Cumbre de Vilna
El «factor F-16», clave en el desbloqueo de la adhesión sueca por Erdogan
Biden aprobó la venta de 40 cazas a Turquía antes de que su presidente levantara el veto
Con el logro de la adhesión de Suecia, la OTAN trata de tapar la falta de consenso entre los aliados respecto a Ucrania. Los líderes de la Alianza se felicitaban ayer en Vilna por el nuevo socio del club militar, el país 32º, que tras el levantamiento del veto turco durante la noche del lunes, pasará a ser miembro de pleno derecho.
Todo eran halagos para las delegaciones turcas, suecas, así como para el propio secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, por el éxito de las negociaciones. «Esta cumbre ya ha sido histórica incluso antes de comenzar», reiteró este martes el secretario general.
Los países más cercanos a la frontera rusa agradecieron la incorporación de un Ejército tan potente como el sueco a la defensa común. «Rusia es la mayor amenaza para la OTAN y la incorporación de Suecia completa nuestra seguridad», indicó la primera ministra de Estonia, Kaja Kallas. Su ministro de Exteriores, Margus Tsahkna, había destacado en la entrevista a LA RAZÓN «el gran poder militar marítimo y sus capacidades defensivas».
«Nuestra pertenencia a la Alianza se completa con la de Suecia», valoró el presidente de Finlandia, Sauli Niinisto. Lo cierto es que tanto Helsinki como Estocolmo iniciaron el proceso de adhesión a la vez el año pasado, pero no fue hasta este lunes que el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, aceptó el ingreso sueco.
El líder de la Alianza ensalzó a Suecia, que durante dos siglos ha permanecido neutral, por cumplir con todas las partes del acuerdo firmado en Madrid, en la anterior cumbre de la OTAN. «Suecia ha modificado su Constitución. Ha reforzado las leyes antiterroristas, han establecido mecanismos para trabajar más estrechamente, para intercambiar inteligencia e información. Hace apenas unos días, tuvimos una decisión en el tribunal sueco donde un miembro del PKK fue condenado por ayudar a financiar el terrorismo. Estos son el tipo de ejemplos y la aplicación del acuerdo en Madrid que permitió el anuncio del lunes», remarcó Stoltenberg.
Turquía dio un giro de última hora. Incluso había amagado con condicionar el ingreso de Suecia al suyo en la UE. A pesar de que para Stoltenberg no «hay ningún misterio», simplemente ambos países se benefician de que Suecia entre en la OTAN, los estadounidenses reconocen que tuvieron algo que ver. A nadie se le escapa que las autoridades turcas estaban detrás de la compra de cuarenta aviones de combate F-16.
El asesor de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Jake Sullivan, aseveró a su llegada a la Cumbre de Vilna que Joe Biden tenía «claro que apoya la venta y tiene la intención de avanzar en este proceso». Sin quitarle mérito a los negociadores, Sullivan destacó que EE UU también había jugado un «papel significativo».En la misma línea, tras el anuncio de Turquía de que apoyará el ingreso de Suecia en la OTAN, el secretario de Defensa de EE UU, Lloyd Austin, y el ministro de Defensa Nacional, Yaçar Güler, hablaron por teléfono. Según los medios turcos, la conversación giró sobre el asunto de los F-16.
También Hungría, que junto a Turquía son los dos únicos países que sus parlamentos no habían ratificado el ingreso de Suecia en la OTAN, anunció que lo formalizará próximamente, es «solo una cuestión técnica».
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