetivo dificultad la identificación y neutralización del que acabó estallando en las calles de la ciudad israelí. Entretanto, el medio saudí Al Arabiya informaba en la mañana de ayer que las fuerzas estadounidenses interceptaron un misil balístico y tres drones lanzados por los rebeldes yemeníes contra Israel. El cuarto explotó en Tel Aviv.
Por su parte, los rebeldes hutíes –que dominan gran parte del territorio yemení, incluida la capital, Saná–, no tardaron en admitir la autoría del ataque contra la ciudad más poblada de Israel. Su portavoz, Yahya Sarea, calificaba la agresión como «operación de calidad (…) capaz de eludir los sistemas de interceptación del enemigo y es indetectable por los radares». «La operación ha logrado sus objetivos con éxito», aseguraba el vocero de la organización yemení, que prometía más «detalles sobre la operación militar que ha tenido como objetivo Tel Aviv».
Entretanto, los dos principales grupos armados palestinos, Hamás y Yihad Islámica, celebraron el ataque contra Tel Aviv, que calificaron de «respuesta natural» a los «crímenes» israelíes contra los palestinos. «Aplaudimos y felicitamos a las Fuerzas Armadas de Yemen y los hermanos hutíes por la operación militar cualitativa que ha golpeado el corazón de la ciudad de Tel Aviv, centro de la entidad y símbolo de su orgullo», afirmaron desde la organización que ha tenido el control interno de Gaza durante 18 años.
Según la investigación, el aparato no tripulado lanzado por los hutíes explotó en el aire en torno a las tres de la madrugada hora local en el centro de Tel Aviv cerca de un edificio diplomáticos estadounidense y afectó a vehículos estacionados y edificios circundantes. Según el servicio nacional de emergencia y primeros auxilios israelí, Maguén David Adom, la única víctima mortal por ahora del ataque, un varón de unos 50 años, se encontraba en su cama cuando fue alcanzado por los restos del aparato. No pudo superar las heridas de metralla sufridas por la explosión.
La agresión hutí –hasta ahora, en Israel los rebeldes yemeníes solo habían alcanzado la localidad de Eilat, a orillas del mar Rojo– llega en medio de un momento de alta tensión entre Hizbulá e Israel, que hace temer una nueva confrontación abierta entre la organización chií libanesa –principal fuerza proxy de la República Islámica en la región– y las FDI, sin que se atisbe un acuerdo para el cese el fuego en Gaza entre Tel Aviv y Hamás que permita rebajar la tensión.
En las últimas horas la organización dirigida por Hassan Nasrallah, que no acaba de creer que en el actual escenario de operación bélica abierta en Gaza el Gobierno de Benjamin Netanyahu esté dispuesto a una invasión terrestre de Líbano, lanzó hasta diez proyectiles desde su bastión en el sur del país levantino contra el norte de Israel.
El pasado jueves, el Ejército israelí confirmaba la muerte de dos comandantes pertenecientes a las fuerzas de élite de Hizbulá –además de varios combatientes de la organización chií– a los que identificó como responsables de lanzar ataques contra su territorio en un bombardeo contra la localidad de Jmaijmeh, en el sur de Líbano. Un día antes, el miércoles, Nasrallah aseguraba que Israel «atraviesa los peores días desde su creación» y amenazó con que su organización podría «atacar localidades no atacadas hasta ahora» si las FDI continuaban sus operaciones en suelo libanés. En la víspera, varios ataques aéreos israelíes dirigidos contra la infraestructura de Hizbulá acababan con la vida de cinco civiles sirios en Bint Jbeil, en el sur de Líbano, según la agencia de noticias estatal NNA. Más de un centenar de civiles y 300 combatientes de la organización patrocinada por Irán han muerto desde que el 8 de octubre comenzara el intercambio de fuego con Israel.
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