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Foley pidió a su familia que se mantuviera «fuerte y tuviera fe»

El padre del periodista recibe las condelencias antes del funeral celebrado en Rochester
El padre del periodista recibe las condelencias antes del funeral celebrado en Rochesterlarazon

James Foley, el periodista estadounidense ejecutado por Estado Islámico la semana pasada, envió una carta a su familia el pasado mes de junio a través de otro rehén al que iban a liberar sus captores en las que les pedía que se mantuvieran fuertes y tuvieran fe.

'Free James Foley', la campaña por la liberalización del periodista, ha publicado en su página de Facebook y también en su web la carta que Foley hizo llegar a su familia a través de otro rehén, quien se la dictó a la madre de memoria tras ser liberado en junio.

En ella, les decía: "rezo por que os mantengáis fuertes y creáis". "Realmente siento que puedo tocaros incluso en esta oscuridad cuando rezo", les contaba, dándoles las gracias por las oraciones que sabía que sus familiares estaban haciendo por él.

El periodista narraba cómo los recuerdos de los "buenos momentos en familia"le ayudaban a superar su situación. "Los sueños con la familia y los amigos me llevan lejos y la felicidad llena mi corazón", escribía Foley.

Paseos con sus padres o juegos con sus hermanos eran algunos de los recuerdos que Foley cita en la carta. "Si queda algo de dinero en mi cuenta quiero que sea para Michael y Matthew", decía.

A su hermano John le agradece su recibimiento cuando fue a visitarle en Alemania y a otro de sus hermanos, Mark, se le imagina "haciendo snowboard y de camping". A su hermana Katie, "la más fuerte y la mejor", le asegura que está rezando para poder ir a su boda.

Foley también se acuerda de su abuela a la que le pide que se tome sus medicinas, dé paseos y siga bailando. "Espero tomar 'margaritas' contigo cuando vuelva a casa", le prometía a su abuela.

La carta también describe el día a día de Foley en la celda que compartía con otras 18 personas. El periodista contaba a su familia que tanto él como los otros presos tenían "conversaciones sin fin", se impartían clases y jugaban a las damas y al ajedrez con trozos que encontraban en la prisión. "Los juegos y enseñarnos unos a otros nos ayuda a que el tiempo pase", aseguraba Foley.

El periodista estadounidense también mostraba la alegría cuando uno de ellos era liberado, pero reconocía que anhelaba su propia libertad. "Tratamos de animarnos mutuamente y compartir la fortaleza", añadía. El resto de detenidos "han sido de una gran ayuda", reconocía.